domingo, 23 de abril de 2023

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PRIMERA PARTE

OK CORRAL

El tiroteo más famoso del oeste

Un episodio místico de la época de los pistoleros

 


ABSTRACT

 

“La valentía es la resistencia al miedo,

el dominio del miedo, no la ausencia de éste”

Marck Twain

 

Sin pasar por el tamíz, el tiroteo en el O.K. Corral fué un enfrentamiento armado interno, de frente, entre supuestos forajidos y supuestos funcionarios retorcidos de la ley que pasó detrás de un corral de ganado en el pueblo de Tombstone, en el desierto de Arizona, según los registros del Museo de Antropología e Historia, a las 3:00 pm del miércoles 26 de octubre de 1881. Fue la sumatoria de una serie de disputas, mejor riñas para evitar malas interpretaciones, de larga data entre los oficiales Wyatt Earp, Morgan Earp, Virgil Earp y John “Doc” Holliday contra los vaqueros Billy Claiborne, Frank McLury, Tom McLaury, Billy Clanton y Ike Clanton, acusados de múltiples actos delictivos como que estuvieran el el mercado de la Terminal de la zona 4. El enfrentamiento, duró sólo unos de 30 segundos, se dispararon unos 30 tiros, porque los oficiales investigadores del MP y la SAAS los contaron y marcaron con numeritos de pastel de cumpleaños y, acabaron por faenar por plomo furtivo a los hermanos McLaury y Billy Clanton que los dejaron a punto de huitlacoche con alfajor. Esta cinematográfica escena se ha convertido en la imagen representativa de los duelos de la época dorada del Salvaje Oeste americano, una época violenta en la que agentes de la ley se juegan la vida ante forajidos que también se la juegan contra ellos. 

¿Pero sucedió realmente así? 

No se pierda el siguiente capítulo de esta interesante telenovela.


 

PREÁMBULO

 

Polvo, desierto y plata,

una vieja enemistad,

armas, juego, apuestas

alcohol y putas

 

Con los ojos rojos como una comadreja alumbrada en su madriguera, mucho se defiende que se trató de una ejecución a sangre fría de hombres desarmados, uno de ellos un patojo cabrón de 19 años, todo un pipirino. Pero para eso está usté, pa´ juzgar y formarse su propio juicio después de entrarle con todo al asunto. Un episodio más del ajuste de cuentas entre dos clanes enfrentados en un mundo en el que ni los buenos eran tan buenos, ni los malos tan malos, sino todo lo contrario. Esos treinta segundos convirtieron en un mito a Wyatt Earp y le persiguieron hasta el fin de sus minutos. El teatro de los hechos fué una población fundada pocos años antes por Ed Schieffelin, un cazafortunas bueno como un brote espontáneo de culantro, que tras trabajar como explorador del ejército de Estados Unidos, decidió buscar metales preciosos en el territorio donde coinciden los límites de México, Nuevo México y Arizona. Sus amigos, conocedores de la presencia de apaches en la zona, le dijeron que la única piedra que iba a encontrar sería la de su lápida, por lo que, cuando en 1877 halló una veta de plata la llamó a la mina Tombstone que significa "lápida,"  y se extendió luego a poblado en formación. La zona se llenó -como tinaja de agua en catarata,- de aventureros que se agruparon alrededor de un campamento con ese mismo nombre. Era un polvoriento pueblo bootleg que comenzó como una mina de plata que duró sólo siete años, hasta que una subida del nivel freático del agua subterránea acabó con las operaciones inundando la mina, pero el pueblo creció alrededor por los buscadores del metal plateado. Contaba con dos salones de baile doce salas de juego, veinte salones que en realidad eran puteros y dos biblias. Se le llamó “Un pueblo demasiado duro para morir.” En 1881, Tombstone albergaba según el INE y SEGEPLAN a 7,227 hombres de frontera y era ya una próspera ciudad, capital del condado de Cochise. En ella se establecieron dos facciones enfrentadas entre sí para variar, por cuestiones económicas. Por un lado, se encontraban los residentes y, en general, los dueños de negocios del pueblo, cuyos intereses eran defendidos por el marshal o jefe de la policía local, Virgil Earp. El otro bando estaba formado básicamente por los mineros y los vaqueros que vivían en los alrededores de la localidad y contaban con el amparo del sheriff del condado, Johnny Behan, su carnal pedagógico.



“Los placebos son esas cosas que tienen las vacas 

por donde les sale la leche”

Eddie Kaspack

 

LOS MOTIVOS DESENCADENANTES 

 

Andando por los senderos alejado del mundanal ruido, el oficial Comisario Mariscal de la ciudad, soldado de combate y Diputado Adjunto de los EUA, Virgil Earp acusó a Frank McLaury, ante el Juez “A” del Juzgado 8o Pluripersonal de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Conexos contra el Ambiente, de haber confiscado sin consentimiento del propietario oficial a seis mulas, de las que se montan que tienen cuatro patas -porque ahí habían muchas de sólo dos patas,- del campamento militar Rucker, sorprendidos en el acto supino circunstancial por el representante federal John McPearson, que andaba investigando para un reportaje de ElPeriódico y, cachó a los McLaury cambiando las letras US a D8 en las ancas del lado derecho con hierro candente a las mulitas trabajadoras y explotadas. Para evitarse más problemas de los que ya tenían y desaparecer en el agujero del pasado, decidieron devolver las mulitas, pero para variar no cumplieron con el asunto, como lo demanda el debido proceso con el olor de las mentiras, porque la autoridad les importaba un pito de iguana ronca. Como si fuera poco al allegar Wyatt a Tombstone, el 1 de noviembre de 1879, el meritito día de los muertos vivientes, le escamotearon en un parquímetro de la Calle de las Andas a su macho marcado como baraja chueca que, un año después fué encontrado casualmente en el rancho de los Clanton cuando estaba haciendo bish. Quizá el jumento se soltó del amarradero y se fué a echar un su colaso y allegó al lugar. Este incidente dañó la muy buena y bendecida reputación de los Clanton ante la iglesia y la Santa Inquisición y, convenció a los Earp de que eran robones de ganado y caballos o cualquier bicho de cuatro patas que sirva para monta o churrasco. El motivo que apresuró el tiroteo fué el asalto y robo a la diligencia de Sandy Pup en marzo 23 de 1881, en el que murieron dos personas, John Moore y Gilbert Brandon, por balas de plomo perdidas en el espacio y cuyo principal sospechoso escapó más tarde de la cárcel, ayudado por un zenzontle. Como consecuencia, las acusaciones como cómplices del robo estaban flotando en el aire con el pistolero Doc Holliday, extraño, espontáneo y poderoso, como representante legal y principal sospechoso del crimen, al ser acusado por su novia la furcia Big Nose Kate, a la que también le llamaban La Chata en el burdel, porque no le pagaba los cincuenta centavos de dólar por el uso de su cubierta de piel, aunque luego se echó pa´tras, porque habían muchos saltapatrases en ese entonces, por miedo a más tarde que mañana le dieran mastuerzo represaliadamente.



Cuando eres famoso por los tiroteos, 

estás destinado a ser embrujado

 

Trecientos sesenta y cinco días antes del asunto que aquí se trata, Virgil Earp, un antiguo soldado, aserrador y buscador de oro, se había convertido en marshal de la localidad y había colocado como ayudantes a sus hermanos de leches, Wyatt, el cuarto de ocho hermanos y, Morgan. El clan entró enseguida en conflicto con los Clanton y los McLaury vaqueros protegidos por el neurotípico sheriff Johnny Behan, al que le completaban los ingresos con el contrabando de ganado y el asalto a alguna diligencia. Los Earpdefendían los intereses de los negocios de Tombstone frente a los mineros y cowboys de los alrededores, grupo que acusaba a los Earp de usar sus placas en su propio beneficio y, era cierto, además de agentes de la ley eran propietarios de varios salones en los que se ejercía el juego con apuestas y la prostitució sicalíptica, que incluía al famosísimo The House of The Risisng Sun, pues el logotipo de Wyatt era: “donde abunda la testosterona, hace falta una putona.” Wyatt era hombre de la ley, jugador de cartas, buscador de oro y plata, cazador de búfalos, proxeneta y dueño de cantinas, además era invitado frecuentemente para arbitrar peleas de boxeo y su presencia llenaba de glamour  las veladas de las estrellas de Hollywood del momento. Había sido detenido y acusado de quedarse con parte de las tasas destinadas a financiar centros escolares en Lamar, Missouri, de varios robos de caballos, frecuentar y regentar prostíbulos en diferentes poblaciones, En 1875 se convirtió en ayudante del marshal de Wichita, Roger Cowan, pero al año siguiente fué despedido acusado de tráfico de influencias, aprendido en el Conhueso Nacional, para colocar a sus hermanos con total nepotismo. Era toda una joyita sin pulir el condenado. Los Earp y los cowboys habían tenido varios enfrentamientos verbales a cuenta de robos de ganado y diligencias. A todo ello se sumaba la enemistad personal entre Behan y Wyatt, porque diez meses antes del tiroteo, ambos se postularon al puesto de sheriff del condado de Cochise, pero Behan -que seguramente ya había sido diputado,- le dijo con su dicción de político de la UNE:

-Te propongo un buen negocio para vos.

-¿De qué se trata la cosa?

-Mirá, es bien fácil, te conviene porque no te vas a tener que inscribir en el Tribunal Supremo Electoral, ni pagar propaganda callejera. El trato es que te retirés de las elecciones y yo con mi capacidad para hacer manoe´mica te doy el diez por ciento de todos los impuestos que cobre y que ahora serán más porque voy a inventar nuevas tasas y por si fuera poco te voy a nombrar sheriff.

Wyatt rápidamente pensó, -“Jesús, házme judío.”

Así, con ese inigualable argumento convenció a Earp de que se retirara de las elecciones, prometiéndole a cambio que lo nombraría sheriff y compartiría esos maravillosos beneficios del puesto. Pero como buen político le puso número a la capa y se olvidó del acuerdo en cuando fué electo, -una extraña combinación de desolación y poder,- algo que me suena harto conocido por aquí, pues lo que se ignora no hace daño que es el más puro condimento para sazonar el asunto. Behan tenía tan pequeño el corazón, como el tetunte con el que David le quebró el frontal y el occipital a Goliat, sometiéndose al modo en que el mundo cambió.



“Lo peor de una enfermedad mental es que la gente 

quiere que actúes como si no la tuvieras”

Arthur Fleck

 

Como no tiene sentido subir si no se puede bajar, el tal por cual de Wyatt Earp fué reclutado por su hermano como policía ya que lo era en Tumbstone, -siguiendo la teoría de los pájaros, que sólo se juntan con los de su misma especie,- donde el desorden, las bandas de desalmados, las maras como los Clanton y otras hacían su regaldo gusto con tropelías y desordenes callejeros. Wyatt era un ladrón prófugo de la ley al escapar de prisión cuando se trasladó al lugar, y pronto ocupó el oficio de Comisario, por el competía con el otro comisario deshonesto Johnny Behan sin hemorragia espiritual, que apoyaba a las bandas de cowboys de Cochise –que llegaron a ser unos trecientos y eran más una molestia que un estorbo para los habitantes,- que le pasaban su mesada de los robos de semovientes, con tal de mantener su empleo y, andaba enseñando la foto de su novia desnuda como trofeo de guerra, pero Wyatt que era un sincopado se la cepillaba sin medida ni clemencia y, al final paró casándose con ella sin encontrar consuelo en el deseo, pues tenía la pechuga tan grande como la de la vaca Lola y del color de la Pepa Pig. Muy seguro de que las deudas no se heredan. Wyattque era impertérrito, de género fluido, ni carne ni pescado, ni vela ni vaporun mujeriego y un hijo de puta con ático, quería el curro del Behan a como diera lugar, pero estaba alineado con los cowboys que eran muchos. Estaban luchando en las elecciones de Comisario y Wyatt sugirió a Billy Clayton que fingiera un robo de carruajes y que él y Doc asustarían a los supuestos bandidos sin que nadie saliera herido y eso les daría más votos, pero éste se negó y la mala sangre siguió acumulándose, pues la mierda suele salir por el otro lado. 

 


“Me llene la cabeza de whiskey y la barriga de ginebra y,

dice el doctor que eso me matará, pero no dice cuando”

 

En un 20 de octubre de 1881, día de la revolución, se aprobó en Tombstone la ordenanza que prohibía llevar armas en la ciudad, todos los que llevaran un cuchillo de caza, una daga, una pistola o un rifle debían dejarlo en la caballeriza antes de entrar a Tombstone, lo que contrariaba a los vaqueros que gustaban de acudir a los salones, lo que contrariaba a los vaqueros que gustaban de acudir a los salones. Estas poblaciones fruto del progresivo desplazamiento de la frontera hacia el océano Pacífico estaban habitadas por hombres que, después de duras jornadas de trabajo querían apostar, beber y gozar sicalípticamente de la compañía femenina, la combinación perfecta para los desastres provocados por masculinidad, alcohol, apuestas y armas que provocaban muchas peleas y muertes y se querían pasar la ordenanza por el forro.

 


"El vaquero es un ladrón a veces y, 

un ladrón es sinónimo de desesperado, 

bandido, forajido y ladrón de caballos"

George Parson, residente de Tombstone

 

Los contendientes zafarranchosos no eran precisamente doctos, ni duchos pistoleros de red bone, pues el más experimentado era Billy Claiborne, -aunque peleaba como gallina,- auténtico pistolero de frontera que se había visto envuelto en varias refriegas de avispero. Frank McLaury era buen tirador. Virgil Earp, por su experiencia en la Guerra Civil, que de civil no tuvo nada pues fué bien incivilizada y, como agente de la ley además de haber sido francotirador, también manejaba con alguna precisión las armas. Wyatt Earp se había enfrentado a las armas tan sólo en una ocasión. Ike Clanton, que no tiene nada que ver con una tal Tina y, Billy eran más habladores fanfarroneros que otra cosa, de hecho, fue el primer y último tiroteo de Billy Clanton, y Morgan Earp no había disparado nunca. El más experimentado y hábil era Doc Holliday, de quien se decía que era el más rápido pistolero del lugar. Quizá por esta falta de experiencia de casi todos, la pelea se desarrolló así como fué, según mi libro de Historia Universal de sexto grado.

 


"Los cowboys son la clase de bandidos más

 imprudente en ese país salvaje y son

 infinitamente peor que el ladrón común"

Wyatt  Earp

 

Para finalizar el ciclo reminiscente, el día 25, Doc Holliday, el pistolero cuás de los Earp, estuvo jugando naipes y chupando como ternero tierno en el salón Alhambra hasta las doce de la noche, y discutió con calor montuno con unos vaqueros, sobre todo con Ike Clanton, que tenía impedimentos de ubicación espacial, otro cantante a capella en la porquria del coro, ambos ostensiblemente borrachos según los testigos pagados por el gobiernoIke alzando el tono de las cuerda vocales exclamó que él y sus colegas llevarían armas en Tombstone siempre que les viniera en la solapa de las chaparreras y, que al día siguiente lo harían y que ningún policía salonero tendría los ovíparos para quitárselas. A la mañana siguiente, Ike Clanton, que continuaba medio bolo y armado, alardaba como chompipe en baile, que buscaría a Holliday o a algún Earp para ajustar bien los cinchos de los pantalones con ellosVirgil Earp, para demostrar que él representaba la ley en Tombstone, fué en busca de Ike, le requisó las armas y lo llevó ante el juez a puros empujones, y le impuso la multa estipulada de medio dólar. Otra vez en la calles, Ike fue a reunirse con un grupo de cinco vaqueros del clan e hicieron correr la voz de que andaban armados y nadie los iba a desarmar. Siguieron con la bravuconada de la noche anterior y, algunos de ellos estaban armados porque se disponían a salir de la ciudad.

 


Wyatt Earp salió a la luz del mundo un 19 de marzo de 1848 en Monmouth, 

Illinois y petateó un 13 de enero de 1929

 

Ese 26 de Octubre de a 1881, los Cowboys entraron en Tombstone, dejaron sus caballos en un establo cercano y se dirigieron a paso de cabra a la armería de Spangenberg y, Virgil los vió llenando sus cartucheras con balas en la Calle Cuatro, una violación directa de la ordenanza. Las tensiones eran altas, pero las hostilidades que fueron mayores y si existen las condiciones previas, éstas se presentan inevitablemente por cuenta propia, pues durante la transmisión del medio día, GuatemalaFlash informando y el teletipo vibrando transmitió un boletín de la Huelga de Dolores con la noticia de la irrupción de unos vaqueros armados buscando más armas recorriendo Tombstone. Los vaqueros siguieron hacia el OK Corral, donde discutieron sus planes para matar a Virgil, Morgan y Wyatt Earp. A pesar de todo los cowboy no esperaban que Virgil fuera acompañado porque a él le habían echado las boqueras. Los testigos le reportaron las amenazas a Virgil el mariscal de la ciudad y, sabía que ya habían violado la ordenanza, por lo que estaba ansioso por detener el presunto zafarrancho. La enemistad había llegado al punto de hervor, una hazaña fácil en el calor del desierto. Los vaqueros eran hombres sin ley y los ganaderos legítimos pensaban que el término vaquero era un insulto.

 


Una vez que algo gordo y en bajada se pone en marcha,

no se le puede detener

 

Como propaganda de boca en boca se corrió la voz de que Ike Clanton retaba a los plomazos de a de veras a los Earp,  pero era más cacaraqueador que una gallina culeca. Dadas las circunstancias y después de estar chupando hasta la línea del Plimpsol del caso, Virgil Earp, cumpliendo la ley de la ciudad que él mismo había impuesto, como quiera que fuese, llamó a sus hermanos y a su amigo Doc y decidió demostrar quién tenía los calzones bien amarrados ahí, poniendo los ocho huevos en el mismo canasto. Nadie sabe por qué, pero los vaqueros caminaron hasta el lote estrecho cerca del Estudio de Fotografía de C.S. Fly. Allí, los Earps se unieron a Doc Holliday para enfrentar a los vaqueros. El marshal y su escolta fueron al encuentro de los vaqueros por la calle principal Fremont, hasta un estrecho solar vacío de apenas cinco metros de ancho, detrás de un establo de caballos llamado O.K. Corral, para notificarles que las armas de fuego tenían que entregarse a las autoridades locales y, decidió acercarse al grupo de Ike Clantoncaminado por las polvorientas calles. Por el lado de los Earp se presentaban los hermanos Virgil, Wyatt y Morgan, alguaciles de Tombstone, además del amigo de la familia John “Doc” Holliday, todos vestidos con sombreros y largos abrigos maxi de color negro. Por el lado de los Clanton andaban los hermanos brothers Frank y Tom McLaury, los hermanos Ike y Billy Clanton y Billy Claiborne

CONTINUARÁ…

sergiodeleonlopez

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