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delfos, el oráculo del Dios Apolo.
UNA CAJITA DE SORPRESAS
EN EL OMBLIGO DE LA TIERRA
ESCENA 1
Quien lee aquí una vez,
no lee en otras partes
Reyes y simples desconsolados que cagaban en la misma letrina acudían al templo de Apolo, esperando que el oráculo del Dios les aconsejara a la hora de tomar decisiones vitales y viriles para sus miserables vidas.
Ups, se me calentó la tecla.
“Se cancela el sexo con ovejas y/o cabras en La Coruña por el coronavirus”
Arturo Pérez-Reverte
CAPÍTULO UNO
PRÓLOGO
“Layo, suplícas una próspera descendencia.
Te daré el hijo que deseas, pero está decretado que dejes la vida a sus manos.”
Así profetizó el Oráculo de Delfos al padre de Edipo y, que también le advirtió al mismísimo Edipo que mataría a su padre y se casaría con su propia madre. Fueron vanos los intentos de padre e hijo por evitar que tales predicciones se cumplieran. Al final Edipo mató a un hombre y se casó con su viuda, sin saber que se trataban de sus dadores de vida y, al darse cuenta de lo que había hecho, se sacó los ojos. Y no es simple numerología.
Pero con todo se lo pasó por el arco del triunfo.
Sí, los pájaros no vuelan lejos del nido.
Todas son partes distintas de la misma sopa.
El pasado humeante en el aire.
Según Wikipedia, “un oráculo es la respuesta que da una deidad a una pregunta a través de técnicas adivinatorias mediadas por sacerdotes, sibilas o pitonisas. Por extensión, se llama oráculo también a la persona que da la respuesta y al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta.” Amén.
“A la prensa se le pega o se le paga”
Alvaro Arzú
Con teorías sobre teorías, el Oráculo de Delfos que era autoinmune y que duró una era de hielo, fue fundado por el Dios Apolo, hermano gemelo de la Diosa Artemisa e hijo de Zeus y Leto. Entre muchas cualidades Apolo también era capaz de ver el futuro. Pero originalmente el santuario de Delfos estaba consagrado a Gea La Madre Tierra, con lo cual el lugar ya tenía una dueña, pero además, en este lugar vivía Pitón, una monstruosa serpiente que lo protegía. Apolo, después de luchar tenazudamente y derrotar a ese monstruo con su arco, dejó que su cuerpo se pudriera allí. De hecho la palabra Pitón significa en griego pudrirse, el cual es el nombre antiguo de la actual Delfos. Apolo decidió adoptar la forma de un delfín y saltar al río donde se encontraría con un barco procedente de la isla de Creta y, después de guiar a los marineros a la ubicación del nuevo oráculo, el Dios les ofreció el cargo de Sacerdotes. Fue a partir de este momento cuando el oráculo de Pitón pasaría a ser llamado el Oráculo de Delfos y, a Apolo también se le conoció con el nombre de Délfico, el delfín.
El elemento más importante de todo el proceso era la Pitonisa, -de Pitón,- se trataba de una joven mujer, la más linda y la más pura que tenía la habilidad de conectar con el Dios, de esta manera era capaz de ver el futuro y obtener la tan ansiada predicción. La primera Pitia o pitonisa que profetizó en el Oráculo de Delfos se llamó Sibila y, su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta bella y noble profesión, que expresa la sabiduría, la meditación y la reflexión interior y, es por tanto una mujer altamente sabia y práctica que domina a la perfección las leyes que rigen el universo.
“Conócete a tí mismo”
Rótulo a la entrada del Templo de Apolo
ESCENA 2
¿Qué, sí no?
Tal y como ahora, en la antigua Grecia, la gente deseaba saber aquello que le deparaba el destino desatando emociones con la melodía de la adrenalina, que con una sobrecarga de curiosidad somos una frágil anomalía cósmica. Los helenos acudían a este santuario -sin rejego.- con el fin de conocer su futuro de boca de La Pitia, -que sabía de qué pié calza cada uno,- sacerdotisa que se comunicaba directamente con el Dios Apolo, obligando al destino a mirarlos a los ojos, moldeando el viento a su voluntad. Iban del miedo a la resignación. Antes de entrar al templo, cada peregrino debía purificarse limpiándose de sus excrecencias y de fluidos corporales y, después ofrecer un sacrificio a los Dioses. Si se le consideraba digno, un sacerdote tomaba nota de su pregunta y le daba un turno para su encuentro con La Pitia, la verdadera protagonista del rito. El efecto Salmerón. Para dar los oráculos, ella se situaba estratégicamente en un sector del templo por donde pasaba una profunda grieta desde la cual salían vapores que ella inhalaba, sentada sobre un mueble conocido como trípode, tomaba en su mano una rama de laurel, el árbol sagrado de Apolo, masticaba algunas hojas con miel, bebía de las aguas de la fuente Castalia y gracias a los vapores que emergían del suelo entraba en éxtasis. Durante el trance, La Pitia entraba en contacto con el Dios, que le transmitía con su voz arenosa la respuesta a la consulta hecha por el peregrino. Murmuraba incoherencias aparentes, acercándoles las ondas sonoras que se comprimían en las orejas del oyente, pero los sacerdotes del templo se ocupaban de hacer las traducciones pertinentes, que a veces tampoco eran tan claras y la responsabilidad final de interpretarlas quedaba en el formulador de la pregunta con un trágico paréntesis. Ellas, las sibilas, pertenecieron a una forma de vida que puede resultar lejana y desconocida e incomprensible, pero no por ello se les debe ignorar ni menospreciar, pues eso es pecado. Delfos era un centro emisor de oráculos poderoso porque confluían en él dos tipos de energía distintas, la energía de la tierra ctónica y poderosa, regida por la serpiente Pitón. Y la energía del cielo, inmaterial y luminosa, inspirada por Apolo. Ambas fuerzas se daban en Delfos a través de un tercer elemento que hacía de conexión entre los tres mundos, cielo, tierra e inframundo, la propia sacerdotisa, que ejercía como símbolo del axis mundi al entrar en trance y ser un canal para la sabiduría divina.
“No tiene fruto la mata,
ni máis el paredón,
ni chiches tiene la rata.
¿Con qué se cría el ratón?”
Copla. Sargento Chingasumadre
Lo bueno de los mapas es que si no te gusta por dónde vas, podés cambiar de rumbo
Al final del día, para desenredar el hilo, la palabra Pitia -o pitonisa- procede de la serpiente Pitón, el monstruoso reptil culebroso que habitó la zona del monte Parnaso donde se ubicaba el templo muchos milenios antes de que se consagrara a Apolo. La serpiente había sido creada con el barro sobrante de la creación del mundo y era la guardiana de un antiguo culto femenino de carácter telúrico dedicado a la gran Diosa Madre, Gea. Hera había enviado a Pitón para matar a Leto -la madre de Apolo y Artemisa,- después del parto de los gemelos divinos, aunque finalmente no logró su propósito, porque no tiene nada que ver el hambre con las ganas de comer. Hera andaba tratando de venderle fósforos al diablo. Tiempo después, envió al Dios al lugar para que lo matara Pitón y deshacerse de él, sin saber que Él cantaba otra música. Era como poner a un vampiro a cuidar el banco de sangre. Lo había enviado a su 20, pues al coyote le gusta el olor a sangre y el desorden. Si Hera hubiera sido hombre Zeus le habría dicho que pensara con la cabeza,... con la grande, pues El Dios, no habría sabido quién le puso el alacrán en la almohada y sin empuercarse las manos. No lo pudo resetear. Aunque haya usado todo su arsenal. Se le quiso salir el caldo de la olla. Ni con eso lo pudo zaherir. Así que Apolo decidió instalar su Oráculo en Delfos, pero para su bendecida sorpresa se encontró allí con la arcana serpiente y se enfrascaron en un temible combate de dos de tres caídas sin límite de tiempo, pero el Dios Apolo venció a Pitón y la enterró para que se pudriera justo en el lugar donde estableció el lugar más sagrado y oculto del nuevo templo, el adyton, que significa no entrar, una pequeña cámara cerrada de techo bajo de sombras crujientes, en donde estaba una grieta en la tierra por la que surgían frecuentes vapores alucinógenos sin pausas engañosas ni falsas esperanzas, como que fueran vitriolo, era el pneuma que salía con agua de la fisura y, justo encima se sentó desde entonces la sacerdotisa, La Pitia, -tan bella como misteriosa,- sobre un trípode para emitir los oráculos, poseída espiritualmente por el Dios. Sólo por ahí. En esa zona se produce el cruce de dos fallas geológicas, aunque los vapores han desaparecido, los antiguos griegos supieron determinar que aquel enclave natural ofrecía unas características singulares. Las mujeres que se consagrarían a este peculiar servicio religioso se elegían al principio entre jóvenes doncellas vírgenes, las más bellas, que aceptaban dedicar el resto de su vida al Dios. No era requisito una condición social específica, las escogían por una serie de cualidades personales. Pero un día un peregrinos humeante de nombre Miculax que llegó a Delfos secuestró y violó a la pitonisa, sacrilegio que provocó un profundo trastorno religioso en toda Grecia y, el fulano fue dejado libre por el MP por falta de falsedad material. La operación encalló en la orilla. Como consecuencia de ese terrible episodio, Las Pitias fueron elegidas entre mujeres de más de cincuenta años, no atractivas, que podrían estar casadas y haber tenido hijos, para que se les bajaran los humores a los abusadores, pero en todo caso ellas renunciaban a su vida familiar si aceptaban servir en el santuario. No estaba el paisaje para caprichos. Eso fue como un alfiler directo al globo. A una del embrujo.
El tiempo y la distancia matan los hechos
ESCENA 3
Por si había suerte tocando viejas teclas para que no hubiera mano de mono, en los tiempos más remotos sólo se pronunciaban oráculos una vez al año, el día 7 del mes de Targelión, el día de nacimiento de Apolo. Cuando el prestigio del santuario se expandió por el Mediterráneo, más allá incluso de las fronteras griegas, se aceptó que La Pitia recibiera consultas una vez cada mes, siempre el día 7. El resto del tiempo ellas vivían en un entorno de pureza y preparación, ahondando en los misterios divinos para ser un canal adecuado en los momentos rituales. Los días de la consulta, La Pitia se purificaba en la fuente Castalia y se dirigía a la cámara oculta del templo, adyton, donde se sentaba sobre un trípode sagrado, bebía agua de la fuente Kassótide y masticaba hojas de laurel con miel de talnete y, a través de este proceso entraba en trance para que Apolo transmitiera la respuesta a través de ella, la que recogían los sacerdotes y que el solicitante tenía finalmente que interpretar encontrándole sentido para sí mismo y, así de esa forma la consulta sagrada al Dios no anulaba el libre albedrío de la persona, pues el oráculo no solía indicar respuestas explícitas a la pregunta realizada, sino que ofrecía signos y señales para ayudar a tomar una decisión y, las consecuencias de la cual recaían siempre sobre el humano. Todo para que las aguas no se salieran del cauce. Esperar y trabajar. Miro y luego cuento lo que ví.
“La Pitia en el laurel se instala,
profetiza gracias al laurel
y sobre el laurel se apaga”
Calímaco
Para completar el caldo de cultivo, antes de empezar el ritual se planteaba el tema a tratar por el visitante, la gran pregunta de qué decisión debería tomar. La Pitia se sumergia en un estado de trance inducido, en el cual pronunciaba palabras incomprensibles, así que uno de los sacerdotes del santuario se acercaba para escucharla y traducirselas al visitante. Tal traducción se daba en forma de verso, con lo cual tampoco era tan fácil sacar una conclusión clara. El visitante era el responsable de sacar su propia predicción del verso proporcionado, de manera que si ésta finalmente no se cumplía, sería por su mala interpretación pues quizá pensar profundo no era lo suyo. De hecho, de esta manera la poderosísima Pitia nunca estaba equivocada. ¡Aleluya! Ella no tenía ninguna culpa si el visitante no había entendido bien su predicción. Una de las principales características del Oráculo de Delfos era la vaguedad de sus respuestas y, más que la vaguedad, el múltiple significado. Así pues, conviene seguir las enseñanzas del Oráculo de Delfos obedeciendo su mismo precepto de “nada en demasía,” ni siquiera las reglas morales. Todo como tahúr distinguido. Si quieren que lo demuestre, ahí está la pintura rupestre.
“Los prudentes viven más tiempo”
Capitán Jacinto Córdova
Pero se hace con lo que se tiene, pues no todos los oráculos de Delfos eran tan terribles, pues aparte de los ejemplos míticos o legendarios, de las más de quinientas preguntas y respuestas délficas conservadas, sólo se consideran históricas unas cincuenta y cinco, y la mayoría responden a cuestiones políticas, bélicas o religiosas por las que se interesaron las ciudades. En Delfos, que era el ombligo de la tierra, existía un templo del Dios Apolo en el siglo VIII aC, y desde entonces se estableció una red de peregrinaje que unía toda Grecia con ese lugar. Lo habitual era que las ciudades o polis enviasen delegaciones sagradas o theoría, que debían transmitir al oráculo preguntas sobre los asuntos públicos. Junto a los comisionados oficiales viajaban consultantes privados, cuyas preguntas debían de diferir de las que formulaba la ciudad, que se referían a la conveniencia de un matrimonio, a los hijos, a los riesgos de negocios y viajes. El hecho de acompañar a las embajadas permitía a estos consultas particulares, disfrutar de seguridad, ya que la delegación al completo estaba bajo protección divina y era inviolable, lo que resultaba conveniente cuando se tenía que realizar un viaje difícil y peligroso, a veces muy largo, expuesto a ataques y al pillaje de la maras de la zona 18. Las delegaciones se mandaban coincidiendo con los momentos propicios para la adivinación, que en su origen se limitaban al séptimo día del mes de bysios a mediados del invierno, en el aniversario del nacimiento de Apolo, luego se ampliaron al día siete de cada mes.
“La vida es una página en blaco y puedes escribir en ella como quieras,
pero hay renglones que no dependen de tí,
otros los escriben”
Eduardo Galeano
ESCENA 4
En sus Historias Heródoto, que suena triste ¿verdad?, cuenta que Licurgo visitó y consultó el oráculo antes de aplicar sus nuevas leyes a Esparta y esto le dijo La Pitia:
"Has venido a mi rico templo, Licurgo,
hombre querido por Zeus y por todos los que tienen hogares olímpicos.
Dudo si declararte hombre o Dios,
pero creo más bien que eres un Dios, Licurgo"
La Pitia también le entregó la Constitución de Esparta, pero los propios lacedemonios dicen que Licurgo la trajo de Creta cuando era tutor de su sobrino Leobetes el rey espartano.. Jenofonte y Plutarco le atribuyen la introducción de una moneda muy engorrosa hecha de hierro para evitar el apego a la riqueza y, se basan en una declaración oracular.
“El amor al dinero y nada más arruinará a Esparta”
La supuesta afirmación oracular se interpretó retrospectivamente como si se hubiera cumplido ya que el oro y la plata que los soldados de Esparta enviaron a casa después de la Guerra del Peloponeso iban a ser la perdición de Esparta, según Plutarco. La política es mal camino y conduce al paredón.
En el año 630 aC el rey de la isla de Thera acudió a Delfos para ofrecer un regalo en nombre de su ciudad natal, y el oráculo le dijo:
“Funda una ciudad en Libia”
Como no sabía dónde fregados quedaba Libia, no hizo nada. Más tarde Thera se vio afectada por la sequía, los theranos volvieron a dirigirse al oráculo y La Pitia les dijo:
“Si establecieran un asentamiento en Cirene en Libia, las cosas les irían mejor”
Siguiendo el consejo los theranos preguntaron a los cretenses dónde estaba Libia -ese desgraciado país enfermo de sí mismo,- y se estableció una colonia de Thera en Platea. Pero la mala suerte les siguió durante otros dos años, así que visitaron el oráculo una tercera vez. La Pitia les dijo:
“¿Te conoces mejor que yo, bella Libia abundante en vellones?
¿Mejor el forastero que el que la ha hollado?
Oh, inteligentes theranos!
Los theranos pidieron consejo a los libios locales, que les dieron un nuevo emplazamiento, y la colonia prosperó. Era una chulada La Pitia.
ESCENA 5
Hoy viajé a Delfos viendo y caminando en diagonal como que fuera un alfil, para consultar a La Pitia y le pregunté, ¿qué será de nosotros?
Ella contestó:
“La oveja para que no la aceche el coyote, debe cambiar de piel”
Usted interprete.
Hay que dejar de jalar a los tigres por la cola. Empujarlos tantito los aviva a lo macho.
Un coyote es mala señal como una pasa vieja.
Una de embrujo.
Han tocado con la orquesta así que ahora les toca bailar.
Las perdices se roban los huevos entre ellas, pero los polluelos siempre regresan a su madre.
Show me the way every day.
Macho que corcovea está enamorado.
ESCENA 6
Anoche no dormí, lo que hice fue roncar,
pero viendo lo que ví, no voy a llorar
De la pluma inédita del Zope
Espérenme tantito, pues en el 595 aC los asuntos del Oráculo se consideraron demasiado importantes para dejarlos sólo en manos de los delfianos, y la santidad del lugar pasó a ser protegida por la Liga Anfictiónica, de 12 ciudades que existían desde el año 1,100 aC. En ese año, la cercana Kirra comenzó a cobrar un peaje a los peregrinos, lo que dio inicio a la Primera Guerra Sagrada. Querían blanquear el templo, en un juicio sumario con fiscal, juez y sin abogado. Tras 5 años de lucha, el Oráculo decretó que el lugar de Kirra quedara baldío, consagrado a Apolo. Esto dió paso a un periodo de gran prosperidad.
En el 594 aC, Solón -el que era más solitario que el Llanero,- al que le azulejeaban las huellas bajo los párpados inferiores y con los artejos encogidos, el legislador ateniense, que pretendía arrebatar la isla de Salamina a Mégara y Cirra, fue informado por La Pitia:
"Primer sacrificio a los guerreros que una vez tuvieron su hogar en esta isla.
A quién cubre ahora la llanura ondulante de la justa Asopía.
Tumbados en las tumbas de los héroes con sus rostros vueltos
hacia la puesta de sol"
Lo hizo con una feliz fatiga, tomó como voluntarios a 500 jóvenes atenienses cuyos ancestros provenían de Salamina y, tuvo éxito en la conquista de la isla que iba a resultar tan importante en la historia ateniense posterior. Solón nunca dejó de apoyar y dar crédito al oráculo por su apoyo al declarar que la isla era originalmente jónica. Quería orinar en cada rincón para marcar territorio.
Al elaborar sus reformas constitucionales para Atenas, Solón volvió a pedir consejo al oráculo que le dijo:
“Siéntate ahora en medio del barco, pues eres el piloto de Atenas.
Agarra el timón con fuerza en tus manos;
tienes muchos aliados en tu ciudad”
Como resultado, Solón rechazó la oportunidad de convertirse en un tirano revolucionario -como los que hoy abundan,- y creó una Constitución por la que él y Atenas, fueron justamente honrados. Juicios con jurado, un sistema de impuestos progresivos y la condonación de las deudas, impidió que creciera la brecha entre los ricos y los desposeídos. Se negó a aceptar la confiscación de bienes, creando así una clase media ateniense. Consiguió que el Consejo de Magistrados ateniense jurara que si violaban estas leyes dedicarían una estatua de oro al Oráculo de Delfos de igual peso que ellos.
“Nadie debe tenerse por dichoso antes de que haya sonado su hora postrera”
Solón, el solitario
ESCENA 7
En el 560 aC Creso de Lidia, -al norte de África, oeste de la península de Anatolia, en lo que hoy son las provincias turcas de Esmirna y Manisa,- el rey más rico de ese entonces -más que Giammatei y Miguelito juntos,- entregó al templo una donación de 117 lingotes de oro, cuatro cuernos de oro puro, la estatua de un león de 260 kilos de oro puro, cuatro vasijas de plata, jofainas de plata, collares, ceñidores y dos enormes cráteras de oro y de plata con capacidad para almacenar 11,000 litros. En un juicio de oráculos, consultó a todos los oráculos famosos sobre lo que iba a hacer en un día señalado. El oráculo proclamó:
“Conozco el número de granos de arena y la medida del mar;
entiendo el habla de los mudos y oigo al que no tiene voz.
Ha llegado a mi sentido el olor de una tortuga de caparazón duro que hierve y burbujea con carne de cordero en una olla de bronce:
el caldero que hay debajo es de bronce, y de bronce es la tapa”
Delfos fue declarado vencedor. Creso preguntó entonces a los Oráculos de Delfos y Tebas, si debía hacer la guerra a los persas y si debía tomar para sí alguna fuerza aliada. Ambos oráculos dieron la misma respuesta, que si Creso hacía la guerra a los persas, destruiría un poderoso imperio. Además, le aconsejaron que buscara a los pueblos griegos más poderosos y se aliara con ellos. Creso pagó una elevada suma a los délficos y luego envió al oráculo la siguiente pregunta:
"¿Durará mucho su monarquía?"
La Pitia respondió:
“Cuando una mula se convierta en rey soberano de los medos,
entonces, lidio de andar afeminado, huye por el Hermus de piedra,
huye, y no pienses en mantenerte firme, ni te avergüences de ser cobarde”
Creso pensó que era imposible que una mula fuera rey de los medos y, por lo tanto, creyó que él nunca perdería el poder. Por ello, decidió hacer causa común con algunas ciudades-estado griegas y atacar a Persia. Mal negocio. Y que Dios se apiade de ellos. Su imperio fue derrotado, cumpliendo la profecía pero no su interpretación. Olvidó que Ciro, el vencedor, era medio medo por su madre, medio persa por su padre y, por tanto, podía ser considerado una mula. Todo un burdégano. En la Oda de Báquides compuesta para Hierón de Siracusa, que ganó la carrera de carros en Olimpia en el año 468, Creso, con su esposa y su familia, fueron montados en la pira funeraria pero antes de que las llamas pudieran envolverlo fue arrebatado por Apolo y llevado a los hiperbóreos. Ciro, arrepentido por la inmolación de Creso, no pudo apagar las llamas hasta que intervino Apolo. ¿Qué pasó con su esposa y su familia? No lo sé. El aire olía a tierra herida.
“Más vale estar lejos que no estar”
Mayor Genovevo Garza
ESCENA 8
Hacia el 550 aC en su biografía de Pitágoras en su Vidas y opiniones de filósofos eminentes, Diógenes Laercio, siglo III dC cita la afirmación de Aristoxeno, siglo IV aC de que Temístocles enseñó a Pitágoras sus doctrinas morales:
“Aristoxeno dice que Pitágoras obtuvo la mayoría de sus doctrinas morales de la sacerdotisa délfica Temistoclea”
Porfirio 233-305 dC se refiere a ella como Aristoclea, Aristokleia y, repite la afirmación de que fue la maestra de Pitágoras:
“Él -Pitágoras- enseñó muchas otras cosas, que decía haber aprendido de Aristoclea en Delfos”
Heródoto en su historia de las guerras persas comenta que los espartanos consultaron a Delfos sobre sus planes de invadir las tierras de sus vecinos, los arcadios y su ciudad de Tegea. La Pitia respondió:
“¿Me pides Arcadia?
Pides demasiado; no te lo concedo.
Hay muchos hombres en Arcadia, comedores de bellotas, que te obstaculizarán. Pero no te lo niego.
Te daré Tegea para que la golpees con tus pies en la danza y,
su hermosa llanura para que la midas con una cuerda”
Hacia el 525 aC Heródoto afirma que en la época de la fundación del Tesoro de Sifón, se les dijo a los sifnianos:
"Cuando la sede de los Pritanos brille en blanco en la isla de Siphnos,
con las cejas blancas todo el foro -necesidad entonces de una verdadera sabiduría de vidente- el peligro amenazará desde un barco de madera, y un heraldo en escarlata"
ESCENA 9
Ya en el Período Clásico,
en el año 480 aC, cuando Jerjes -Jerjitos para su mamá,- hijo de Darío el Grande de Persia, regresó para terminar la tarea de conquistar a los griegos en la que su padre había fracasado, los atenienses consultaron al oráculo. Se les dijo:
“Ahora tus estatuas están de pie y derramando sudor.
Tiemblan de miedo.
La sangre negra gotea desde los tejados más altos.
Han visto la necesidad del mal.
Salid, salid de mi santuario y ahogad vuestros espíritus en la desdicha”
Era inequívoco. Cuando se le persuadió para que pidiera consejo por segunda vez, el oráculo dió una forma de escapar a la perdición de los atenienses. Cuando Atenea se dirigió a su padre para que ayudara a su ciudad, Zeus respondió que concedería que:
"Sólo un muro de madera no fuera capturado, una bendición para ti y tus hijos"
El oráculo volvió a aconsejar a los atenienses que huyeran:
“No esperéis en silencio la llegada de los caballos, la marcha de los pies, la hueste armada sobre la tierra. Escapaos. Dadle la espalda. Os encontrareis en la batalla de todos modos. Oh, santa Salamina, serás la muerte de muchos hijos de mujer entre el tiempo de la siembra y la cosecha del grano”
Mientras tanto, los espartanos también consultaron al oráculo y se les dijo:
“La fuerza de los toros o de los leones no puede detener al enemigo.
No, no lo dejará, digo, hasta que desgarre la ciudad o al rey miembro a miembro”
Según la versión de Heródoto:
“Escuchen su destino, oh habitantes de Esparta de los amplios espacios;
vuestra famosa gran ciudad debe ser saqueada por los hijos de Perseo.
O, si no es así, toda la tierra de Lacedemonia
llorará la muerte de un rey de la casa de Heracles.
Porque ni la fuerza de los leones ni la de los toros podrán con él.
Fuerza contra fuerza; porque tiene el poder de Zeus,
y no será detenido hasta que haya consumido a uno de estos dos”
Como no hay loco que coma lumbre pues no todos los pericos son verdes, los espartanos se retiraron con la cola entre las piernas y temblándoles la bisectriz, preguntándose qué destino era peor. Los propios delfianos preguntaron entonces cómo se podía derrotar a Persia, para los que era un recurso económico imprescindible y ellos también querían gestionarla y ahí sólo mama el que tiene chiche y se quedaron para engordar zopilotes. El oráculo respondió:
“Reza a los vientos. Resultarán ser poderosos aliados de Grecia”
Los acontecimientos superaron la profecía cuando el ejército persa asaltó el paso de las Termópilas, donde una coalición liderada por los espartanos conocida como los "300" por el número de espartanos enviados, que, salvo un hombre con una infección ocular, murieron todos y, sus aliados resistieron el paso contra ellos. Los espartanos bajo el mando del rey Leónidas, El León, resistieron el avance persa en las Termópilas hasta que fueron traicionados por un deforme de cuerpo y alma. Al negarse a retirarse, todo el contingente espartano, incluido su rey, como se predijo, perdió la vida, les llovían las flechas y no sacaban el paraguas, pero se ganó una fama inmortal, lo que no le sirve de mucho. La armada persa así iban como una bola de demolición navegando entonces hasta el cercano cabo Artemisio, donde se encontró con la flota ateniense. Las aves nunca anidan en el mesmo sitio. Las naves atenienses lucharon contra grandes adversidades, pero en tres batallas lograron resistir. Tras esto se desató una tremenda tormenta en Artemisio, con vientos violentísimos que azotaron a los barcos durante tres días. Los persas perdieron el 20% de sus barcos de guerra y el mismo número de buques de transporte a causa de la tormenta. Los vientos tormentosos y las enormes olas no dañaron a los barcos atenienses. De vuelta a Atenas, Temístocles de catadura siniestra y ojos de bandido, argumentó que el muro de madera se refería a la armada ateniense y convenció a los atenienses de que siguieran con su política de utilizar las riquezas de sus minas de plata áticas en Laurión para seguir construyendo su flota. Basándose en que el oráculo se refería a la cercana isla de Salamina como sagrada, afirmó que los muertos serían los enemigos de Grecia, no los atenienses. Para estos el oráculo habría dicho "Oh, cruel Salamina." Su voz se impuso, los ciudadanos de Atenas fueron evacuados a Salamina y en la siguiente batalla naval la flota ateniense y sus aliados destruyeron la flota persa en Salamina, mientras observaba Jerjes -el venal,- como un coyote acechando el gallinero. A pesar de que Atenas fue quemada por los persas, sus habitantes se salvaron, la amenaza persa terminó y la autoridad del Oráculo nunca fue mayor. Y tal como lo dijo Francisco Villa, “cuando los pajaritos levantan el vuelo, se van pal norte.”
Leyes cósmicas actuando a su antojo.
Al mal paso, darle prisa.
ESCENA 10
UN ORÁCULO MÁS Y NOS VAMOS
En el 440 aC también el Oráculo afirmaba que no había nadie más sabio que Sócrates, a lo que éste respondía que, o bien todos eran igual de ignorantes, o bien que él era más sabio porque sólo él era consciente de su propia ignorancia "lo que no sé no creo saberlo." Esta afirmación está relacionada con la primera de las máximas délficas inscritas en el patio del Templo de Apolo en Delfos, Gnothi Seauton, "conócete a ti mismo." La segunda máxima es Meden Agan "nada en exceso." Sócrates tenía 30 años en ese momento y su fama como filósofo estaba aún por llegar. El amigo de Sócrates, Queréfano, se presentó ante La Pitia preguntando:
"¿Hay algún hombre vivo más sabio que Sócrates?"
La respuesta fue:
"Ninguno"
Y siguió diciendo:
“Sófocles es sabio, Eurípides es más sabio, pero de todos los hombres Sócrates es el más sabio”
En 431 Ac al estallar la Guerra del Peloponeso, los espartanos enviaron una delegación a Delfos para preguntar si sería prudente entrar en guerra contra Atenas. Tucídides lo puso así:
"Se dice que el Dios respondió que si luchaban con todas sus fuerzas, la victoria sería suya,
y que él mismo estaría de su lado, lo invocaran o no"
En 403 aC Lisandro el vencedor espartano de la Guerra del Peloponeso, fue advertido de que tuviera cuidado:
“También el dragón serpiente, nacido en la tierra, con astucia viene detrás de ti”
Y así fue asesinado por la espalda en el año 395 aC por un Neócoro, que tenía una serpiente pintada en su escudo.
En 401 aC Esparta fue advertida:
“Seguro aunque tus pies, orgullosa Esparta, tienen un cuidado,
el reinado de un rey cojo puede verte tropezar. ¡Cuidado!
Los problemas que no se han previsto ensuciarán tu orilla.
Y el tiempo rodante su marea de carnicería verterá”
Agesilao el rey cojo de Esparta, que accedió al trono espartano en la época de Lisandro a base de atacar a sus enemigos en todos los ámbitos, perdió el control de los mares a manos de los persas, que atacaron las localidades costeras espartanas. En su obsesión por Tebas, incitó a los tebanos bajo el mando de Epaminondas a contraatacar. Los espartanos fueron derrotados por primera vez por los tebanos en la Batalla de Leuctra en el 371 aC, lo que condujo a la invasión de la propia Esparta y a su derrota en la Batalla de Martinea en el 362 aC, que era como sacarle filo a los zapatos.
“Mi carta que es feliz pues va a buscaros,
cuenta os dará de la memoria mía.
Aquel fantasma soy, qu, por gustaros,
juró estar viva a vuestro lado un día”
El tren expreso
En el año 359 aC Filipo II de Macedonia consultó al Oráculo y se le dijo:
“Con lanzas de plata puedes conquistar el mundo”
El rey trató entonces de controlar las minas de plata del vecino reino tracio e ilirio, y las utilizó para sobornar y obtener victorias iniciales, enfrentando a un estado griego con los demás, y aislando a sus enemigos mediante sobornos a posibles aliados. Filipo tenía un potro negro muy brioso que nadie podía montar. El Oráculo de Delfos afirmó que quien pudiera montar este caballo conquistaría el mundo, pero a pesar de muchos intentos ni Filipo ni ninguno de sus generales pudo montar el caballo. Su hijo Alejandro, que más tarde se llamaría Magno, lo consiguió al darse cuenta de que el caballo tenía miedo de su propia sombra. Filipo le entregó a Bucéfalo el caballo a Alejandro, que llevó el corcel a la conquista de Asia.
“Que tu hijo tenga un caballo evitará que a él se lo monten”
John Duton
En 353 aC estalló una Tercera Guerra Sagrada cuando Tebas impuso una multa a Fócida y ésta, para pagar la guerra, gravó fuertemente al pueblo de la cercana Delfos y se apoderó del Tesoro de Delfos. La Liga Anfictiónica dirigida por Filipo declaró la guerra a Fócida y trató de unir a toda Grecia con Macedonia en la Liga Anfictiónica para atacar a Persia.
En el 339 aC Filipo que era un macho sin hueso, que con él muchos recogían migas, volvió a enfrentarse a la alianza anfictiónica cuando los crisios invadieron los terrenos sagrados de Apolo y, Filipo los castigó y en el 338 aC derrotó a los ejércitos combinados de atenienses y espartanos, convirtiéndose así en la fuerza dominante en los asuntos griegos. Matar a un ateniense no es una injusticia, es un peligro. Finalmente, en la batalla de Queronea triunfó contra atenienses y tebanos, pero fue asesinado por su esposa antes de poder dirigir la invasión de Persia.
CONTINUARÁ...
sergiodeleonlopez