martes, 3 de septiembre de 2024

EL HOMBRE DE HIELO. Segunda parte. 255

 Sólo aquí en monorote.com puede encontrar estas historias reales contadas de otra manera



CAPÍTULO 2

EL HOMBRE DE HIELO

EL QUE BUSCA… 

A VECES ENCUENTRA



“Un buen escritor se aprecia mejor por lo que rompe que por lo que publica”

Alguien


Recorriendo la historia con zancos, el primer hombre de hielo fue descubierto en Canadá en 1899, en el Parque Natural Provincial Tatshenshini-Alsek, apodado Kwäday Dän Ts'ìnchi  o sea Persona encontrada de hace mucho, abreviado KDT, en Tutchone meridional por los nativos originarios de la región. No es tan antiguo como Ötzi, pues murió hace 550 años, por lo que le lleva muuucha ventaja. En el museo de alta montaña de la provincia de Salta en Argentina se encuentran las Momias de Llullaillaco, de los tres cadáveres momificados y congelados de una antigüedad de 500 años, descubiertos entre el 17 y el 20 de marzo de 1999 en el  volcán nevado de Llullaillaco en la cordillera de los Andes, en la provincia de Salta. Los cadáveres son una adolescente de quince años, conocida como La Doncella, una niña de seis años, la Niña del Rayo y un niño de siete años. La expedición estuvo codirigida por el arqueólogo de montaña americano Johan Reinhard y la arqueóloga argentina Constanza Ceruti y financiada por National Geographic Society. El Niño del Cerro El Plomo conocido como Momia del cerro El Plomo, Momia El Plomo, Niño de El Plomo o Cauri Paccsa, son los restos bien preservados de un niño inca encontrado en el cerro El Plomo, región Metropolitana de Santiago, Chile en 1954 y, que se encuentra conservado en el Museo Nacional de Historia Natural. Fue el primer descubrimiento de un cuerpo excelentemente conservado en gran altitud, ofrendado en la ceremonia inca de la Capac Cocha. Es la momia inca más austral del Tahuantinsuyo. En los Alpes italianos se encontraron en 2004 los cuerpos congelados de tres soldados austrohúngaros muertos durante la Batalla de San Matteo en 1918. Uno de los cuerpos fue enviado a un museo con la esperanza de que la investigación sobre cómo el ambiente afectó a su preservación ayude a descubrir algo más sobre Ötzi.


SU OLOR ES TAN PURO QUE DA LÁSTIMA RESPIRAR


”No todo es comer, correr y dormir, también hay que leer”

Eliud Kipchoge



¡SUK!

En la fría y oscura muerte,

la noticia de que Ötzi El Hombre de Hielo, tiene 19 parientes vivos es la última de las sorpresas que rodean a la increíble y famosa momia, de 5,300 años, que fue encontrada en 1991 en los Alpes italianos. Investigadores llevaron a cabo un estudio genético y descubrieron que 19 individuos de la región austríaca del Tirol comparten una inusual mutación genética con Ótzi, -que son sus parientes descendientes cercanos,- analizaron las muestras de ADN de 3,700 donantes anónimos y, según Walther Parson, director del estudio, El Hombre de Hielo y estos 19 individuos tienen un ancestro común, que vivió hace 10,000 años. En el estudio se utilizaron marcadores del cromosoma, que pasan de padre a hijo para rastrear las migraciones neolíticas que trajeron la agricultura a Europa a través de los Alpes. El haplogrupo de Ötzi (G) es raro en Europa y proviene, al igual que la agricultura, de Oriente Medio, pero la gran diferencia es que él estaba bien surtido de allá abajo.

Desde que fue descubierto en un glaciar alpino hace más de tres décadas, ha sido sometido a un chequeo continuo que ya quisiera yo para mí, y los resultados no son muy positivos. El Hombre de Hielo, que tenía 46 años, acusaba problemas de adulto mayor en las articulaciones, las arterias endurecidas de colesterol, cálculos biliares de tanto enojo y un bulto desagradable en el dedo pequeño del pie resultado de la congelación y que no era un ojo de pescado. Puras enfermedades de hombre moderno. En su estómago había huevos de parásitos que causan la enfermedad de Lyme, y tenía altos niveles de arsénico en su sistema por haber trabajado extensivamente con minerales y cobre. Necesitaba una visita urgente al dentista, pero le daba miedo ya que tenía una avanzada enfermedad en las encías y varias caries por el alto consumo de azúcar traída por los españoles. A pesar de todo esto, incluso de la herida de flecha que tenía en el hombro, murió como consecuencia de un golpe en la cabeza y desangrado porque esa misma flecha le había perforado el pulmón. Además de todas estas dolencias, tenía también insuficiencias anatómicos, le faltaban muelas del juicio y algunas costillas y tenía un diastema entre los dientes incisivos y, algunos sospechan que no era fértil, aunque sí era practicante asiduo pues nunca buscó el camino de menor resistencia. Su prístino cuerpo estaba cubierto de tatuajes de arriba pa´bajo, no hechos con aguja, sino con pequeños cortes de cuchillo de sílex que luego se frotaban con carbón y, así aparecían una serie de líneas localizadas sobre todo en zonas en las que tenía heridas o sufría dolores, como en la espalda o en las articulaciones, que señalaban puntos de acupuntura y, de ser así, necesitó mucho tratamiento, lo que no resulta sorprendente después de examinar sus enfermedades y dada su corta edad. El cuerpo de Ötzi, es prueba evidente de que la práctica de la acupuntura es mucho más vieja que mi vecina de al lado. La última cena -que es profética,- de Ötzi es un pozo sin fondo de información, pues en su recipiente estomacal habían 30 tipos distintos de polen, cuyo análisis determinó que El Hombre de Hielo falleció en primavera o a principios de verano y que comió dos horas antes de su fatídico final. También encontraron restos de una especie de cabra salvaje.



Las armas son como las putas, 

entre más viejas mejores servicios prestan


En el mes de septiembre de 1991 estaba resultando más caluroso de lo normal en los Alpes austríacos. Helmut y Erika Simon, un par de experimentados montañeros alemanes, acababan de iniciar el peligroso descenso desde el Finialspitze, a 3,600 metros de altitud, habían subido en pocas horas a la cumbre de esta montaña, situada en la frontera austroitaliana, y para descender habían escogido una ruta virgen -pues a ellos no les importaba la conducta sexual de esa ruta,- no libre de dificultades y tropiezos. Los montañeros iban rodeando cautelosamente las fisuras y salientes rocosos hasta que, tras una hora de echarle huevos, se encontraron con una loma junto a una estrecha hondonada. La cañada estaba inundada de hielo derretido procedente de los glaciares, y tuvieron que rodear el obstáculo, cuando ¡CUÁS! vieron una mancha marrón que sobresalía del aguanieve. Helmut le comentó a Erika que parecía la cabeza de un muñeco, como que fuera Chuky envejecido y, al acercarse a echar un ojazo se dieron cuenta de que se trataba de la cabeza y los hombros de un cadáver humano de un pastor neolítico, que su vida se había vuelto una grisalla de claroscuro. 

Porque la gente decente no se muere cuando debe.

Son cosas que les suceden a los pobres.

Con aspecto de tierra arrasada, junto al cuerpo con un rastro de nieve en el paladar, yacían los restos de una mochila hecha de corteza de árbol y, un poco más lejos, la atadura de un esquí azul. La presencia de este último hizo que Helmut y Erika dedujeran que el cadáver era el de un montañero fallecido en un accidente algunos años atrás. La pareja regresó al refugio para informar al propietario, quien avisó a la policía de las jurisdicciones italiana y austríaca por ser esa una ubicación incierta. Al día siguiente, un helicóptero aterrizó en el lugar y un ignorante policía austríaco intentó liberar sin éxito el cuerpo del presunto montañero con una perforadora neumática que le atravesó la cadera izquierda y desgarró parte de su ropa. Así o más bruto.



“La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al físico”

Jorge Rojas

LIBERADO DEL HIELO

DESOLADO EN LA MONTAÑA

Si te olvido, no me olvides.

Sabían que era hombre por su pistolón.

Durante los días siguientes llegaron a la zona un chumul de curiosos shutes y voluntarios sin nada que hacer, que intentaron liberar el cuerpo de su prisión de hielo con picos y bastones de esquí. La mierda siempre quiere participar.

Habráse visto.

Toda esta precipitación como una ferretería de auxilio, provocó que se rompiese la mochila y que mucha gente, con una absoluta y total falta de respeto se robaran como supuestos recuerdos fragmentos de la ropa y de los peculiares útiles que se hallaban desperdigados junto al misterioso personaje. Se supo que se robaron de su mochila los supositorios para evadir impuestos. Así esos tontos de culo nos negaron valiosa información del Calcolítico y de ejemplar único y, de seguro al poco tiempo los tiraron a la basura, porque sus limitaciones cerebrales no les dan para más por sus privaciones mentales.

Tienen sus vidas más torcidas que la cruz de la iglesia de Yurrita.

También en los países ricos hay ladrones y crece monte en las orillas de las carreteras. 

Y así nos fue negada parte de la inmensa y extraordinaria historia de Ötzi. Pero Reinhold Messner, un experimentado montañero austríaco que se encontraba allí, pensó que había cosas que no cuadraban, como el hacha rústica y el gran arco de madera de tejo. Además, la piel del cadáver estaba tan curtida como el cuero y calculó que aquel hombre debía de tener cientos o miles de años. ”En cuanto lo vi me di cuenta de que se trataba de un importante descubrimiento arqueológico. Estas declaraciones despertaron el interés de Konrad Spindler, director del Instituto para la Prehistoria de Innsbruck, que acudió de inmediato al Instituto de Medicina Forense de la ciudad, adonde se habían llevado los restos una vez liberados del hielo. El hermoso cadáver de Ötzi fue retirado del lecho de hielo en el que yació más de cinco mil años y casi sin ninguna precaución. La extracción causó serios daños al cuerpo, como un desgarro en la cadera izquierda, por tanta estupidez de culo. Se volvió un muerto de nadie. Era nomás un expósito. Nadie lo vió venir.

Como quien no quiere la cosa.

Hasta eso.

Se adelgazaron las partículas de hielo con aguanieve con silbidos crujientes y lo fueron soltando por el calor del miércoles a la media noche.

De lamentos pasaron a suspiros, luego sollozos hasta derramar lágrimas de llanto como frivolidades de mujer parturienta, por el inmenso y desbaratado ataúd de hielo que lo acogió con calor que le llegó a provocar estorbos de intruso, así que no le quedó más que congelarlo y sufrir su propia muerte con nostalgia. 

Estuvo bajo un mosaico blanco chispeando reflejos.

Se había vuelto senil. Ya no recordaba su historia.

Tras conseguir un permiso de investigación, Spindler se centró en las pertenencias que se habían podido recuperar a pesar de los rateros. El hacha era una hoja de metal en forma de cuña, unida con una cuerda a un mango curvo de madera de tejo, y había sido fundida con rebordes en sus cuatro lados. Este diseño era típico de la Edad de Bronce hacia 2,000 aC. Pero las posesiones del hombre, muy toscas, sugerían una época anterior. Y así era. Los análisis de carbono 14 que se realizaron sobre huesos y tejidos en dos laboratorios distintos, uno en Zürich y el otro en Oxford, registraron una fecha más antigua, 3,300-3,200 aC. A partir de ese momento, El Hombre de Hielo saltó a la fama como estrella de Hollywood a la que le obligan a enseñar su cuerpo. La prensa le dio el popular apodo de Ötzi, en referencia a los Alpes de Ötztal que habían sido su tumba durante cinco milenios, nombre con el que a partir de entonces sería mundialmente conocido. 

Como milagro de consolación es una pena.

Sigo pensando que su fisonomía es de Felipe.



La música es energía electromagnética en ondas como el pensamiento


UN CRÍMEN DE A MILES, … DE TIEMPO

LA NIEVE PROMETIDA COMO HUÉRFANO DE DIOS

Todo lo demás es mamadera de gallo.

Escribo los pormenores de su desgracia con sincera aflicción.

Sin darse cuenta de la magnitud de su grandeza, las radiografías e incisiones en el tórax del cadáver revelaron cuatro costillas rotas en el lado derecho sin tiempo de curar, heridas provocadas poco antes de su muerte hechas con toda bondad con cabo de hacha. A última hora sí le dolieron los golpes como la dura realidad del mercado. Tenía un corte en su mano derecha que había empezado a cicatrizar. Era la versión original de sí mismo pintada al óleo en la corteza de un abedul. Pero lo que remueve el cortisol es el estado de descuido que presentaba su equipo de montañero, porque no tuvo tiempo de prepararlo adecuadamente antes de emprender su viaje, pues una singular amenaza obligó a Ötzi con su piel aturdida, a escapar precipitadamente de su aldea, como quien se quita una brasa del culo, según su leal modo de saber. Todo por un amor furtivo imprevisto con la fragancia oscura de rata de selva y sin la noble y loable misericordia de su destino. La verdad de verdad es que murió de la rabia de morirse sin ella y no en su tierna vida de solitario. Tenía estoperoles en sus huesos en desorden y el alma desmantelada en el desértico frío agobiante. Sólo le  faltaban once meses, doce días y dieciocho horas para morir, pero se adelantó en el calendario gregoriano al pasar las páginas con suspiros emocionales. Buena salud y mala memoria en el Tractatus. En él recordamos lo inútil del rincón donde se le torció el destino con opiniones de alquiler. 3-4.



Un drama formado por el universo


No queriendo perderse la recompensa y sin que le anunciaran su muerte, en Innsbruck no tuvieron tiempo para más investigaciones, las autoridades determinaron que Ötzi, modelo 5,300, había sido descubierto en el lado italiano de la frontera con Austria, por lo que El Hombre de Hielo y todas sus chivas fueron deportados a Bolzano, -por falta de documentación de embarque,- cuyo Museo de Arqueología del Tirol del Sur lo ha mantenido desde entonces embebido en su grandeza sin las sombras de la nieve. Y así no se chingó tanto el amor. En Bolzano se le realizaron exploraciones menos invasivas, entre ellas tomografías computarizadas y análisis de ADN. En 2001, el radiólogo Paul Gostner descubrió algo que había pasado inadvertido: una punta de flecha alojada en el omoplato izquierdo, lo que sugería que le habían disparado por la espalda y le llegó al pulmón. Y así el mundo estuvo triste desde hace 5,300 años, desde ese día jueves a las dos de la tarde. Y durmió de forma pesada para siempre y no volvió a soñar.

¿Me entiendes?

¿Me explico?

Mi punto de vista es otro.

En todo ese tiempo su esperanza cayó en almas estériles y esto le dió caravuelta a la investigación, pues apuntaba a un claro homicidio o asesinato, o todo lo contrario. Estudios del 2010 corroboraron este hecho, ya que los neurólogos encontraron una acumulación de sangre en la parte posterior del encéfalo, por el traumatismo de un golpe de gracia contundente de su agresor atacante con el cabo de un hacha de leñador. Así quedó con el alma entretenida por el dolor en la erosión de la muerte suspirando en el calor de la nieve abandonado a las bajas temperaturas y la sed. Se quedó quieto pues estaba macerado hasta pudrirse en su propia miseria y así resistió el tufo inherente de su putrefacción y se convirtió en una calamidad pública por añoranza sin sentido, bramando en el viento quieto y rígido.

Morir por desolación es perturbador cuando lo que no es.

El análisis de su última comida que le revolvió su digestión, es oponente a la teoría de la huida precipitada, en su estómago había restos de íbice, una carne grasa, para apacentar su hambre como la gente decente, que indicaría que en el momento de su muerte se hallaba haciendo tranquilamente la digestión, sin pensar en que un peligro le acechaba, atormentado por el zumbido del polvo de estrellas. Sólo él no participaba de su propio acontecimiento. Y esto se volvió un alboroto de mercado.



Satanás con obnubilados ojos pone carnavales donde no hay para vacilar a los incautos


Al principio no entendieron las cosas de la vida y mucho menos de la muerte.

Así que me rindo con callado estupor.

En las garras del soliloquio, con todos estos datos se plantea una doble hipótesis sobre las últimas horas de Ötzi, que tras ser herido huyó apresuradamente, raudo y veloz para despistar al enemigo, hasta ser atrapado y atacado de improviso producto de una conspiración celestial, sin poder doblegar las fuerzas de la naturaleza. En todo caso a Ötzi le clavaron una flecha, cayó, recibió un golpe seco en la cabeza, perdió el conocimiento y murió desangrado tal y como han de morir los valientes de aguas vivas. Luego, la meteorología de los Alpes hizo el resto a sus anchas, cubrió el cuerpo de nieve, preservando al Hombre de Hielo en la hondonada en la que fue descubierto más de cinco mil años después y, el cuerpo pudo haberse congelado y descongelado unas cuantas veces derrotando a la naturaleza de lo frío. El nuevo informe realizado por un equipo internacional de investigadores diferente al de los científicos sin ciencia, ha desvelado que los estudios llevados a cabo inicialmente en los que se afirmaba que su preservación había sido un hecho extraordinario, no son ciertos, pues afirma que el cuerpo pudo no haber quedado enterrado bajo el hielo de manera definitiva tras su muerte, con espíritu relajado y fuerte olor a intemperie. Su virtud fue la paciencia milenaria que le invadió hasta el escafoides en un cataclismo reposado. Aquel mes de septiembre del año 1991 estaba resultando mucho más caluroso de lo normal en los Alpes austríacos, cuando Helmut y Erika Simon, el par de experimentados montañeros alemanes, acababan de iniciar el peligroso descenso desde el Finialspitze, a 3,600 metros de altitud, rodeando con cautela de gato montés en las fisuras y los salientes rocosos hasta que, tras una hora de esfuerzo, vieron una mancha marrón que sobresalía del aguanieve. Helmut le comentó a Erika que parecía la cabeza de un muñeco, pero al echar un ojazo vieron que se trataba de la cabeza y los hombros de un cadáver humano. El cuerpo de Ötzi, apodado así en referencia a los Alpes de Ötztal, su lugar de reposo durante cinco milenios, fue sometido a diversas pruebas forenses que revelaron que tenía cuatro costillas rotas y un corte en la mano derecha que estaba empezando a cicatrizar. Posteriormente se le realizaron otro tipo de exploraciones y los investigadores hallaron una punta de flecha alojada en el omoplato izquierdo. 



“No existe viento favorable para el que no sabe a dónde va”

Séneca


¿TEORÍAS ERRÓNEAS?

Empezó el circo con tontos de culo fingiendo ser otros para darle crédito a la faena en su mundo de ficción.

Señores y señores.

A las dos de la tarde conciliando pareceres con inequidad e iniquidad del algoritmo al revés, se afirma que el tiempo, el clima y el hielo glacial confabularon en secreto para preservar a Ötzi durante 5,300 años en capas superpuestas y así quedó mustio, -porque de lo contrario el clima es un verdadero caníbal que devora todo,- pero nuevas investigaciones dicen que esa teoría no es correcta, con el estudio internacional liderado por Lars Pilø, arqueólogo noruego del Departamento de Patrimonio Cultural y del Consejo del Condado de Innlandet, publicado en la revista The Holocene, concluye que el cuerpo de Ötzi con su belleza inverosímil que era menos imperiosa que su dolor, no sufrió una serie de extraordinarias casualidades para lograr conservase durante 5,300 años, pues las condiciones que hicieron posible su preservación fueron mucho más comunes de lo hasta ahora se creía. El director del Instituto para la Prehistoria de Innsbruck Konrad Spindler, que en el momento del hallazgo de Ötzi se hizo cargo de la investigación, afirmó que el cuerpo se había momificado debido a la congelación, así como gracias a la protección de un glaciar y, la gracias del Santísimo Sepulcro, conservándose de esta manera durante miles de años en su propio refrigerador y, sus restos se encontraron debido al calentamiento causado por el cambio climático que derritió el hielo que lo había preservado durante milenios, lo que significa que lo que ocurrió fue una circunstancia única y poco común y, es muy difícil que pueda volver a producirse, pero como al universo le gusta gastar bromas y dar sorpresas lo preservó para nuestro deleite.

Las vainas que se le ocurren a Dios.

Sin código de corrección de errores carcomidos por la intemperie, así programaron el cosmos y no pudieron cambiar la tela en retazos, en su guarida de corsarios sin patente de corso.


NO MURIÓ DONDE FUE ENCONTRADO

¡AHÍ LO TIENEN CABRONES!

Con la misma densidad de la música relajante de quien cierra los ojos … para siempre, los investigadores discrepan como placeras de la Placita Quemada, con la práctica totalitaria de la teoría planteada en su momento por Spindler con sus dientes de potranca vieja. Lo único en lo que están de acuerdo es con la causa de la muerte. Los investigadores afirman que el tipo de comida hallada en el estómago de Ötzi, así como el análisis de hojas y semillas descubiertas junto a él, dice que murió en primavera y no en otoño como se había especulado. También apuntan a que el estudio paisajístico demuestra que el cuerpo no había sido cubierto por un glaciar, como se creía, pues el hielo que había cubierto el cuerpo se habría derretido muchas veces y, no se habría formado una cápsula de tiempo a su alrededor. El estudio también ha revelado que el cuerpo pudo haber sido sumergido varias veces en el agua. Las armas y las herramientas de Ötzi con sus ojos llenos de luz, pudieron haber sido dañadas por los elementos y no por una supuesta lucha con algún enemigo. 

¿Será que los elementos disparan flechas y apuñalan? 

Creen que no habría muerto donde fue localizado su cuerpo, sino que habría sido arrastrado montaña abajo por posibles aludes. El estudio concluye que, dado que las evidencias encontradas en los restos son debidas a situaciones climáticas muy comunes en la región, es posible que aún se puedan descubrir otros restos como él a medida que las condiciones de calentamiento de la zona continúen produciéndose. Se les murió la voluntad.



TATOO

Nadie supo dónde.

Duro de hueso y carácter con tatuajes de marinero.

En su mundo errante que flotaba, no hubo maniobras felices de resurrección, los 61 tatuajes descubiertos en la momia de este pastor neolítico fallecido hace 5,300 años son una de las evidencias más antiguas de esta práctica en el mundo. Los expertos apuntan a que más que un significado religioso fueron hechos con fines terapéuticos, para aliviar los dolores provocados por sus múltiples afecciones. En septiembre de 1991 los dos montañeros que lo descubrieron por casualidad en un glaciar de los Alpes austriacos, encontraron el cuerpo de un pastor del Neolítico que se había conservado casi intacto gracias al hielo que lo había sepultado durante más de 5,000 años con maniobras evasivas. La momia de Ötzi, como se llamó a este hombre del hielo por haberse encontrado sus restos en los Alpes de Ötztal, ha arrojado, y todavía arrojan, nuevos datos sobre cómo era la vida durante la Edad de Cobre en Europa. Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores han sido las decenas de tatuajes que lucía la momia, una de las evidencias más antiguas de esta práctica en el mundo y, están hechos con pequeños cortes a cuchillo de sílex y luego untados con carbón. En total 61 marcas de formas geométricas, con líneas de entre 0.7 y cuatro centímetros de longitud, la mayoría dispuestos en grupos de varias líneas paralelas, pero también hay dos cruces, situadas en la rodilla derecha y en el tobillo izquierdo. Todos estos dibujos realizados hace más de 5,000 años mediante pequeños cortes que luego se frotaban con carbón. Desde su descubrimiento, numerosas publicaciones mencionan la presencia de los tatuajes en el cuerpo momificado de Ötzi. Pero no fue hasta 2015 cuando se realizó el mapeo completo de la momia, gracias a la última tecnología en fotografía multiespectral no invasiva y un software para procesar las imágenes. El estudio, dirigido por Marco Samadelli, un científico de la institución EURAC en Bolzano (Italia) fue publicado por la revista Journal of Cultural Heritage y, descubrió 61 marcas en la piel, algunas de ellas no reconocibles a simple vista. En los 61 tatuajes están divididos en 19 grupos repartidos por todo el cuerpo del pastor neolítico, el profesor Samadelli descubrió que la gran mayoría de estos conjuntos de dibujos se encuentran sobre las articulaciones de Ötzi y otros dos de estos grupos aparecen en el pecho. Diferentes investigaciones médicas han establecido que padecía artritis y que era propenso a los problemas cardíacos, por lo que se ha relacionado esta práctica con el posible uso de los tatuajes con fines terapéuticos, para calmar los dolores recurrentes que padecía. En trabajos anteriores sobre los tatuajes del Hombre de Hielo se apuntó a que la realización de tatuajes se debía a una especie de diagnóstico de dolor lumbar y enfermedad articular degenerativa de rodillas, tobillos y muñecas y, que se trataba de una forma temprana de acupuntura. Aunque los tatuajes parecerían contradecir estas teorías, al no hallarse en una zona de articulaciones, la función terapéutica de estos últimos podría estar relacionada con patologías que otros estudios han demostrado que sufría y que podrían haber causado dolor en el pecho, como cálculos en la vesícula biliar, tricocéfalos en el colon y aterosclerosis. El cuerpo tiene dos en la zona lumbar de la espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda. Entre otros aspectos que respaldan esta teoría terapéutica de los tatuajes de Ötzi se encuentra el uso de plantas medicinales, una práctica que ya era común entre los neandertales. En el momento de su muerte, llevaba entre sus pertenencias un hongo del abedul conocido por sus propiedades antibacterianas y sobre su mano herida había puesto un musgo con propiedades curativas para curar la herida producida durante el enfrentamiento armado externo de unos días antes. Hierba que también se ha encontrado en su despensa estomacal, por lo que este pastor conocía y usaba los remedios medicinales que se conocían en la época. Aún con todo, los expertos no se atreven a descartar al cien por cien que los tatuajes de Ötzi tuvieran una función más simbólica. Son pequeños grupos de tres o cuatro rayas paralelas que no forman un dibujo específico.​ Usando rayos X se ha determinado que Ötzi sufría artritis en esas zonas y, se cree que los tatuajes son para una función mágico-curativa al estilo de la acupuntura. Pero vaya usted a saber.



DESASTRES POR IGNORANCIA Y ESTUPIDEZ

De cara a la realidad.

Tras el descubrimiento, hubo una serie de eventos inusuales. Markus Pirpamer, el administrador de la cabaña Similaunhitte, fue informado del hallazgo por el matrimonio Simon. Aunque Pirpamer vio el hacha de cobre junto al cuerpo, no sospechó que el cadáver pudiera ser de La Edad de Cobre. El lugar del descubrimiento, situado entre Schnalstal del Tirol del Sur y Ötztal del Tirol, se encontraba en un territorio de soberanía incierta, por lo que Pirpamer informó del hallazgo a la policía italiana y austríaca, que son tan pendejas como en todos lados. Mejor le hubiera avisado a los bomberos. Al día siguiente, el propietario de la cabaña y un policía austriaco -en su inmensa ignorancia,- intentaron liberar el cuerpo del hielo con un martillo neumático, pero estúpidamente sólo lograron dañar la cadera izquierda del cadáver. Peor no se puede. El hacha de cobre la llevaron a una comisaría la PNC de Solden, donde tontamente la clasificaron como un extraño picahielos. Las autoridades pensaron que las marcas y tatuajes en la piel eran quemaduras. El Ministerio Público abrió una investigación que durará in eternum. Los alpinistas extremos del Tirol del Sur, Hans Kammerlander y Reinhold Messner, llegaron al Similaunhútte por casualidad y, el primero levantó suavemente la cabeza del cuerpo, pensó que veía pupilas encogidas y supuso que el cuerpo no podía ser tan antiguo, el segundo describió el cuerpo a un equipo de televisión austríaca como un hallazgo histórico muy importante que databa de unos 500 años de antigüedad, lo que no evitó que los salteadores irrespetuosa e ignorantes permitieran que el cuerpo continuara siendo maltratado, pues lo sacaron del hielo con picahielos dos días después y lo metieron en una bolsa para cadáveres y, como no cabía en un ataúd, un enterrador mula le rompió el brazo. De verdad que dan ganas de llorar. No respetaron ni sus bienes morales. El arco, que quedó atrapado en el hielo, también lo quebraron salvajemente para sacarlo. Así que cuando encuentre una momia que no sea su suegra, no avise a las autoridades sino a los arqueólogos. Cinco días después del descubrimiento, el renombrado arqueólogo de Innsbruck, Konrad Spindler, estimó que el hombre muerto tenía al menos 4,000 años, lo que obliga al derecho a un tratamiento delicado, pero la datación por radiocarbono finalmente adivinó su edad verdadera de 5,300 años. Fue un susurro con respeto, cariño y admiración de la palabra escrita. 

En su mapa celestial no tenía una escalera para subir al cielo sin la arrogancia de la religión.

Una visión brutal con profunda consternación. 

La bandera a media asta.

Pronto comenzó a circular una teoría conspiranoica que enfureció a los lugareños y a los fuereños, la cual sugería que el hallazgo era una producción del alpinista Messner. La prensa se volvió loca y necesitaba un nombre pegadizo para el correoso cadáver, que les permitiera aumentar las ventas que había caído en picada por el aumento del precio del tomate. El periodista vienés Karl Wendl se le ocurrió bautizarlo Ótzi, por el lugar dónde fue encontrado. Un nombre que más tarde influiría en DJ Ótzi y en innumerables productos de merchandising. Ötzi parece flaquiño pues además de huesos se han conservado tejidos, piel y órganos. Un hallazgo único y científicamente muy valioso. Los brazos extendidos parecen desproporcionadamente largos teniendo en cuenta el tamaño actual de la momia de 1.54 metros. Los dedos de la mano derecha agarraban una daga con hoja de pedernal. Pues sí, tuvo que defenderse, pues ante todo hay que conservar la vida.



AUSTRIA E ITALIA LO DEBERÍAN JUGAR AL FÚTBOL

Se creía que Ótzi era austríaco, porque no portaba su DPI, pero una nueva medición territorial reveló que se encontraba a 92.56 metros dentro de la frontera italiana. Hasta el día de hoy, los habitantes del Tirol del Sur sostienen que Ötzi debería haberse llamado Schnalsi, - y yo creo lo mismo, aunque me gusta su nombre, pero sigo pensando que tiene más cara de llamarse Felipe- por el valle de Schnalstal. Se produjo un agudo estiramiento entre Tirol y Tirol del Sur y, el primero permitió a Innsbruck realizar el examen inicial, pero insistió en su posterior traslado a Bolzano, hacia un nuevo museo. En Tirol, muchos consideraban que la momia estaría mejor en Innsbruck. Las emociones siempre están a flor de los vellos de la piel del brazo en el Tirol debido a la dolorosa división al finalizar la Primera Guerra Mundial, incluso hubo amenazas de bomba por el traslado de Ótzi a Bolzano en enero de 1998. “Las medidas de seguridad eran enormes,” según la arqueóloga Angelika Fleckinger. A diferencia de los siete años que pasó en Innsbruck, en Bolsano se decidió que la momia debía estar expuesta al público, como que fuera una pieza de exhibición. No en una cámara de refrigeración cerrada con llave, lo que provocó una controversia ética. “No queríamos mostrarlo como Blancanieves en un ataúd de cristal” explica Fleckinger. El museo lo colocó tan discretamente en un nicho protegido que algunos visitantes lo pasan por alto. Mejor así. En Tirol del Sur, Egarter Vigl es el médico personal de Otzi. Al aceptar el puesto de Conservador en junio de 1997 era patólogo forense. No tenía ni puta idea de las momias. El calendario era tan apretado como ir en un bus urbano y, era dictado por la política, pues el museo abriría el 28 de marzo de 1998 y, oía en los pasillos, el Egarter Vigl lo solucionará y, ya se sabía a quién culparían si las cosas salían mal, pues a la hora de rajar ocote todos dan un paso para atrás en la fila. Intercambió ideas con los expertos de Innsbruck, pero los requisitos para un museo eran otros. No podía simplemente envolver a Otzi en láminas llenas de hielo picado. No había experiencia previa con una momia así. Egarter Vigl dice que el principal problema surgió de las leyes físicas. En un sistema cerrado, a más frío, menos humedad. Cuanto más calor, más humedad. Al final consiguieron ajustar los parámetros justo a tiempo para que estuviera bien conservada, 6 grados Celsius bajo cero y una humedad del 99 por ciento. El patólogo forense inventó el método sencillo pero eficaz de proteger la momia, una fina capa de hielo. “El sistema funciona bien. El color de la piel de Ótzi ha cambiado mínimamente con el tiempo, eso es todo. Siempre es complicado exponer una momia e investigarla. Si solo se tratara de conservarla bastaría un bloque de hielo o nitrógeno.


INTENSO ESCRUTINIO

Ótzi el Hombre de Hielo, la momia de 5,300 años, ha sido objeto de un intenso escrutinio. A pesar de las controversias sobre la necesidad de todas las intervenciones realizadas en su cuerpo, se ha aprendido mucho y mucha información. Comió carne seca de cabra montés y cereales por última vez. Tenía el tipo de sangre O+. Sufría de varias enfermedades, incluyendo intolerancia a la lactosa, caries, artritis, endurecimiento de las arterias y artrosis de las articulaciones, aunque el equipamiento de Ótzi indica una posición social aventajada. Los análisis genéticos apuntan que sus antepasados eran agricultores de Anatolia que se trasladaron a Europa hace unos 8,000 años. En 2023, estudios genéticos más detallados revelaron que Ótzi tenía una piel significativamente más oscura de lo que se suponía y una predisposición a la calvicie. Sin embargo, una reconstrucción de cuerpo presente de 2011 en Bolzano lo muestra con la piel bastante clara y una cabellera abundante. A pesar de lo que hemos aprendido sobre Ótzi, sabemos muy poco sobre la sociedad en la que vivió.

CRIMEN CON PASIÓN DE GAVILANES

Ótzi fue asesinado por una flecha disparada desde unos 30 metros de distancia, según la reconstrucción de los hechos realizada por los eficientes fiscales del MP. En 2001, un radiólogo descubrió una punta de flecha en el hombro izquierdo de Ótzi, lo que causó un gran aleteo de palomas. Generó teorías descabelladas y peleas. La punta de flecha había sido ignorada durante años en Innsbruck y todavía está clavada en su hombro izquierdo y, de seguro, le perforó una arteria y la herida fue mortal, habiéndose vaciado todo su recipiente sanguíneo. Aún no se sabe si Ótzi cayó inconsciente de cabeza sobre una piedra y sufrió la fractura de cráneo o fue el resultado de una última pelea sudor a sudor, pero lo probable es que le hayan propinado un batazo con toda la piedad posible que demandan casos como éste.

El museo destaca la muerte de Ótzi, lo presenta como uno de los crímenes más antiguos en la historia humana. Un muro de azulejos blancos irradia un ambiente de patología, adornado con fotografías y evidencias. Los esbozos, similares a los dibujos de tiza en una escena del crimen, trazan el posible desarrollo de los hechos. Con una discusión inicial, evidenciada por una herida en la mano derecha de Ótzi 24 horas antes de su fallecimiento. Seguida de una huida a las montañas y un ataque en Tisenjoch.

En un video, Egarter Vigl habla repetidamente sobre “el orificio de bala extremadamente pequeño” y el omóplato perforado, concluyendo que “según los hallazgos científicos más recientes, este hombre murió de manera violenta.” Los visitantes del museo tienen la oportunidad de llenar pedazos de papel con la frase “CSI Otzi- Ciencia forense en los Alpes” y teorizar sobre el motivo del crimen. Angelika Fleckinger dice que han recibido miles de propuestas y que muchos sugieren un asesinato por celos, pues todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar. La mayoría percibe a Ótzi como una víctima o un héroe trágico y, “eso nos beneficia, pues una momia con una imagen positiva es más fácil de promover y vender,” pero a cada rato se pregunta, “¿Y si él era el villano o el agresor que fue asesinado en venganza?” Así que saque usted estimado lector sus propias conclusiones y me avisa.


FAMA SIN LÍMITES

Ótzi el Hombre de Hielo, se convirtió rápidamente en una figura famosa. Más que cualquier belleza natural de la región. Su descubrimiento cambió todo. Se convirtió en un mito, un fenómeno mediático y un tema político. A pesar de la comercialización excesiva, Ótzi sigue atrayendo a multitudes. Incluso en pleno invierno. Hay recorridos de esquí de 14 kilómetros hasta el lugar del descubrimiento, organizados por Archeoparc, un museo al aire libre de Ótzi en el valle de Senales en Tirol del Sur. Ótzi logró sobrevivir en esta región inhóspita hace miles de años gracias a su ingenio y habilidades de supervivencia. Vestía zapatos de piel de ciervo con suelas de piel de oso, forrados con heno para protegerse del frío. Sus correas de piel de vaca debajo de las suelas ayudaban a evitar resbalones. Llevaba un gorro de piel de oso pardo, pantalones ajustados de piel de cabra y un abrigo de piel a rayas. Transportaba su equipo utilizando una mochila, una riñonera y contenedores de corteza de abedul. Los arqueólogos elogian a Ótzi por utilizar el mejor material disponible en su época. Sus armas, como el arco de madera de tejo y el hacha con una valiosa hoja de cobre, son testimonio de su habilidad y conocimiento. “Estaba mejor protegido que muchos de los turistas que llevo”, dice el guía de montaña Robert Ciatti, que tiene 70 años de edad.


NO TODO LO QUE BRILLA 

Haciéndole honor al tiempo, desde 1994, una pirámide de piedra de cuatro metros de altura con una placa conmemorativa recuerda el accidental hallazgo. Se encuentra a 70 metros de la Piedra Momia para que pueda verse desde el Valle de Senales, como aliciente para los turistas de Ótzi. “La gente necesita metas. Muchos visitantes se sintieron decepcionados al principio porque no había nada que ver aquí arriba,” dice Ciatti. Desde allí, sólo hay unos pocos pasos hasta la momia húmeda más antigua del mundo. Desde su inauguración en 1998, ha atraído a más de seis millones de personas. El Hombre de Hielo, como se le llama oficialmente, yace en una habitación fría y oscura sobre una mesa desnuda, que también es una balanza de precisión para comprobar el peso de la momia y la posible pérdida de humedad. Ótzi sólo puede verse a través de una ventana de 38 por 40 centímetros. A menudo se forman colas. La momia brilla de manera extraña, como si hubiera sido recién pintada. Resultado de la fina capa de hielo sobre la piel, porque el cuerpo es rociado con agua esterilizada para preservarlo. Algunos visitantes más escépticos piensan que es un muñeco de plástico. El guía de montaña Robert Ciatti contempla la cadena de montañas cubiertas de nieve desde el sitio donde se descubrió a Ótzi. Se pregunta si era capaz de apreciar la belleza natural que lo rodeaba. En el recorrido que hace a los turistas, señala los lugares donde antes se encontraban los glaciares. Les cuenta que el último avance glaciar ocurrió en 1850. Desde entonces, el 70% de las masas de hielo han desaparecido y queda un paisaje desolado de morrenas durante el verano. Al regresar del sitio de descubrimiento, Ciatti toma un camino alternativo que desciende suavemente hacia una cueva que es de hielo. El techo lo cubre una gruesa capa que parece vidrio líquido. Es un lugar encantador. No resulta difícil imaginar a Ótzi en este lugar. Pero esa zona, que lo preservó tan maravillosamente por 5.300 años para que conociéramos su historia podría quedarse sin hielo en el futuro no muy lejano por el puto calentamiento global.

Larga vida a Ötzi, el Felipe.

Requiescant in pace.

FIN