miércoles, 8 de mayo de 2024

REMANDO ESPERO. 238

 REMANDO ESPERO


Pasando por mi trinchera, hace un par de días me encuentro en el lugar de los escogidos el libro recopilatorio “Con ánimo de ofender 1998-2001" de mi genial maestro Arturo Pérez-Reverte, del cual transcribí de la páginas 75-78 este relato que tiene mucho de verdad para nuestro medio.   Esta historia es una publicaciones de el suplemento XLSemanal, la revista que distribuyen el fin de semana veinticinco periódicos regionales en España. Mi maestro escribe un artículo semanal desde hace mucho tiempo, hagan cuentas y como si fuera poco escuchando los primeros y principales acordes de la melancólica y melodiosa voz de Joa Gilberto cantando la maravillosa obra Desafinado, que me crispa desde la cruz hasta el occipucio y, dándole besos al santo con fuerte olor a incienso de hierbabuena, que es verlo en sus farolas con esteroides, en el delgado hilo que une la realidad y el vacile. Pero como protocolo fantasma que es como estar peleando en el Álamo, así que si les place, acérquense sus mercedes y escuchen con la vista.


REMANDO ESPERO

Arturo Pérez-Reverte


PREVIO

Todo después de haber escuchado el maravilloso coro de más de doscientas voces perfectamente sincronizadas de los chiquirines que ya son difíciles oír, al cruzar trotando por la orilla del bosque y, por si fuera poco haciéndoles segunda voz al menos seis guardabarrancas según deduzco. Maravillas de mamá naturaleza y, sólo me había topado con otro trotador con piernas flacas y torcidas y pálidas de jubilado y oronda panza cervecera. Y ahí lo tienes Sergiño, eso me recuerda a la Maripepa tan presumida por no ver que vive de echar ticucas.  Con todas las virtudes del asunto, esto coincide con lo que sucede en nuestro país, en donde la narcoburocracia hace lo que se la da su puta gana o lo que le salga del culo, sin importarle una rama de culantro lo que ocurra y retrase cualquier actividad por productiva que sea. Los controles que suelen hacer los auditores a todo nivel, hacen que cualquier hijo del de la esquina haga lo que se le antoje para justificar su puesto y por supuesto su salario, así que he aquí un buen ejemplo de los sucede y, al estilo Kim, observando deduzco que usted estará de acuerdo conmigo, lector amigo. Así que el botón a la camisa en el último ojal disponible. Para que nos acompañe la providencia, donde el autor escribió España, le llamaré Guatemala, guatemalteca o chapín, sin ningún otro cambio de sensación al original.


Así que entrémosle al asunto que empieza así:

“Esto se colgó en los tablones de un sinfín de organismos y empresas de cierto sindicato relevante con la sana intención de crear un punto de reflexión e inflexión a la hora de mejorar la productividad en general y la calidad de los mandos intermedios, y no tan intermedios, allá por el año del despiporre de 1999.

Gracias a lo cual se consiguió que tres años después la comisión de la Unión Europea en competencias laborales, estableciera que España tiene la más nefasta preparación en cuanto a mandos ejecutivos, y que esta provoca una pérdida en horas de productividad que prácticamente se sale de los gráficos en cuanto a organización y planificación del trabajo y su efectividad.

Hay que reconocerlo, y con orgullo cateto como me dicen algunos, que somos diferentes, eso es indudable.

Vamos dejando una huella indeleble en lo que hacemos y por donde pasamos, salvo las individualidades y las ocasiones contadas que se salvan del despropósito.

Como colectivo parecemos incapaces de aunar voluntades para conseguir metas que supongan una mejora sustancial del nivel general de nuestra querida España, pese a quién le pese.”


En el intríngulis de la cosa comienza así su desarrollo:

Ya son tres los lectores que coinciden en enviarme una historia -dicen que es apócrifa, pero yo me apuesto lo que quieran a que es real como la vida misma- que circula por ahí. Una historia tan estupenda y tan de aquí, o sea, de Guatemala o de lo que seamos ahora, que sería una absoluta mezquindad no compartirla con ustedes; como ya hice, no sé si recuerdan, cuando aquello de las múltiples variantes en torno a los atributos viriles. Tampoco ésta es moco de pavo, así que la transcribo sin apenas toques propios, por el morro. Casi tal cual.

En el año 96, cuenta la crónica, se celebra una competición de remo entre dos equipos: el primero compuesto por trabajadores de una empresa guatemalteca y el otro por colegas de otra empresa japonesa. Apenas se da la salida, los japoneses salen zumbando, banzai, banzai, dale que te pego al remo, y cruzan la meta una hora antes que el equipo chapín. Entre gran bochorno, la dirección de la empresa guatemalteca ordena una investigación y obtienen el siguiente informe:


«Se ha podido establecer que la victoria de los japoneses se debe a una simple argucia táctica: mientras que en su dotación había un jefe de equipo y diez remeros, en la nuestra había un remero y diez jefes de servicio. Para el próximo año se tomarán las medidas oportunas.»

En el año 97 se da de nuevo la salida, y otra vez el equipo japonés toma las de Villadiego desde el primer golpe de remo.
El equipo chapín, pese a sus camisetas Lotto, a sus zapatillas Nike y a sus remos de carbono hidratado, que le han costado a la empresa un huevo de la cara, llega esta vez con dos horas y media -cronómetro Breitling con GPS y parabólica, sponsor de la prueba- de retraso.

El mayor costo es el costo de no hacer nada


Vuelve a reunirse la dirección tras un chorreo espantoso de la gerencia, encargan a un departamento creado ad hoc la investigación, y al cabo de dos meses de pesquisas se establece que: 

«el equipo japonés, con táctica obviamente conservadora, mantuvo su estructura tradicional de un jefe de equipo y diez remeros; mientras que el chapín, con las medidas renovadoras adoptadas después del fracaso del año pasado, optó por una estructura abierta, más dinámica, y se compuso de un jefe de servicio, un asesor de gerencia, tres representantes sindicales (que exigieron hallarse a bordo), cinco jefes de sección y una UNEF (Unidad Productora de Esfuerzo Físico), o sea, un remero. Gracias a lo cual se ha podido establecer que el remero es un incompetente«.

La burocracia es el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil

A la luz de tan crucial informe, la empresa crea un departamento especialmente dedicado a preparar la siguiente regata. Incluso se contratan los servicios de una empresa de relaciones públicas para contactos de prensa, etcétera.


Y en la competición del año 98, los de sol naciente salen zumbando, up-aro, up-aro, todavía tienen tiempo de parar a hacerse unas fotos y comer ‘pescaito’ frito, y llegan a la meta tan sobrados que la embarcación chapina -cuyo casco y equipamiento se había encargado para esta edición al departamento de nuevas tecnologías- cruza la meta, cuando lo hace, con cuatro horas largas de retraso.

Tanto nadar en el agua para morir en la orilla

La cosa ya pasa de castaño oscuro, de modo que esta vez es la quinta planta la que toma cartas en el asunto y convoca una reunión de alto nivel de la que sale una comisión investigadora que a su vez, tres meses más tarde, elabora el siguiente informe:


«Este año el equipo nipón optó como de costumbre por un jefe de equipo y diez remeros. El chapín, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial del grupo alemán Sturm und Drang, optó por una formación más vanguardista y altamente operativa, compuesta por un jefe de servicio, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de Arthur Andersen, un solo representante sindical en régimen de pool, tres vigilantes jurados que juraron no quitarle ojo al remero, y un remero al que la empresa había amonestado después de retirarle todos los pluses e incentivos por el injustificable fracaso del año anterior«.

Pienso, luego estorbo


«En cuanto a la próxima regata -continúa el informe- esta comisión recomienda que el remero provenga de una contrata externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla marina se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla. Una dejadez preocupante, que se manifiesta en comentarios dichos entre dientes, entre remada y remada, del tipo: 

-«Anda y que os vayan dando» o «Que venga y reme vuestra puta madre«, y una actitud que incluso roza el pasotismo en la línea de meta«.

Arturo Pérez-Reverte (EL SEMANAL 1998)



REFLEXIONES 



Según Weber “la burocracia en sí es un tipo de gobierno, que reconoce que las burocracias pueden causar problema de seguimiento del margen legal en forma material o papeleo. Muchos trabajos burocráticos pueden resultar tediosos, ofreciendo pocas oportunidades para el ejercicio de las capacidades creativas.”


La falta de flexibilidad para la toma de decisiones al no poder salirse de las reglas pautadas, dificulta la resolución de problemas imprevistos. El poder que ejerce el rango más alto de la jerarquía no permite tener en cuenta las opiniones del resto o de quienes piensan diferente.”


“Una palabra no dice nada y al mismo tiempo lo esconde todo”

Carlos Varela


En un caleidoscopio freudiano de pensamientos retorcidos, la deshumanización va de la mano derecha del proceso de burocratización en la pandemia burocrática, pues más del 80% de los ciudadanos cree que sus funcionarios electos son corruptos y, aquí se queda corta la estadística, pero queriendo hacer uso de su derecho de votar, siguen votando por los mismos, así que las quejas no se valen, creo. Los denominados grandes escándalos de corrupción ocupan la mayoría de los titulares, pues la burocracia en el sector público es un problema silencioso pero de grandes proporciones e implicaciones, cuando los procedimientos engorrosos crean un espacio discrecional para que funcionarios públicos sin várices acepten mordidas a cambio de acelerar procesos administrativos rutinarios. Mangantes a sueldo. Unos mingafrias cagamandiles. Según Transparencia Internacional, casi un tercio de los latinoamericanos que utilizaron algún  servicio público básico -escuelas, hospitales, documentos de identidad, servicios públicos, policía y tribunales,- pagó sobornos administrativos para completar la transacción. Eso me trae a la mente lo que mi buen amigo el sabio Molina -ya desaparecido,- estaba escribiendo en un libro que se llamaría El Derecho de Ventanilla, en el que los funcionarios públicos o privados que atienden hacen cuando tienen que atender a un cliente, adicionándole cosas al trámite que no son los que están establecidos y de seguro lo hacen para curarse en salud y que ellos no tengan implicaciones con sus superiores, así que los costos de la burocracia son particularmente gravosos en un país que ha sido testigo de una desaceleración económica y actualmente se encuentra sometido a la presión fiscal. La burocracia dificulta los trámites a los propietarios de negocios para registrar sus empresas, obtener permisos de construcción y pagar impuestos. Según el Foro Económico Mundial, junto con la corrupción, la burocracia es el mayor problema para los empresarios cuando se trata de hacer negocios. En este contexto, los sobornos administrativos aparecen como un mal remedio.



“Un embustero sólo invierte cuando esperan que le crean”


Con paisajes artísticos los sobornos administrativos son la otra cara de la burocracia enrevesada sin importarle una puñetera mierda a nadie. A estas alturas, todos saben que restablecer la confianza en las instituciones está en el centro de la agenda política de los gobiernos. Más del 80% de los ciudadanos de la región cree que sus funcionarios electos son corruptos. Según una estadística en Guate el 81% de las quejas ciudadanas en el Fb son por actos de corrupción de funcionarios del gobierno actual. Los sobornos administrativos son la corrupción silenciosa. Si bien los denominados “grandes escándalos de corrupción” ocupan la mayoría de los titulares, la burocracia en el sector público es un problema silencioso pero de grandes proporciones e implicaciones. Los procedimientos engorrosos crean un espacio discrecional para que funcionarios públicos sin escrúpulos acepten sobornos a cambio de acelerar procesos administrativos rutinarios. Según Transparencia Internacional, casi un tercio de los latinoamericanos que utilizaron algún  servicio público básico en 2017 –escuelas, hospitales, documentos de identidad, servicios públicos, policía y tribunales– pagó sobornos administrativos para completar la transacción. “En 2017, un tercio de los latinoamericanos pagaron un soborno para poder acceder a un servicio público básico como la salud o el documento de identidad.” Los costos de la burocracia son particularmente gravosos en una región que ha sido testigo de una desaceleración económica y actualmente se encuentra sometida a la presión fiscal. La burocracia dificulta los trámites a los propietarios de negocios para registrar sus empresas, obtener permisos de construcción y pagar impuestos. Según el Foro Económico Mundial, junto con la corrupción, la burocracia es el mayor problema para los empresarios cuando se trata de hacer negocios. En el laberinto burocrático, los sobornos administrativos para acelerar los procedimientos constituyen un impuesto oculto especialmente dañino para los pobres. Los trámites burocráticos han proliferado a un ritmo asombroso. Hay un gran número de procedimientos administrativos para los servicios transaccionales con procedimientos burocráticos demasiado complejos. La mayoría de los procedimientos requiere más de una interacción con el organismo público responsable. Cumplir con los procedimientos burocráticos es caro, por ejemplo, a las pequeñas empresas cumplir con las obligaciones tributarias les cuesta el 7,6% de los ingresos de sus ventas. El costo para los ciudadanos es incluso mayor como porcentaje del ingreso ¿Alguna vez esperaste en una fila larga para hacer un trámite? ¿Alguna vez pagaste a un funcionario público para “agilizar” un proceso? ¿Alguna vez decidiste que no valía la pena lidiar con toda esa burocracia para recibir el servicio que buscabas, y te diste media vuelta? Sufrir largas esperas y burocracia sin fin es la complejidad de y se traduce en que, de promedio, los ciudadanos latinoamericanos necesitan 5.4 horas para completar un trámite con la administración pública. Los procedimientos manuales, las interacciones presenciales y la falta de estandarización de procesos hacen que los trámites sean vulnerables a comportamientos deshonestos. El 29% de latinoamericanos, de hecho, reconoce que en el último año ha pagado un soborno para acceder a un servicio público, tales como atención médica, inscripción educativa, registro de identidad, denuncias policiales. Las personas de menores ingresos están más afectadas, el 30% pagó un soborno para completar un trámite frente al 25% de las personas de altos ingresos.


La burocracia actúa con crueldad, idealismo, eficacia y éxito para el retraso de los procesos con tufos imperiales







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