martes, 29 de agosto de 2023

218. MEGALOMANÍA. Segunda parte

 monorote.com

Sitio gratuito de historias reales contadas de forma diferente

 

MEGALOMANÍA

Y su sindromática

Parte 2 de 2

 



Canto XI

Como me lo contaron te lo cuento porque todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar pues la cosa esa de la megalomanía, ese trastorno de la personalidad está amarrado al narcisismo porque los tenientes de ella tienen pensamientos de poder, omnipotencia y  de gran superioridad ante a los demás. En griego Megalo significa grande y Mania significa locuraobsesión, frenesí. La gran obsesión maníaca, ese trastorno nacisista de la personalidad o la forma de ser o actuar del individuo que antes se  conocía como megalomanía, -pero me sigue gustando más esa palabrita,- pues es una forma de narcisismo patológico, diagnosticado por primera vez por el psicoanalista Heinz Kohut, en 1968, como un patrón rígido de comportamiento que conduce a la búsqueda constante de autogratificación y autocomplacencia, puntualizado por un sentido de grandiosidad y de autoimportancia, con necesidad insaciable de atención y falta crónica de empatía. Nefandos hasta los tuétanos del escafoides. Es un estado mental totalmente fuera de lo normal que presenta delirios de grandeza y sentido exagerado de autoestima, poder y grandeza y si no vean al actual gobernante. Es una condición psicopatológica que muestra obsesión excesiva por la grandiosidad. La  Asociación Americana de Psiquiatría  publicó los criterios en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V)  y una persona con este tipo de trastorno presenta todos o varios de estos rasgos: sentido exagerado de autoestima, sentido de superioridad sobre los demás, auto proclamación de talentos y logros, egocentrismo, constante autoadmiración, explotación y aprovechamiento de los demás para beneficio personal, sentir envidia de los demás y desear que las otras personas le envidien, arrogancia y naturaleza agresiva, incapacidad para empatizar con los demás, lenguaje soez y vulgar de sonoras voces, arribismo. Su comportamiento no deja de ser una máscara que ayuda a cubrir sus inseguridades y sentimientos negativos, por haber sido abusados sexual, física y mentalmente, sensibilidad que los lleva a mostrarse agresivos hacia los demás como mecanismo de defensa, porque se sienten menos y, al ser tan poco empáticos con los demás se comportan de forma socialmente combativa y provocadora, sobre todo cuando no reciben el nivel de la admiración que sienten que valen. Son difíciles de tratar e interactuar con ellos a nivel laboral y personal. Es una condición psicopatológica caracterizada por fantasías delirantes del poder, como la de Iósif Stalin gobernante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS y del Partido Comunista de la Unión Soviética desde mediados de 1920 hasta su muerte en 1953, que del socialismo pasó a ser uno de los más malditos dictadores irracionales del siglo XX. Llevó a la URSS a convertirse en una gran potencia mundial pero a costa de transformarse en uno de los mayores tiranos de la historia, aparte de exiliar y matar a Trotski, expulsó y exterminó a pueblos enteros si encontraba cualquier nimia oposición a sus órdenes. Instauró un régimen policial en ausencia de libertades para los ciudadanos, logrando 777,975 ejecuciones judiciales por cargos políticos entre 1929 y 1953, en 1937-1938 los años de la Gran Purga. ​Un número total de muertes por represión del estalinismo en 1937 y 1938 entre de 1,200,000.

 

“Es fundamental distinguir entre los rasgos narcisistas que pueden ser ventajosos, 

como la confianza, la necesidad de llegar a la cima, la necesidad de alabanza, 

y el Trastorno de Personalidad Narcisista o Megalomanía. 

Las personas con el trastorno son explotadoras 

y pueden causar malestar significativo a los demás

Psiquiatra forense unidad de trastornos peligrosos de la personalidad 

 Broadmoor, West London

 

Canto XII

Coleando con rancia mojigateria social los monarcas o líderes sanguinarios por su crueldad o locura natas, han sido la fascinación y la controversia desde que la humanidad posee gobernantes, que combinan lo divino con el poder absoluto y la falta de contacto con la realidad, que hace que esa idea de este calibre sea tan alucinante como aterrador. No tengo del todo claro si esos personajes desarrollaron enfermedades mentales, pues sus vidas están marcadas por una reputación que los convierte en los líderes más despiadados de la historia. Hombres y mujeres que emplean tácticas inhumanas para lograr el cumplimiento de sus agendas políticas y militares. En la ficción, los reyes y las reinas que sucumben a la locura siempre resultan significativos. No es tranquilizador pensar que una gran parte del mundo está controlada por alguien irracional e inestable. Y por desgracia, la historia, incluyendo la actual, está repleta de líderes que trajeron la miseria con su crueldad, sus malas habilidades de gobierno, su falta de sentido de la realidad o sus acciones desconcertantes. Uno de tantos hijos de puta fué Atila el rey de los Hunos, uno de esos que usaron tácticas despiadadas para alcanzar sus metas políticas y militares. Era un caudillo temible, increíblemente caprichoso, que llegó a dominar desde Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico. Con su fiereza le valió el nombre de El Azote de Dios, que por donde pasaba su caballo, ya no crecía la hierba, sólo la mariguana que es muy agradecida la plantita. A mediados del siglo V se convirtió en el último rey del imperio huno, un guerrero sanguinario, que consiguió contagiar su propia crueldad a las tropas que masacraban y saqueaban tumbas por donde se les atravesaban y, hasta el Imperio Romano se le encogía el trasero de saber que andaba merodeando. 

 

“Jum, ni pa´allá gua miral”

Juanito Alimaña. Willie Colón & Héctor Lavoe

 

Pueden escribirse varias docenas de cientos de libros sobre líderes políticos a los que la megalomanía les inundó hasta las cejas, como en Egipto el país a orillas del Nilo que no tiene rey al día de hoy porque “Su Majestad Faruq, por la gracia de Dios, rey de Egipto y de Sudán, soberano de Nubia, Kordofán y Darfur” o Faruq (1920-1965) para las amistades, que se destacó por su extravagancia despótica en un ambiente tan convulso como lo fué la Segunda Guerra Mundial, pues era adicto a los juegos de azar y sus secuaces le decían el “estómago con cabeza” por tomarse treinta botellas de bebidas gaseosas al día con caviar directamente de la lata y, como cleptómano que era y le robó un reloj a Winston Churchill. Mató a balazos a los leones del zoológico del Cairo porque tenía pesadillas con ellos, a la vez que agradeció a Hitler por invadir su país y, por razones fuera de la caja fué derrocado por su propio pueblo en 1952 y entre sus tesoros los arqueólogos encontraron la colección de pornografía más grande del mundo.

“No dejés que los que han sido domesticados te digan cómo vivir”

Jorge Aboytes

 

Canto XIII

Si a alguien se le hace sentir poco valorado, que no es lo suficientemente bueno, que es estúpido y se le critica constantemente o tiene expectativas demasiado altas que son casi imposibles de cumplir, ¿cómo se sentiría? Eso lo puede explicar perfectamente la figura de Manuel Estrada Cabrera, El Confitero y muchos otros que han gobernado el país. Cada quien reacciona de forma diferente frente a este tipo de situaciones, sobre todo si se dan de niños, cuando empiezan a desarrollar el carácter y la conducta. Hay tres maneras con las que se hace frente a la auto devaluación y a las experiencias que hacen sentir “poca cosa, baja autoestima, alta autoestima, megalomanía o personalidad narcisista. La Baja Autoestima es experimentada por conflictos de autodevaluación, que parecen que no se es lo suficientemente bueno intelectual o físicamente, entonces absorben mayor cantidad de ansiedad y estrés y, les afectará negativamente la salud emocional y física. La Alta autoestima, es que a pesar de que se sienten devaluados, no reaccionan disminuyendo su nivel de autoestima, sino que generan un mecanismo de defensa contrario que les ayuda a contrarrestar esa sensación, e intentan salir por sí mismos de la devaluación buscando sentirse superiores a los otros, el mejor, el más fuerte, el más alto, el más inteligente, el que puede hacer todo lo que se proponga, nada puede detenerlo, lo que suena parecido a los mensajes de motivación e inspiración que se anuncian y venden en cursos de superación. Y es que se puede cambiar el estado interior cambiando el comportamiento. Pero lo chistoso es que a pesar de que se expresen estos elevados pensamientos y comportamientos de alta autoestima, se sigue teniendo esa sensación de inseguridad. Trastorno de Personalidad Narcisista o Megalomanía, es el comportamiento más extremo basado en sentimientos de auto-devaluación e inseguridad, que ocurre después de muchos años de haber sido atacados una y otra vez, como al ConfiteroLos factores desencadenantes pueden incluir padres altamente críticos en un ambiente lleno de expectativas casi imposibles de alcanzar, que esperan que cumpla con metas de vida demasiado altas. Como Juan I de Inglaterra (1166-1216), conocido como Juan sin Tierra, apodado el Poseído fué uno de los más cobardes y acomplejados regentes de la historia y, tras la muerte de Ricardo Corazón de León, este sólo es recordado por el maltrato que ofrecía a sus súbditos que pagaban con la vida la deplorable e inútil personalidad del rey, así como por sus venganzas personales e intrigas de sábanas y de palacio.

 

¿Por qué no compararme con los dioses?

Un megalómano

 

Canto XIV

Todo esto genera muchos de los conflictos internos de auto devaluación, junto con creencias limitantes y emociones negativas que forman, con el tiempo el trastorno de personalidad narcisista, TPN. Algunos para sentirse mejor generan la estrategia de creer que son verdaderamente superiores a los demás a través de actos, como: insultar a otroscriticar a los demás, creer que siempre tienen la razón y los otros no, utilizar la ira y el abuso verbal para asustar a sus competidores, dejar de empatizar con los demás parahacer todo lo necesario para ganar y ser el mejor. Iván IV, conocido como Iván el Terrible (1530-1584) zar ruso que perdió a sus padres siendo muy pequeño y sufrió torturas por parte del gobierno ruso, que lo convirtieron en una persona temible. Dió de comer a sus perros al jefe de gobierno, masacró a su pueblo, eliminó a las principales familias de terratenientes, golpeó a su hija embarazada, mató a su hijo en un ataque de ira y sus violentas acciones son demasiadas para este espacio. Estaba desquiciado y era extraordinariamente autoritario, gobernando la Rusia del s. XVI con mano de hierro, asesinando a amigos y enemigos sin importar el motivo. Murió por coche al tratar su sífilis a base de mercurio, pero afortunadamente vió el Hades.

 

“El megalómano se diferencia del narcisista por el hecho de que

 él quiere ser temido más que amando, 

a este tipo pertenecen muchos lunáticos 

y la mayoría son grandes hombres de historia”

Bertrand Russell

 

Al abrirse la Caja de Pandora de la Segunda Repartición económica del mundo conocida internacionalmente como Segunda Guerra Mundial, Hitler consideraba que los seres humanos estaban divididos en razas, estando en la cúspide la “raza aria” de la cual, los alemanes eran los principales representantes y habían “razas inferiores” como los judíos o los eslabos, que para el nazismo eran subhumanos. El Führer adoctrinó a más de tres millones de soldados a que creyeran esa idea de acabar dominando el mundo cometiendo actos inhumanos que han pasado a la historia para siempre. Por ello el enano de bigote de pubis hoy es conocido como el megalómano más famoso en 4,000 años de humanidad, seguido de otros dictadores como Nerón, Napo, Somoza, Stalin o Arana Osario el ChácalVil y Rios de Sangre Mont. Stalin inculcó el culto inmisericorde a su persona al obligar a los niños escolares a aprenderse textos de memoria que hablaba sólo de su inteligencia y bravura, entre otras barbaridades, como hacen todos, todos los adoctrinadores, de lo cual es fiel ejemplo la iglesia y este país. Si no vean a la más conocida como Bloody Mary, María I de Inglaterra fué la única descendiente de Enrique VIII y luego de instaurar el catolicismo, quería restaurar en su país la obediencia absolutista a Roma y, así quemó a 1,653 protestantes en la hoguera en el ágora misma en medio del convite, en cuatro años de persecución y quema en la hoguera. Otra hija de la chingada fué Ranavalona I, la reina más loca de la historia en Madagascar de la dinastía Merina, consiguió el trono en 1828 después asesinar a todos los descendientes de su marido para convertirse en la única heredera. Expulsó a los extranjeros, mandó a los ejércitos contra los cristianos, y ejecutó a todo aquel que lo fuera o profesara su fe en público, creando técnicas de tortura nunca antes vistas, ya que le gustaba realizar los más macabros experimentos. Estas hasta le venden fósforos al diablo. Me recuerdan a Odiseo el asolador de ciudades rico en engaños que andaba hurdiendo  ardides siniestros. Pues sí, eso demuestra que no hay uno tan macho que aguante todo. Pero nada, aunque duela, es permanente, todo cambia y se modifica, pero sigue pasando de una u otra manera.

 

La humanidad no soporta mucha realidad

 

Canto XV

Ahora que se mostró la hija de la Mañana, la Aurora la de rodáceos dedos, veo que la melo, la megalomanía es una manía con delirio de grandeza por trastorno mental que padecen los que se creen socialmente muy importantes, capaces de hacer grandes cosas y, se comporta como si tuviera una posición política, social y económica muy superiores a las reales. Un megalómano se siente superior, es arrogante, extremadamente orgulloso y desprecia todo aquello que no tiene que ver con él mismo. Históricamente la megalomanía fué usada para denominar un trastorno de personalidad narcista, que es un amor excesivo hacia sí mismo y, se considera el mejor, el más bello, el más fuerte y el único que puede resolverlo todo. Se relaciona el delirio de grandeza con el abandono o la falta de apoyo en la infancia, o al contrario, una educación absorbente con padres muy extremosos, que quieren siempre explotar los talentos de los hijos y los “endiosan” comparándolos continuamente con otros. Es lógico que cada quien tenga la naturaleza de sentirse mejor que otros, pero lo que es preocupante es estar escondiendo en ese delirio las verdaderas carencias, como el Delirio de grandeza que es un síntoma de psicosis, un megalómano cree que su persona es más grande o más importante de lo que en realidad es que puede descomponerse en: la habilidad grandiosa, cuando creen que han sido elegido para una misión especial con delirio expansivo, la César manía o el complejo de Napoleón. La identidad grandiosa, cuando cree que es rico o famoso y vive de acuerdo a su creencia, también se llama la uromanía, el delirio de tener origen celestial, la uromanía o el delirio de ser el universo o Dios, como muchos pastores evangélicos. Aqui también cabe Luis II de Baviera apodado el Rey Loco -y no es precisamente Aerys II Targaryen,- fué el famoso regente homosexual que murió en circunstancias raras por sus extrañas mañas religiosas de cama. Su excéntrica vida y su personalidad melancólica lo incapacitaron para gobernar pues era un antibelicista con temperamento inestable, que protagonizó una monumental pelea con su hermano menor, al que a punto estuvo de quebrarle el cogote. El delirio de referencia o delirios de observación, que es creer que todo lo que ocurre en el mundo tiene que ver con sí mismo lleno de mensajes y todos destinados a él, cuando cree que es la última Coca-Cola del desierto. Algo así como Leopoldo II de Bélgicarey que "fundó" el Estado Libre del Congo como su condominio privado, en la que implantó un sistema de trabajos forzados a tope a los congoleños, obligándolos a trabajar como esclavos y extraer para él marfil y caucho, con lo que logró hacer una gran fortuna de este su recinto particular de tiranía in extremis. Gracias a sus despiadadas medidas, casi tres millones de personas murieron de hambre y la población se redujo en un 50% debido a que separó a hombres y mujeres en el Estado Libre del Congo. Perosnajes como este no saben contentarse y todos sufren, pues sólo buscan el mapa del tesoro.


“Quien solo vive para si, está muerto para los demás”

 

Canto XVI

Las listas siempre se quedaran cortas pues monarcas o líderes sanguinarios por su crueldad o locura natas, son punto central del blanco de círculos de la fascinación y de la controversia desde que la humanidad posee gobernantes. La combinación de lo divino, el poder absoluto y la falta de contacto con la realidad del día hacen que la idea de un rey o una reina de este calibre sea tan fascinante como aterrador. Sus vidas estuvieron marcadas por una reputación que los convierte en en los líderes más despiadados de la historia. Cuando hay carácter voluble indeciso y a veces agresivo, la realidad va más allá de lo patológico, pues dentro de este delirio de grandeza que existe una persona miedosa e insegura, asociado a un mecanismo de defensa y lo más peligroso de esta patología es la dificultad de tratarla ya que los megalómanos no reconocen que son un problema. Fingen constantemente, tratan de dar una imagen idealizada de si mismos, elaborando creencias enfermizas. La envidia vive en ellos como emoción principal, Pues están continuamente queriendo ser la persona que tienen al lado, o a hacer lo que sea por superarlos. No aprenden de sus propios errores y se comportan como que tuvieran poder ilimitado, además de no fijarse en la imagen falsa que dan y, siempre están buscando aprobación, como Otto de Baviera (1848-1916) fué el hermano menor y sucesor del no muy cabal Luis II. Otto tampoco tenía buena salud mental, por lo que fue recluido en una habitación acolchada para que no se golpeara la cabeza contra la pared, ya que era una de sus obsesiones repetidas y, creyó que él mismo era un perro, por lo que ladraba y comía en el suelo en un guacal y se ayuntaba en cuatro patas y orinaba levantando una pata y defecaba encuclillado. Luis y Otto fueron los dos últimos monarcas bávaros. Pero si hay algo peor, el general Idi Amín Dada de Uganda gobernó despiadadamente durante ocho años, en los que fueron masacrados muchos más de 390,000 civiles, era gran admirador de Hitler, llevó a la decadencia económica a su país, pues invertía todo en el ejército y el resto lo robaba, haciendo desaparecer a todos los leales al anterior presidente. Practicaba el canibalismo con algunos de los disidentes a su régimen o los servía como aperitivo a sus cocodrilos.

 

Canto XVII

Hombres y mujeres que emplearon tácticas inhumanas para lograr el cumplimiento de sus agendas políticas y militares. En la ficción, los reyes y las reinas que sucumben a la locura siempre resultan llamativos. No es tranquilizador pensar que una gran parte del mundo está controlada por alguien irracional e inestable. Y, por desgracia, la historia está repleta de ejemplos de líderes que trajeron la miseria a su pueblo con su crueldad, sus malas habilidades de gobierno, su falta de sentido de la realidad o sus acciones desconcertantes, con la megalomanía al extremo. He aquí una muestra de esa locura que cambió el curso de muchos acontecimientos mundiales y, de los más crueles entre los crueles, está nada menos que El Chivo Rafael Leónidas Trujillo, que gobernó la República Dominicana durante más de tres décadas, 1930-1961 con un título de Presidente de la República y Generalísimo de los Ejércitos dominicanos. No tuvo una educación decente por los constantes cambios de escuela y problemas familiares de dinero y le empujaron a la calle y, durante varios años se dedicó a delinquir, especializándose con su hermano en el fraude postal, pero descubierto pasó meses en la cárcel que alimentaron su violenta personalidad. Al salir de la cárcel, lideró la banda callejera, “la 42”, conocida y temida por sus robos y su violencia. Durante sus años en el ejército, Trujillo aumentó su vena dictatorial y violenta. Fue juzgado, aunque finalmente absuelto, de un delito de violación y extorsión a una menor de 10 años. Además, su jefatura regional era una de las más temidas del país, teniendo el mayor ratio de detenciones y abusos militares. Cuando los gringos abandonaran el país en 1924, dejaran a Trujillo al mando de los ejércitos como teniente coronel y jefe del Estado Mayor. Con todo el poder militar en sus manos, Trujillo pronto puso el poder político en su punto de mira. Recuperó su antigua banda, “la 42”, a la que convirtió en una banda paramilitar dirigida por miembros del ejército. En esta banda se basó Trujillo para orquestar en 1930 un golpe de Estado contra el Presidente Horacio Vásquez y convocar unas elecciones presidenciales con él mismo como candidato. Trujillo encargó a “la 42” que creara un clima de terror entre los votantes de la oposición, amenazó a los miembros de la Junta Electoral, forzando su dimisión y reemplazándolos por allegados suyos. Trujillo ganó sin problemas. Trujillo y sus hombres más cercanos desarrollaron un gigantesco culto a la personalidad. En 1932 comenzaron a surgir rumores de que el hijo de Trujillo, Rafael “Ramfis” Trujillo, no era realmente hijo del dictador. Para acallar los rumores y mostrar su amor por el niño, Trujillo le nombró coronel en 1934 y general de brigada en 1938, con solamente 9 años, con el salario, privilegios y honores correspondientes.

FIN

10 comentarios: