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sergiodeleonlopez
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LA CREACIÓN PINTADA EN LAS PAREDES
Los murales más antiguos del mundo maya
Por fuera son una fantasía, pero por dentro un verdadero sueño fantástico
Con mi sueño barriobajero ligero con un silencio más pesado que el plomo manteniendo abiertas las persianas de los ojos, expongo que esa inmensa maravilla del muro oeste, las paredes del asombro, continuando lo referido antes, en su primera sección con pincel fino pinta cinco deidades, cada una delante de los árboles que van conformando el orden del mundo con esas cuatro imágenes sucesivas de árboles con pájaros, reyes señores y ofrendas de pescados, venado, el mágico chompipe, y flores. Hay un quinto árbol añadido. Los cinco árboles hacen caer en la cuenta a lo contenido en el Códice Borgia y lo anotado en el libro del Chilam Balam de Chumayel mandados sin redención en el reino del rumor sin cohorte. Los pájaros representan la deidad correspondiente. Las ofrendas son equiparables a lo que dice el Códice de Dresde. Desde la izquierda, como ya anotado fue antecito, los Dioses se perforan el pene tirándose de las carnes derramando sangre para el sacrificio frente a la ofrenda y ofreciéndola, pues ya les dije que la sangre en componendas con el pene, es la que mantiene la vida fluyendo. Como tengo mi punto de partida predilecto en la lectura de este discurso visual y, rememorando lo ya contado pues es de lo más vital y para que no pase desapercibido, el primero ofrece un pescado representado al mundo acuático. El segundo ofrece un ciervo que simboliza a la tierra. El tercero un chompipe que representa al cielo. Eso me demuestra que siempre he tenido razón, que los chompipes son seres celestiales y son sagrados. El cuarto ofrece flores aromáticas que es el sustento de la ambrosía de los Dioses en un paraíso florido donde el sol renace a diario sin falta. Posada en cada árbol sagrado, la gran deidad vigila los sacrificios de los Dioses. El quinto Dios, en una parte deteriorada del mural, es nada menos que el Dios del Maíz, principal deidad, ligada al centro del universo. Todo un bello poema de colores. Así los Dioses hicieron a escala cósmica lo que los reyes lograron en la vida real sobre el suelo, pues de la misma forma que los Dioses organizaron el cosmos, los reyes organizaron las ciudades, las magníficas construcciones y los campos, con cuatro lados todos, como el cosmos. La segunda parte de la pared oeste celebra como a ritmo de smoothjazz el ascenso de un rey al trono, que muestra al Dios del Maíz coronándose a sí mismo como gobernante divino, la representación de la vida y la muerte, que es coincidente con el maravilloso ciclo agrícola con olor a culantro. Pasado el tiempo el derecho a gobernar se delegaba por línea paterna, pero este rey, al mostrarse a sí mismo en compañía divina, está afirmando que su derecho proviene directamente de los Dioses. En el esquema del muro oeste, el cuadro que sigue hay dos escenas fundamentales, en la izquierda cinco niños aún prendidos a sus respectivos cordones umbilicales, que están naciendo de un ayote y, el quinto saliendo de un baño de sangre, que es el Dios del Maíz y, la deidad más grande atisba la escena. La otra escena que ocupa el mayor espacio, muestra la Montaña Flor, desde donde se extiende hasta el final de la representación una serpiente, como el nivel terrestre, para los ocho personajes que están sobre ella y, el Dios del Maíz, vestido todo de rojo recibe las ofrendas. Otra porción muestra tres escenas de la vida del Dios del Maíz y la coronada ungida de un Rey Señor, señalando que el derecho divino del mando viene de los Dioses y mostrando con toda claridad evidencia de que los mayas tenían un sistema monárquico siglos antes de lo que siempre se había supuesto. Las tres escenas del Dios del Maíz lo muestran de tres formas, como bébé sostenido por un hombre arrodillado en el agua, como danzante frente a dos deidades del agua entronizadas dentro de una cueva y como volador moviéndose por los cielos y, representan tres sacrificios a la Deidad Ave Principal. En los tres trípodes hay sacrificios, de izquierda a derecha, de un bagre, un ciervo y un chompipe, respectivamente. Todo representa la cadena del linaje divino legado desde los Dioses hasta los reyes mayas. Esto me deja sin habla por sí solo, porque prueba que las jerarquías en toda regla existen siglos antes de que los expertos creyeron que existían, y esto hace que la cronología completa se retrase. También contiene muchos más íconos desconcertantes, como un bebé hecho de maíz y el Dios del Maíz que baila dentro de una cueva de tortugas ante deidades acuáticas. Los cuatro árboles que ya mencioné antes se unen en un quinto árbol mucho más grande, que está presidido por el Dios del Maíz, y es el árbol del mundo, el axis mundi, el eje y la tierra, o naval del mundo que une los reinos celestiales, terrenal y del inframundo, con su propia armadura de acero de su propia tranquilidad, no sabiendo que decir sin recurrir al indomable lenguaje de los signos. Y eso no es como llevarle pichones a un gato, pues después del hombre, ¿cuál es el animal más peligroso?
Son espacios configurados intencionalmente de manera determinada
-intelectual y sensiblemente- para significar algo.
La misma configuración visual revela qué es y para qué es,
por eso, abundan los signos iconográficos y escritos que los designan
Así es la vida en el Serengeti. Esta pieza de iconografía se vuelve más intrigante por la semejanza a su aparición universal en la mitología antigua de todo el mundo, en términos de cómo se relaciona con las montañas sagradas, witz, y los conductos a otros mundos, como en la antigua Mesopotamia que las estructuras de zigurats eran recreaciones de un montículo primordial de la creación, y la cima de estas montañas artificiales actuaban como conductos hacia los reinos de sus deidades. El monte Kunlun en las tradiciones chinas era la montaña sagrada que unía el reino mortal con el reino celestial y que también estaban conectados entre sí por un árbol celestial. Estas montañas sagradas o pirámides o zigurats en diferentes culturas no sólo se consideraban portales a los reinos superiores, sino también al inframundo. Son como máquinas tragaperras. Se creía que el zigurat en Eridu era la morada de otro mundo de la deidad patrona Enki, que era el Dios de las aguas subterráneas. Todo esto tiene un paralelo extraño con el concepto maya de la Montaña de las Flores, Xibalba y los conductos de la cueva cumbre. Las tradiciones que rodean al monte Hermón son especialmente fascinantes, ya que este lugar, según Enoc 6:6, fue el lugar donde los observadores descendieron a la Tierra y juraron fornicar con mujeres mortales e impartirles secretos de civilización, secretos, como el conocimiento de la agricultura y la astronomía y de ese amancebamiento nacieron los gigantes. Todo esto me trae a la memoria que leyendo cuando todavía era niño, toda la fascinante mitología mundial, desde la hindú hasta la germana, pude comprobar que en todas hay gemelos que acceden al cielo y se roban el fuego sagrado de los Dioses y lo acarrean a la tierra, como en nuestro caso Hunahpú e Ixbalanqué y tal como dijo Chip Fuzz, “me sentaré en el portal de mi casa a ver cómo desfilan los cadáveres de mis enemigos.”
La evidencia sugiere que ya no se puede señalar una región de Mesoamérica
como el punto de origen de las escrituras o de registros calendáricos.
La situación apunta a un origen aún más temprano, en algún momento durante el Preclásico Medio, si es que no antes, en San Bartolo
Deslizándome en el hermoso y resbaladizo camino de la dignidad veo en el mural Norte sobre el fondo del zumbido de las perturbaciones de las líneas ahí trazadas, en el yohl ch’een-el corazón de la cueva, que hay dos escenas, una en frente de una cueva en una montaña con varias personas arrodilladas, chak ch’ok -gran joven conversando con ellos en su antiguo y siseante lenguaje y, caminando sobre una serpiente larga. El Dios del Maíz se muestra al centro de un grupo de hombres y mujeres recibiendo un árbol de calabazo. La otra escena muestra cuatro niños pequeños con sus cordones umbilicales todavía atados, rodeando a una jícara que se ha abierto y de la cual emerge la figura de un quinto varón totalmente vestido y, una gran figura de una deidad mira la escena. Los cuatro personajes líneas arriba mencionados, son representaciones de Hunahpú y sus hermanos. La quinta figura que emerge del árbol de calabazo, el árbol de la vida, es el todopoderoso Dios del Maíz que se ató al Pop Wuj. La representación en su conjunto es el arreglo del inicio del mundo. ¿No es maravilloso? Está narrado con palabras dibujadas crípticamente escritas en una pronunciación con encantadora presencia celestial con cadencia de frases musicales con fragancia especial. Pinta dos escenas principales, 1. En la de la izquierda nacen cinco infantes, aún con su cordón umbilical, de una calabaza. La quinta figura nacida en un baño de sangre es el majestuoso Dios del Maíz. 2. En la otra escena que ocupa el mayor espacio, está la Montaña de las Flores y, desde ella se extiende hasta el final de la representación una serpiente que sirve de nivel terrenal para los ocho personajes, el Dios del Maíz, vestido de rojo, recibe las ofrendas. Es una narración fascinante de la creación y nacimiento de los mayas, efectuada por el Dios del Maíz, quien lleva a cabo ritos de sacrificio y rituales de derramamiento de sangre a las deidades celestiales. Cada sección tiene su propio perfume como un himno de bienvenida. La narrativa del muro norte culmina en dos escenas distintas, la escena uno muestra al Dios del Maíz, un rey desafiado recreando sus hazañas, caminando con un grupo de personas menos elocuentes de hombres de pie, las mujeres arrodilladas sobre la criatura gigante de la serpiente, están ante una montaña viva de la creación, una montaña solar sagrada que es la Montaña de las Flores, la montaña única y su cueva sagrada correspondiente son el punto de emergencia y el escondite secreto de las semillas de maíz. Desde este lugar divinamente sagrado, el Dios del Maíz entrega una calabaza y un tallo de maíz. Tiene una continuación de la primera escena, en la que cuatro infantes, que corresponden a los puntos cardinales, con sus cordones umbilicales aún conectados a la calabaza, se elevan de ella, emergiendo del inframundo, luego un quinto macho adulto maduro y vestido emerge de la calabaza, que se había partido por la mitad. Todo este ritual es observado por una gran deidad celestial, el Pájaro Dragón. No es una caricatura de paciencia mediática en que sus pesadillas dramatizaron sus temores secretos y eso aflojó la camisa de fuerza. Lo creo con todas las células de mi cuerpo sin cara de ángel pecador.
“A la guerra me lleva mi necesidad”
Canto del mancebo de El Quijote
Go with the flow, pues revisando con mirada atenta y serena mi ejemplar del Pop Wuj, en la magnífica versión del maestro Sam Colop, cuando la levadura empezaba a crecer, encuentro que no hay explicaciones de todas las escenas de los murales, por lo que hay que buscar en otras lados. Para las escenas del Dios del Maíz, expertos me sugieren que hay referidos a mitos actuales de las culturas del golfo de México de los popoluca, totonecas y otros. El Dios del Maiz dominando a los Dioses del trueno y el rayo, para crear las condiciones adecuadas para las prácticas agrícolas. La escena del calabazo en el mural norte, por otro lado, puede constituir, como lo indica Ruud Van Akkeren una ilustración de un mito pipil que se refiere a un grupo de jóvenes deidades de la lluvia nacidos, junto con Nanahuatzin, el menor de los hermanos, de una planta de jícara, que es quien abre el cultivo del maíz e inicia la agricultura. También él ha querido interpretar la imagen del calabazo, tsu[y] junto con los cuatro hermanos como el lugar del origen, situado por las fuentes mayas de las tierras altas Suywa o Tsuywa, en algún punto de la región del golfo de México. Algo vital para que no se me olvide, lo importante de estos reyes mencionados, es que llevan marcas de uno de los héroes gemelos, Hunahpu, figura prominente en la cultura maya en asociación con el Dios del Maíz. Las hazañas de los héroes gemelos van más allá del alcance de esta historia que ahora les cuento, pero que baste con decir que estos hermanos fueron inmaculadamente concebidos cuando el cráneo de su padre decapitado escupió sin consentimiento en la mano de su madre cuando ella estaba en el inframundo. Tramas asesinas y crueles siguieron a los hermanos sobrenaturales durante toda su vida, pero siempre lograron burlar a sus rivales. Sus aventuras de otro mundo rematan cuando descienden al inframundo para vengar la muerte de su padre y su tío, quienes fueron derrotados en un juego de pelota por las deidades del inframundo, los Señores de Xibalbá. Al derrotar a los dioses del inframundo, ascendieron a los cielos convirtiéndose en el sol y la luna, suavizados por los siglos de humanidad.
¿Hasta dónde podrá reconstruirse la historia?
Siento como si mis huesos se hubieran quedado sin tuétano, pues hay modelos de mitología comparativa evidentes en los murales más allá del axis mundi, eje mundi, incluida la montaña sagrada, el legado divino de la realeza y el otorgamiento de conocimiento agrícola. Los cuatro reyes de las pinturas, que se perforan el pene para hacer ofrendas de sangre, tienen dígitos extra en sus manos. Sus características son notablemente anormales, cabezas alargadas, mandíbulas largas y robustas, narices inclinadas, pero lo más llamativo es el hecho de que tienen seis dedos en lugar de cinco. Claramente, esto no fue un detalle estilístico caprichoso, porque las deidades no tienen estos dígitos adicionales y tampoco las personas comunes de la precesión, solo estos reyes como un sutil detalle iconográfico deliberado de polidactilia que también aàrece en otros sitios, como Palenque. En los íconos de Palenque, los herederos de Pakal el Grande tienen dedos extras de manos y pies. Esto es intrigante cuando se husmea en USA cuando el patrón de polidactilia se encuentra dentro de la cultura Anasazi y su reverencia por los dedos de manos y pies supernumerarios. Y esta cultura también construyó misteriosas maravillas de piedra, alineadas con las estrellas, a partir de planes maestros, y las santificaron con rituales de unción de sangre interminables. Un relieve de estuco pintado en el museo de Palenque, es similar a los relieves y representaciones murales encontrados en San Bartolo. Nos deja sin gayumbo.
Daniel Rondeau dijo que cada obra del autor es:
"Un escudo contra el paso del tiempo y la espada de quien permanece en busca de una cierta idea del infinito"
Imposible y erróneamente bien sin que se me envejezca el ánimo y se me encanezca el amor de tanto usarlo y, antes de que se me marchite la piel de la frente, este patrón plastificado se extiende por todo el mundo antiguo. Anteriormente mencioné el hecho de que estos murales fueron destrozados en siete mil pedazos y, la cámara sagrada fue rellenada con tierra y, el complejo de San Bartolofue abandonado abruptamente caminando al ritmo de su propio tambor, que es característica común pero curiosa de los sitios mayas, quizás engendrado por el temor fideicomisario a velocidad de crucero sin pestañear. En Teotihuacán con su piel de piedra, hace como mil quinientos años todo el conjunto estaba desierto, y fue por esa misma época que Palenque también, los Anasazi parecían haber desaparecido por completo, quizás siglos después, pero el patrón permanece, aunque no tenga autoridad en la materia, pero las civilizaciones surgen y caen aunque les corroan las asaduras, pero una cosa es que una civilización se derrumbe gradualmente o sea destruida en alguna guerra, pero estos sitios parecen haber sido abandonados rápidamente, para nunca más ser habitados. No sólo eso, las ruinas de Palenque, Teotihuacan y el Cañón del Chaco en los USA, tienen evidencia sombría de daños por fuego que se limitan exclusivamente a las viviendas de la élite gobernante. Si no hay evidencia de una guerra a gran escala, entonces se ha teorizado que lo que ocurrió en estos tres sitios y, posiblemente también en San Bartolo, fue una revuelta de la gente común. Esto explicaría también la iconoclastia de la destrucción de la iconografía religiosa que legitimaba a estos monarcas despóticos y sanguinarios que tenían seis dedos de manos y pies. ¿Qué revela esta ventana iconográfica en el tiempo sobre los antiguos mayas? Revela otro eslabón en una cadena de remanentes de un tiempo olvidado deliberadamente antes de la historia escrita tal como la conocemos. Una época en la que reinaban grandes y crueles linajes de reyes guerreros cazadores, para que se humedecieran sin empaparse.
La civilización maya tiene mucho que enseñarnos, tal como la vitalidad en el arte
Insoportablemente conmovedor con ruido asmático como un gigante nerviso, parecían haber tenido rasgos físicos únicos, un conocimiento impresionante de arquitectura, ingeniería, ecología, albañilería, urbanismo, agricultura, matemáticas, astronomía y estaban obsesionados con mantener un río constante de sacrificio de sangre para ellos y sus deidades ancestrales. ¿Quiénes eran estos reyes guerreros caídos de antiguo renombre? Las respuestas se pueden encontrar en las escrituras más veneradas del Viejo Mundo, pero esa es otra historia para otro día.
“Eran el problema. Y de los gordos. Una de las grandes paradojas”
AP-R
Para recordar y que permanezca en la mente subconsciente en el sistema límbico, Aunque aún no se terminan la excavación y la documentación de la Cámara de Pinturas Sub-I, los fragmentos ya pintan nuevo tinte sobre la tradición de pintura mural del Preclásico Tardío altamente desarrollada y poco conocida, como en el Muro Norte de la cámara interior, el mural más complejo que hasta ahora se conozca, en la escena -que mide cuatro metros de largo- muestran una elaborada composición con catorce figuras humanas y las 1 al 6 son parte de una escena mítica, única hasta ahora, con cinco infantes que nacen de un bule que es lo mismo que un tol partido. Las figuras 7 a 14 intervienen en una escena diferente y cubren casi tres cuartas partes del mural, con ocho sujetos sobre una serpiente emplumada, que sale de una montaña zoomorfa. En el extremo oriente de la escena, de múltiples colores envolventes y rodeada de animales, la montaña abre el hocico y muestra sus colmillos con forma de estalactitas. El ojo de la montaña tiene la forma de la Cruz, k'an, que indica algo preciado, pues desde la montaña surgen fuerzas vitales, fertilidad y abundancia. La montaña está cubierta por no menos de siete flores, que la identifican como Montaña de las Flores, concepto antiguo y común no sólo entre los mayas, sino también en el centro de México y el sudoeste de los USA. Portal donde viven los Dioses y el Dueño, de donde emana la autoridad divina. En el pensamiento del Clásico maya, se trata de un lugar ancestral y paradisíaco que permite el acceso sobrenatural desde el inframundo acuático hasta el cielo. La serpiente emplumada se extiende hacia el este de la Montaña de las Flores y su cabeza alzada y su aliento enroscado marcan el límite este de la escena, cargando ocho figuras, dos individuos con particulares vestimentas y dos grupos de tres hombres y tres mujeres, vestidos de manera similar. Es una curiosa coincidencia que el personaje central y protagónico de la escena, la figura 9, que es un Dios del Maíz, haya sido la primera imagen que vieron los saqueadores cuando el túnel se los tragó. Ésta es la que más claramente representa a un ser sobrenatural y es un vínculo fascinante entre el Dios del Maíz del Preclásico olmeca y el del Clásico maya. Las figuras que están sobre la serpiente emplumada sacan maíz y agua de la Montaña de las Flores. Dentro de la cueva de la montaña, arrodillada directamente sobre la gigantesca serpiente está una mujer ofreciendo una canasta con tamales, uno de los ejemplos más tempranos que se conocen de esa ambrosía exquisita. Un hombre exactamente enfrente de ella le da un bule o tol al Dios del Maíz, para que a su vez se prepare para trasladar las ofrendas a sus ayudantes arrodillados a su derecha con los brazos extendidos. La Montaña de las Flores es una fuente de vida, agua y sustento, de la que Carlsen y Prechtel recopilaron una plegaria popular tz'utujil que se refiere a este lugar ancestral:
“Dador de vida,
dador de comida,
dador de agua.
Ustedes que son nuestros bisabuelas y bisabuelos,
somos sus flores, somos sus brotes ...”
Esta plegaria es parecida a la del mural
de San Bartolo, escena pintada 2, 000 años antes
Con la pasmosa incertidumbre de que el mundo no se va a acabar, las restantes imágenes plagadas de visible imaginación sin par, son las tres figuras que están de pie sobre el lomo de la serpiente. La única mujer está representada en amarillo pálido y delineada en rojo, lo que complementa perfectamente la disposición de color del Dios del Maíz, que puede ser su esposa, pues también los Dioses se casan. Detrás de ella se ven dos figuras de hombres que llevan atados de objetos, de los cuales emana humo y aliento, representaciones de los bultos sagrados que se identifican con la creación y el origen del hombre. Es notable que los portadores de bultos ancestrales sean los únicos individuos del Muro Norte que llevan identificaciones epigráficas, que indican que tenían lazos históricos legendarios con los habitantes de San Bartolo. El mural del Muro Norte de las Pinturas Sub-l es la representación más detallada que se conozca de la mitología del Preclásico Tardío maya, escenas mitológicas complejas aparecen hasta el Clásico Tardío sobre vasijas policromadas. Aunque aún continúa el trabajo de excavación, resulta evidente que los murales de San Bartolo son claves no sólo para el entendimiento del Preclásico Tardío maya, sino también para la comprensión del desarrollo de la civilización mesoamericana como un todo.
“Las comunidades formadas por refugiados y migrantes generan maneras de convivir inéditas, a veces en constante interacción con otros grupos étinicos, que crean nuevas formas de organización familiar, vecina y comunitaria”
Hagan
Boris Beltrán arqueólogo subdirector del proyecto San Bartolo-Xultún, me explicó que los murales son una obra de arte que transmite un mensaje muy claro, que narra la vida del Dios del Maíz desde su nacimiento hasta su muerte, pues todos los Dioses existentes mueren algún día. “Es como un grano de maíz que cuando se siembra se pudre, lo que se asocia con la muerte, pero luego renace, da vida, vive y luego muere. Estos murales son parte de los guatemaltecos, cuentan su historia y nuestra cultura,” me dijo. Agregó que el mural norte representa dos escenas, la primera compuesta por cinco niños, cuatro de ellos representan los puntos cardinales y, el quinto muestra el nacimiento del Dios del Maíz, todo esto en presencia de una persona que lleva elementos icónicos del Juego de Pelota. Sobre una serpiente, se desarrolla la segunda escena, que muestra el camino del Dios del Maíz al inframundo. En la boca de una cueva que es también la de la serpiente hay dos personas haciendo ofrendas al protagonista, que a su vez las entrega a otras dos que está a su lado y, lo acompañan su esposa y dos individuos que llevan otros insumos para la ceremonia. La obra de arte representa deidades y humanos en escenas de una mitología de origen que establece la fundación de la civilización maya, la naturaleza divina del propio rey y nuevas formas de gobierno centradas en dichas figuras. También muestra ejemplos de la combinación de figuras y texto, conocimientos del calendario y creencias religiosas características distintivas de la civilización maya durante los próximos 1,300 años.
Hasta la próxima…
Silvia Ana Wyler Parel
ResponderBorrarExcelente trabajo
Muchas gracias Silvia Ana
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