martes, 25 de junio de 2024

LA PIEDRA ROSETTA. Segunda parte. 251

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SEGUNDA PARTE

Sabiendo que el placer no es más que el alivio del dolor, no hay para dónde pues cuando el hilo se rompe las perlas ruedan por el suelo. El decreto data de un período belicoso y perturbador de culo porque la guerra no es más que falacia y ardid. Ptolomeo V Epífanes Eucharistos faraón entre el 204 y el 181 aC, -unos 23 años,- hijo de Ptolomeo IV Filopator con su hermana y esposa Arsínoe la raposa pero cauta, que se convirtió en gobernante a la edad de cinco años tras el asesinato de ambos padres por los comunistas del partido Vamos, en una conspiración que involucró a la amante de Ptolomeo IV, Agatoclea -a la que le sotenía más el sentimiento que el presentimiento y, que para sus grandes fauces era tan sólo un bocado,- que no quería que usara a su esposa, sólo a ella en la medianoche, porque las gatas siempre andan conspirando a esas horas. Los conspiradores gobernaron Egipto como supuestos guardianes de Ptolomeo V Epífanes hasta que, dos años después, estalló una revolución liderada por el general Tlepólemo, y Agatocles y su familia fueron linchados por una turba en Alejandría. Vo servire a Deo dominare est. Tlepólemo fue sustituido como tutor en el 201 aC por Aristómenes de Alicia, que era primer ministro en la época del decreto de Menfis, como ya antecito fue informado. Poder es querer.

El pasado no tiene prisa alguna, hay que despertarlo

Me pierdo en tu laberinto eterno con una rama de enebro, porque siempre hay quien quiere chupar rueda con los acontecimientos mundiales y, los ingleses no se quedan atrás, así ahí también les tocó su dosis, pues las potencias extranjeras agravaron los problemas internos del reino lágidaAntíoco III el Grande y Filipo V de Macedonia hicieron un pacto para dividir las posesiones ultramarinas de Egipto, como que fueran de ellos, pues Filipo se había adueñado varias ciudades e islas de Tracia y Caria, mientras que la batalla de Panio en 198 aC había causado la transferencia de Celesiria, con Judea de los Lágidas a los Seléucidas incluida. Mientras tanto, en el sur de Egipto existía un estado en revuelta que había comenzado bajo el reinado de Ptolomeo IV​ y que estuvo liderada por Horunnefer y luego por su sucesor Anjunnefer. Tanto la guerra como la revuelta interna seguían activas cuando el joven Ptolomeo V Epífanes pleno de ataraxia fue oficialmente coronado en Menfis a la edad de 12 años -siete años después del inicio de su reinado tutelado y manejado al sabor y gusto de los tuteladores, - y cuando se publicó el decreto de Menfis en la prensa local.


Los recuerdos no mueren, 

sino el que los fabrica

Sí. Así pasa. Siempre se pueden encontrar cosas que se parezcan a otras -y sucede hasta con las personas,- y la condición humana no funciona si no encuentra comparaciones, así que la estela tiene similitudes con otras que representan al faraón gobernante concediendo una exención de impuestos a los sacerdotes residentes, lo que me hace pensar que el tal sacerdocio siempre a estado lleno de vividores. Los faraones habían mandado a tallar estelas durante dos mil años, pues las más antiguas datan del Imperio Antiguo. Aunque al inicio el propio faraón emitía estos decretos, el de Menfis fue publicado por los sacerdotes, garantes de la cultura tradicional egipcia, pues con pisto baila la mona. El decreto deja constancia de que Ptolomeo V Epífanes regaló plata y grano a los templos, y así, sí sigue bailando la mona y que en su octavo año de reinado, durante una inundación especialmente alta del Nilo, ordenó embalsar las aguas sobrantes para beneficio de los agricultores, igual que se hace aquí, pero al revés. A cambio de estas acciones, los sacerdotes elevaron plegarias -que se van al viento,- en el cumpleaños del faraón, el día de coronación se celebraría anualmente y todos los sacerdotes de Egipto le servirían junto a los otros Dioses. El decreto concluye con la instrucción de que una copia se colocara en cada templo inscrita con el lenguaje de los Dioses, los jeroglíficos, el lenguaje de los documentos, el demótico y el lenguaje de los griegos que usaba el gobierno ptolemaico. Asegurar el favor de la casta sacerdotal era esencial, -como los sigue siendo ahora aquí,- para los faraones ptolemaicos a fin de conservar un control efectivo sobre el pueblo adoctrinado. Los Sumos Sacerdotes de Menfis, -de alta lubricidad relajada en los excesos de la carne,- ciudad en que fue coronado el faraón, eran particularmente poderosos por ser la máxima autoridad religiosa de la época y tener influencia en todo el reino, algo así como el Vaticano de ahora. Dado que el decreto se publicó en Menfis, la antigua capital de Egipto, en lugar de en Alejandría, centro de gobierno de la dinastía, porque el joven faraón quería ganar su apoyo activo. Aunque el gobierno de Egipto se servía del griego desde las conquistas de Alejandro Magno, el decreto de Menfis, al igual que los dos anteriores decretos, incluyó textos en egipcio para mostrar su relevancia para el pueblo sometido a la minoría helénica, por medio de la escritura sagrada vinculada a las tradiciones nativas por lo que habrá de azotarle un terrible infortunio que dejará a su dueño medio turnio.

El final de la agonía es un orgasmo póstumo

En connivencia con Jalid lleno de sihr, magia, la estela con el mapa de lo que habría de ocurrir, no se elaboró en la localidad de Rashid, Rosetta, donde apareció pues procede de un templo situado en el interior del territorio egipcio en la ciudad real de Sais. El templo del que procedía se cerró en 392 dC cuando el emperador del Imperio romano de Oriente, Teodosio I, ordenó la clausura de todos los templos paganos, por falta de pago.​ En algún momento la estela se partió y su fragmento más grande es lo que hoy se conoce como piedra de Rosetta. Los antiguos templos egipcios se usaron más tarde como canteras para nuevas construcciones y la estela se reutilizó como tal, estilo que copiaron de los españoles conquistadores. Más tarde se incorporó a los cimientos de una fortaleza que construyó el sultán mameluco troglodita Qaitbey para defender el brazo bolbitino del Nilo en Rashid,​ donde permaneció otros tres siglos, aunque las ambiciones del sultán hacían aguas a uña de caballo. Desde su descubrimiento, se han hallado otras dos inscripciones del decreto de Menfis, en la estela Nubayrah y una inscripción encontrada en el Templo de Filé, siguiendo las órdenes originales de difusión, poniendo una en cada templo. A diferencia de aquella, los jeroglíficos de estas otras estaban relativamente intactos y egiptólogos posteriores como Ernest Wallis Budge los usaron para complementar las partes perdidas de la misma. Morir o matar. El humano se aparea porque está incompleto.

Nadie sobrevive para la tarea que nació

No todas esas manos pertenecen al mismo cuerpo pues la fiesta va a empezar durante la campaña en Egipto del estúpido megalómano Napoleón Bonaparte -de una blandura castradora, lleno de grietas emocionales,- en 1798, acompañaba al ejército expedicionario la Comisión de las Ciencias y de las Artes, que creen más en los ideales que en los ideas, un cuerpo de 167 expertos técnicos, especialistas en depredar y robar reliquias en una minuciosa eliminación. El 15 de julio de 1799, mientras los soldados franceses bajo el mando del coronel d'Hautpoul trabajaban en el refuerzo de las defensas del fuerte Julien, situado a unos 3 km al noreste de la ciudad portuaria egipcia de Rashid en Rosetta, el teniente Pierre-François Bouchard avistó en un lugar donde los soldados habían excavado, una placa con inscripciones en una de sus caras. Él y d'Hautpoul vieron informaron al general Jacques-François Menou, que se encontraba en Rosetta. El hallazgo se anunció a la asociación científica del imbécil de Napoleón en El Cairo, el Institut d'Egypte, a través del informe de Michel Ange Lancret, quien apuntó que tenía tres inscripciones, la primera en jeroglíficos y la tercera en griego, y sugería que todas las inscripciones podían ser versiones de un mismo texto. Bouchard transportó la piedra a El Cairo para su examen. El propio narco de Napoleón inspeccionó la que ya había empezado a llamarse La Pierre de Rosette. En 1800, tres de los expertos de la comisión idearon formas de hacer copias de los textos de la piedra y uno de ellos el impresor y lingüista Jean-Joseph Marcel, se percató de que el texto central, que se pensaba siríaco, era demótico egipcio, raramente usado para inscripciones. El general Charles Dugua llevó las impresiones resultantes a París, para que intentaran leerlas. Los egipcios los hubieran considerado ignorantes.

La esperanza es cosa de la vida y la desesperanza cosa de la muerte

El silencio con su frío me partió la mañana, pero ay le voy, pues tras la marcha del estúpido depredador homosexual megalómano de Napoleón, con sus desmanes morales y prevaricaciones y sus ojos inquisidores con su olor sonoro, las tropas francesas rechazaron los ataques británicos y otomanos durante 18 meses, hasta que en marzo de 1801 los ingleses desembarcaron en la bahía de Abukir. El general Jacques-François Menou, uno de los primeros en ver la piedra de Rosetta, era entonces comandante de la expedición francesa. Sus tropas, incluida la comisión, se dirigieron al norte hacia la costa mediterránea para encontrarse con el enemigo, transportando la piedra junto con otras antigüedades robadas por ellos mismos. Derrotado en la batalla, Menou y los restos de su ejército, portando la piedra, se retiraron a Alejandría, donde fueron rodeados, sitiados y obligados a rendirse el 30 de agosto, pues servían al imbécil que quería dominar el mundo. Tras la bajada de calzones con la rendición, surgió una disputa, o mejor una riña para que suene mejor, sobre el destino de todo lo robado por los franceses, diversos artefactos, especímenes biológicos, notas, planos y dibujos. Menou se negó a entregarlos alegando que pertenecían al Instituto, pero el general británico John Hely-Hutchinson con dos pelotas se negó a liberar la ciudad hasta que Menou los cediera. Los académicos Edward Daniel Clarke y William Richard Hamilton accedieron a examinar las colecciones y dijeron haber visto muchos objetos que los franceses no habían revelado, como es su malsana costumbre con lo robado. En una carta, Clarke afirmó: "encontramos en su posesión mucho más de lo que hubiéramos imaginado, pues eran saqueadores de guante fino.

La guerra es un asunto de carroña en el que uno quiere lo que el otro tiene

Como la realidad siempre es más compleja que el relato paso al siguiente punto, pues cuando Hutchinson alegó que todos los materiales eran propiedad de la Corona británica, el académico Étienne Geoffroy Saint-Hilaire, respondió a Clarke y Hamilton que preferirían quemar todos sus descubrimientos -como lo habían hecho en el legendario incendio de la Biblioteca de Alejandría- pues no era sólo saqueador sino depredador de culo. Clarke y Hamilton comunicaron a Hutchinson la posición de los franceses y éste finalmente accedió a que algunos hallazgos, por ejemplo los especímenes naturales permanecieran como propiedad privada robada de los académicos franceses. Otro vendrá que tus cosas hueviará y luego te acusará. Al enterarse, Menou reclamó rápidamente la piedra de Rosetta como su propiedad privada,​ pero el general Hutchinson, quien también era consciente de su valor y tenía un par de huevos, no accedió a la petición. Hubo un acuerdo y la transferencia de objetos se incluyó en la Capitulación de Alejandría, que firmaron los representantes de las fuerzas británicas, francesas y otomanas. Y los napoleónicos se tuvieron que poner cremita para el dolor.

“Si para recobrar lo recobrado

debí perder primero lo perdido,

si para conseguir lo conseguido

tuve que soportar lo soportado”

                                                 Francisco Luis Bernárdez

Otra vez. Sólo hay amenaza de lluvia, mucho viento, truenos, relámpagos y unas cuantas gotitas. ¿Y la lluvia pa´cuando? Ya es final de mayo y como que la Virgen no ha tomado suficiente agua. Durante 1802, la Sociedad creó cuatro modelos en yeso de las inscripciones, que se entregaron a las universidades de Oxford, Cambridge, Edimburgo y el Trinity College de Dublín, se hicieron copias impresas de las inscripciones, que circularon entre los eruditos europeos, y a finales de 1802 la piedra fue transferida al Museo Británico, donde permanece hoy. Se le hicieron nuevas inscripciones en inglés, pintadas en blanco en los laterales de la losa, con la mentira de que fue capturada por el ejército británico y presentada por el rey Jorge III, y eso que para los anglicanos es pecado mentir. Siempre los ingleses siguen chupando rueda y aprovechándose de todo lo que pueden. La piedra ha sido exhibida en el Museo Británico desde junio de 1802.​ Forma parte de antiguos objetos egipcios capturados a la expedición francesa que incluían el sarcófago de Nectanebo II,  la estatua de un sumo sacerdote de Amón, pero Sofites Alarcón curador descubrió que los objetos pétreos eran demasiado pesados para los suelos de la Casa Montagu y que irremediablemente se hundiría en el suelo del edificio original del Museo Británico, y lo trasladaron a una nueva zona construida dentro de la mansión. La piedra de Rosetta se trasladó a la galería de esculturas en 1834, poco después de que la Casa Montagu se demoliera y se reemplazó por el edificio que actualmente alberga el Museo Británico. 

Que inicuos, que miserables los héroes en el ápice de su heroicidad

Sabido es que vive mejor el que mejor se esconde pues antes del descubrimiento de la piedra de Rosetta y su descifrado casi nadie entendía ni la lengua ni la escritura del antiguo Egipto, pues su conocimiento se había perdido poco antes del fin del Imperio romano. La escritura jeroglífica se había ido especializando, pero en el período ptolemaico, a partir del siglo IV aC, pocos egipcios eran capaces de leerla. El uso monumental de los jeroglíficos cesó totalmente después del cierre de todos los templos no cristianos en el año 391 dC por el estúpido emperador romano Teodosio I. La última inscripción conocida, encontrada en Filé y llamada inscripción de Smet-Akhom, datada el 24 de agosto de 396 dC.​ Los jeroglíficos conservaron su atractivo plástico y los autores clásicos destacaron su aspecto en marcado contraste con los alfabetos griego y latino. En el siglo V dC el sacerdote Horapolo escribió Hieroglyphica, una explicación de doscientos glifos con numerosos errores que fue un logro durante mucho tiempo pero impidió la comprensión de la escritura egipcia en su plenitud.​ En los siglos IX y X, los historiadores árabes del Egipto medieval hicieron intentos de descifrarlo. Dhul Nun al Misri e Ibn Wahshiy Ya, fueron los primeros historiadores en estudiar la ancestral escritura, a la que relacionaron con el contemporáneo idioma copto que usaron los sacerdotes cristianos de Egipto. Eruditos europeos continuaron haciendo infructuosos asomos de descifrarlo, especial Johannes Goropius Becanus en el siglo XVI, Atanasio Kircher en el XVII y Jörgen Zoe en el XVIII.​ El hallazgo de la piedra de Rosetta en 1799 facilitó la información esencial perdida, que gradualmente revelaron una sucesión de eruditos, lo que finalmente permitió a Champollion determinar las claves de esta misteriosa escritura.

“... si para estar ahora enamorado

fue menester haber estado herido,

tengo por bien sufrido lo sufrido,

tengo por bien llorado lo llorado.”

Francisco Luis Bernárdez

Como siempre es necesario empezar por el principio, el texto griego de la piedra de Rosetta fue el punto de partida. El griego antiguo era muy conocido por los estudiosos, pero los detalles de su uso durante el período helenístico como lengua de gobierno del Egipto ptolemaico no tanto, pues aún no se habían producido los descubrimientos de grandes papiros griegos. Así, las primeras traducciones del texto griego de la piedra muestran que los traductores tenían dificultades con el contexto histórico y con la jerga administrativa y religiosa, lo que hace difícil situarla donde se debe. El anticuario Stephen Weston presentó verbalmente la traducción al inglés del texto griego en una reunión de la Sociedad de Anticuarios de Londres en abril de 1802 y, dos de las copias litográficas hechas en Egipto habían llegado al Instituto de Francia en París en 1801, donde el librero y anticuario Gabriel de La Porte du Theil se puso a trabajar en una traducción del griego. Sin embargo, el imbécil enano Napoleón lo trasladó a otra parte y dejó su labor inconclusa en manos de un colega, el también historiador Hubert-Pascal Ameilhon, quien en 1803 publicó por primera vez una traducción del texto griego, tanto en francés como en latín para asegurar su difusión. En Cambridge el filólogo Richard Porson trabajó en la esquina perdida del texto griego y sugirió una posible reconstrucción que fue puesta en circulación por la Sociedad de Anticuarios. Casi al mismo tiempo, en Gotinga, Alemania, el arqueólogo Christian Gottlob Heyne hizo una nueva traducción más fiable que la de Ameilhon a partir de una de las impresiones llegadas de Inglaterra. Se publicó en 1803 y la reimprimió la Sociedad de Anticuarios junto con la traducción al inglés de Weston, el relato del coronel Turner y otros documentos, en una edición especial de su revista Archaeologia en 1811.


"Si yo quisiera sacudir este árbol con mis manos, no podría. 

Pero el viento, que nosotros no vemos, lo maltrata y lo dobla hacia donde quiere. 

Manos invisibles son las que peor nos doblan y maltratan"

Friedrich Nietzsche

Con números estratégicos y posiblemente estratosféricos, en el momento del hallazgo de la piedra, el diplomático y erudito sueco Johan David Äkerblad, empedernido en el regateo y la componenda, estaba trabajando en una escritura poco conocida y recientemente descubierta en Egipto, que se llamó demótico. El que avisa no es traidor. La mano era de él. Él la llamó copto cursivo, aunque tenía pocas similitudes con la posterior escritura copta, se convenció de que se usó para registrar de alguna forma el idioma copto, derivado directamente de la lengua del antiguo Egipto. Era una guerra de romance tomando en cuenta que la música tiene su aroma. El francés Antoine-Isaac Silvestre de Sacy habló de este trabajo con Åkerblad y, recibió en 1801 de Jean-Antoine Chaptal, ministro del Interior, una impresión litográficas de la piedra de Rosetta y se dio cuenta de que el texto intermedio era esa misma escritura. Él y Åkerblad asumieron que era una escritura alfabética. En 1802 Silvestre de Sacy informó a Chaptal que había identificado cinco nombres, Alexandros, Alexandreia, Ptolemaios, Arsinoe y el título de Ptolomeo Epífanes y, Åkerblad publicó un alfabeto de 29 letras, más de la mitad de las cuales eran correctas, que había identificado a partir de los nombres griegos en el texto demótico. Ambos no pudieron identificar el resto de caracteres del texto intermedio, que contiene símbolos ideográficos junto a los fonéticos. Silvestre de Sacy hizo otra contribución por conversaciones con un estudiante chino considerando la sugerencia que le había hecho el arqueólogo danés Georg Zoëga en 1797 acerca de que los nombres extranjeros en los jeroglíficos egipcios estaban escritos fonéticamente y, en 1761, el arqueólogo Jean-Jacques Barthélemy dijo que los caracteres del interior eran nombres propios. Young lo hizo, con dos resultados que prepararon el camino para el desciframiento final, descubrió en el texto jeroglífico los caracteres fonéticos p t o l m e s, que se usaron para escribir el nombre griego Ptolemaios, estos caracteres se parecían a los equivalentes en la escritura demótica, y señaló otras 80 similitudes entre los textos jeroglíficos y demótico de la piedra, porque se pensaba que ambos eran totalmente diferentes. La escritura demótica era solo en parte fonética, y contiene caracteres ideográficos que imitan a los jeroglíficos. En 1814 Young intercambió correspondencia sobre la piedra con Jean-François Champollion, que había escrito un trabajo sobre el antiguo Egipto. William John Bankes había señalado los nombres Ptolomeo y Kleopatra de lo cual Champollion identificó los caracteres fonéticos k l e o p a t r a,​ y la de los nombres extranjeros en la piedra de Rosetta y construyó un alfabeto de caracteres jeroglíficos fonéticos. Durante 1823 confirmó esto al identificar los nombres de los faraones Ramsés y Tutmosis escritos en cartuchos más antiguos copiados por Bankes en Abu Simbel y enviados a Champollion por el arquitecto Jean-Nicolas Huyot

A las mujeres no hay que creerles ni la verdad”

Augusto Pinochet


Como es bien sabido, el zopilote es el ave de la misericordia, porque aquí la propaganda política deja claro la presentación de quién es el que manda, cuál es su orígen divino y por tanto a quién se debía temer y rendir culto. Así se hacían los boletines para las nuevas elecciones que habrían de convocar el TSE de los sacerdotes al trascender el gobernante de turno con angustia tantálica como santos inocentes entrando en la cueva del cíclope.


Para la aclaración del reino, la traducción del texto ha quedado como a continuación se escribe:


“Bajo el reinado del joven que recibió la realeza y soberanía de su padre Señor de las Insignias Reales y las Coronas, cubierto de gloria, que ha instaurado y consolidado el orden de Egipto y es piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, quien ha restablecido la vida civilizada de los hombres, Señor de las Fiestas de los Treinta Años, como Hefesto el Grande un faraón como el Sol, el gran faraón sobre el Alto y Bajo país, descendiente de los Dioses Filopatores, a quien Hefaístos ha aprobado, a quien el Sol le ha dado la victoria, imagen viviente de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo eterno amado por Ptah*; en el noveno año, cuando Aëtus, hijo de Aëtus, era sacerdote de Alejandro. Los sumos sacerdotes y los profetas y los que entran en el sagrario para vestir a los dioses, y los portadores de plumas y los escribas sagrados, y todos los demás sacerdotes estando reunidos en el templo de Menfis en este día, declararon:”

*Ptah es el artífice creador patrono de artesanos y arquitectos, Dios demiurgo con apariencia de enano



No se puede distinguir entre las estrellas de un general y las de un hotel


Sigue continuando el texto: 


“Desde que reina el faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah, el Dios Epífanes Eucharistos, el hijo del rey Ptolomeo y la reina Arsínoe, dioses Filopatores, han sido muy beneficiados tanto los templos como los que viven en ellos, además de todos los que de él dependen, siendo un Dios nacido de Dios y Diosa, -como Horus, hijo de Isis y Osiris, quien vengó a su padre,- y siendo benevolentemente dispuesto hacia los Dioses, ha dedicado a los ingresos de los templos dinero y grano, y ha invertido mucho para la prosperidad de Egipto, y ha consolidado los templos, ha sido generoso con todos sus medios, y de los ingresos y los impuestos que recibe de Egipto una parte ha sido condonada completamente y otra reducida a fin de que el pueblo y todo lo demás sea próspero durante su reinado…”

Y aquí entra el dinero y el buen aprovechamiento de él y los beneficios que ha ha acarreado a todos por igual.

“Ha parecido bien a los sacerdotes de todos los templos en la tierra aumentar considerablemente los honores existentes al faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah… y se celebrará una fiesta por el faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah, el Dios Epífanes Eucharistos, anualmente en todos los templos de la tierra desde el primero de Toth durante cinco días en los que se deben lucir guirnaldas, realizar sacrificios y los otros honores habituales; y los sacerdotes deberán ser llamados sacerdotes del Dios Epífanes Eucharistos además de los nombres de los otros Dioses a quienes sirven, y su clero se inscribirá a todos los documentos formales y los particulares también podrán celebrar la fiesta y erigir el mencionado altar, y tenerlo en sus casas, realizando los honores de costumbre en las fiestas, tanto mensual como anualmente, con el fin de que pueda ser conocida por todos los hombres de Egipto la magnificencia y el honor del Dios Epífanes Eucharistos el faraón, de acuerdo con la ley.”

“En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los Dioses Soteres, de los Dioses Adelfas, y de los Dioses Euergetes, y de los Dioses Filopáteres, y del Dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Euergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el cuarto del mes Xandikos o el 18 de Mekhir de los egipcios.”

Los sumos sacerdotes y los profetas y los que entran en el sagrario para vestir a los dioses, y los portadores de plumas y los escribas sagrados, y todos los demás sacerdotes… estando reunidos en el templo de Menfis en este día, declararon:

“Un minuto de oscuridad no nos hará ciegos”

En julio de 2003, con motivo del 250 aniversario del Museo Británico, Zahi Hawass, jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto exigió por primera vez el retorno de la piedra de Rosetta, la cual les pertenece y deben devolver lo robado durante el saqueo, así como las muchas cosas mayas robadas. “Si los británicos quieren ser recordados, si quieren recuperar su reputación, deben devolver la piedra de Rosetta porque es el símbolo de nuestra identidad egipcia.”​ Dos años después, en París, se repitió la petición incluyendo la piedra como uno de los muchos objetos esenciales pertenecientes a la herencia cultural egipcia, la lista también incluía el icónico busto de Nefertiti del Museo Egipcio de Berlín, una estatua de Hemiunu arquitecto de la Pirámide de Giza en al Roemer- und Pelizaeus-Museum de Hildesheim, el zodíaco de Dendera del Louvre de París y el busto de Anjaf del Museo de Bellas Artes de Boston. Como siempre los pinches británicos, en 2005 el Museo Británico entregó a Egipto una réplica de tamaño real de la estela y, lo correcto es que ellos se quedaran con la copia y devolvieran la original, pero a la Chabeli se le metió entre huevo y huevo que así debería ser. En noviembre de ese mismo año Hawass sugirió un préstamo de tres meses de la piedra de Rosetta, al tiempo que reiteraba que el objetivo final era su retorno definitivo,​ pero en diciembre de 2009 propuso dejar de reclamar su devolución si el Museo Británico la prestaba durante tres meses para la apertura del Gran Museo Egipcio de Guiza en 2013. “Llegará el día en que la piedra habrá pasado más tiempo en el Museo Británico que el que lo hizo en Rosetta” John D. Ray.

El término piedra de Rosetta se ha utilizado idiomáticamente para definir una evidencia crucial para el proceso de descifrado de información codificada, especialmente cuando una pequeña pero representativa muestra se reconoce como la clave para la comprensión de un todo más amplio.​ De acuerdo con el Oxford English Dictionary, el primer uso figurativo del término apareció en la edición de 1902 de la Encyclopædia Britannica en una entrada del análisis químico de la glucosa. Un uso casi literal de la frase aparece en la novela de H. G. Wells de 1933 La forma de las cosas por venir, The Shape of Things to Come, en la que el protagonista encuentra un manuscrito redactado en taquigrafía que le proporciona una clave para entender información dispersa escrita a mano y a máquina.​ Tal vez su uso más importante y destacado en la literatura científica se lo dio el ganador del premio Nobel Theodor Hänsch en un artículo de 1979 en la revista Scientific American sobre la espectroscopia, donde dice que “el espectro de los átomos de hidrógeno ha demostrado ser la piedra de Rosetta de la física moderna: una vez que este patrón de líneas se ha descifrado, se podrán entender muchas otras cosas.”

Desde entonces el término se ha utilizado ampliamente en otros contextos, como “el conocimiento total del conjunto de antígenos leucocitarios humanos se ha descrito como la piedra de Rosetta de la inmunología,” y la planta crucífera Arabidopsis Thaliana también se ha llamado la piedra de Rosetta de la época de floración.​ Un brote de rayos gamma en conjunción con una supernova ha sido definido una piedra de Rosetta para comprender el origen de esos brotes de rayos,​ y la ecografía Doppler el equivalente para los intentos de la medicina por entender el complejo proceso por el que el ventrículo izquierdo del corazón humano puede ser llenado en las diversas formas de disfunción diastólica.

El nombre de la estela egipcia también ha sido recurrente para bautizar varias formas de software de traducción. Rosetta Stone es una marca de software para aprender idiomas creado por Rosetta Stone Ltd., US. «Rosetta» es la denominación de un «traductor ligero dinámico» que permite que las aplicaciones compiladas para un procesador PowerPC puedan ejecutarse en los sistemas de Apple con un procesador x86. Rosetta es una herramienta de traducción en línea para ayudar a la localización de software, desarrollada y mantenida por Canonical Ltd. como parte del proyecto Launchpad. Del mismo modo, Rosetta@home es un proyecto de computación distribuida para predecir o traducir estructuras proteicas. El proyecto Rosetta de la Long Now Foundation aspira a recopilar todas las lenguas actualmente en peligro de desaparición, y cuenta con un archivo de 1500 idiomas. La sonda espacial Rosetta fue una misión de doce años de 2004-2016 para estudiar el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko con la esperanza de que determinar su composición revele los orígenes del sistema solar.


sergiodeleonlopez

FIN