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LOS DESAPARECIDOS A VECES SE ENCUENTRAN
EL HOMBRE DEL HIELO
jueves 18 de julio de 2024
Estoy en modo momia.
Sigo en él,
con la incertidumbre de los últimos tiempos
Ahora, hablando, bueno, hablando no, escribiendo a tecla partida con la muchedumbre de manifestaciones de esplendor.
PREÁMBULO
UN HOMBRE ORDINARIO QUE CUENTA UNA HISTORIA EXTRAORDINARIA
Quizás por el deseo inconsciente de retrasar la muerte, las momias fascinan.
La curiosidad por entender cómo las antiguas civilizaciones preservaban sus muertos, la idea de que las momias tienen información valiosa sobre la historia y la cultura de sus sociedades y, por supuesto, el misterio inherente al más allá y la vida después de la muerte, que no resuelve el problema del género humano. Están asociadas con historias de maldiciones y aventuras, lo que añade el elemento de intriga y suspense. La que encontraron en el Tirol hace 33 años nos cuenta mucho de esa persona, pero casi nada de la sociedad en la que vivió y su cultura. Retrata mucho más nuestra sociedad, la del siglo XXI. El trato que se le da a los muertos, aunque tengan interés científico y, peor aún, la mercantilización y banalización de un hallazgo de esa naturaleza marca un desolado panorama. Todavía peor del mensaje que implica haberlo encontrado, es que el hielo que lo ocultó y preservó por miles de años está desapareciendo por el calentamiento global de los hombres insaciables. Ese catastrófico efecto del uso y sobreuso de los combustibles fósiles. Y eso no es estar jugando tuero.
Había entregado las armas.
Congelarse, pelear o escapar.
Hizo su apuesta.
Era de piel oscura, ojos castaños o marrones y sin pelo, calvo como una bola de boliche.
Escaso de folículos pilosos.
Es el momio húmedo más antiguo del mundo y estaba escuálido y enjuto.
Confundido por la desesperación, llevaba puesto un sombrero Stetson de ala corta hecho de piel de oso kodiak made in China y, un lujoso abrigo de cuero de cabra montaraz curtido al sol. Tenía 46 años cuando traspuso la barrera. Así era Ötzi, El Hombre de Hielo de los Alpes. No confundir con el hombre de la barra de hielo.
Ötzi, conocido como el Hombre de Hielo Tirolés de Hauslabjoch, fue descubierto en septiembre del año 1991 en los Alpes Öztal, de donde obtuvo su nombre. Es la momia humana más antigua del mundo y su hallazgo ha permitido a la ciencia avanzar en el conocimiento de las costumbres de la era. Pero también rondan a la famosa momia algunas maldiciones que siempre acaban en muertes inexplicables, por la incapacidad del MP y la mala aportación de pruebas de la PNC, que hace que la Corte Suprema de Justicia nunca jamás emita condenas. Ötzi medía 1.70 metros de altitud, pesaba 132 libras de masa o sean 60 kilos, -pero cuando lo encontraron sólo pesaba 38 kilos,- y tenía 46 tacos de calendario encima cuando murió. Llevaba puesta una capa hecha de hierba tejida y un abrigo, un cinturón, guantes, taparrabos y zapatos, todos confeccionados por Christian Dior en cueros de diferentes animales. Tenía puesta una gorra de piel de oso grizzly que sujetaba con una correa de cuero debajo de su barbilla. Los zapatos eran impermeables y con una especie de suela ancha y rígida para caminar en la nieve, que ni Adidas pudo fabricar, rellenos de paja para evitar el frío en sus patas. Llevaba consigo una hacha de cobre con mango de tejo, un cuchillo con mango de madera de fresno y un carcaj con catorce flechas de viburnum.
Había creado su propio universo.
“Los ricos con hambre se parecen a los pobres”
Leído en algún lado pero no recuerdo dónde
Con menos pasión que compasión, el cuerpo se ha examinado, medido, radiografiado y fechado extensivamente. Los tejidos finos y el contenido de los órganos fueron examinados mediante microscopio, al igual que el polen encontrado en sus prendas en su tubo intestinal. La secuenciación del genoma, ADN, ha revelado que tenía ojos marrones de mirada panorámica escueta, grupo sanguíneo O+, intolerancia a la lactosa y problemas cardiovasculares, al estilo moderno.
Y no es cuento.
Ni bagatela.
Es por sí misma la momia más antigua preservada en la profundidad del hielo que se conoce y, de ella se han hecho un catizumbal de análisis. Tenía una ascendencia inusualmente alta de agricultores de la Anatolia temprana. Ötzi El hombre del hielo, es por sí mismo, la momia congelada más longeva de la humanidad preservada en su refrigerador Frigidaire desde hace 5,300 años hallada en un glaciar de los Alpes. Una imagen diferente de la que se creía y que ha trazado un nuevo estudio genético. Ötzi El hombre del hielo, con inclinaciones a la juventud, posee una imagen diferente de la que se creía y que ha trazado nuevos estudios genéticos. Todo ocurrió un 19 de septiembre de 1991, durante un verano inusualmente cálido, cuando al subir a Finailspitze, una cumbre de 3,514 metros en la frontera entre el Tirol austríaco y el Tirol del Sur italiano, que lleva más de dos horas subir y, desde allí, se puede continuar hasta Hauslabjoch, una cresta montañosa de 3,280 metros de altura. El descenso desde Hauslabjoch es demasiado empinado y rocoso para esquiar, así que se baja a pie, a veces con la nieve hasta las rodillas. A unos 70 metros por debajo de Hauslabjoch, en Tisenjoch, yacía un hombre congelado, descubierto por los excursionistas Helmut y Erika Simon, de Núremberg. Sólo se veía la parte superior del cuerpo que sobresalía del hielo y pensaron que era un alpinista congelado. Se equivocaron. Descubierto en los Alpes de Ötzal, cerca de Hauslabjoch, en la frontera de Austria e Italia, a una altitud de 3,280 msnm. Ignoraban que El hombre del hielo del neolítico tirolés es la momia más antigua preservada en hielo conocida hasta hoy y, de ella se han hecho todo tipo de análisis para saber quién era, incluidos estudios sobre la composición genómica y ancestral y brujería. Su piel tostada al horno es más así que la de los conciudadanos del sur de Europa, como pueden ser los de Andalucía -pues siempre le decían a la Lucía que se fuera,- o Sicilia.
Con porfiada ilusión vana, Ötzi, Hombre de Similaun y Hombre de Hauslabjoch son los nombres modernos de la momia del hombre que traspuso el cerco hacia el 3,255 aC a los cuarenta y seis años de edad. Su apelativo proviene de Ôtzal valle del tramo de los Alpes italianos en el que fue descubierto. Da una visión sin precedentes de los europeos del Calcolítico, la Edad de Cobre. Su cuerpo y pertenencias están expuestos en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de la ciudad de Bolzano en el Alto Adigio en Italia. La causa de la momificación del vivo cadáver fue el frío extremo y perpetuo de la región donde el individuo falleció. Pero la verdad es que tiene más cara de llamarse Felipe.
"El análisis del genoma reveló rasgos fenotípicos como
una elevada pigmentación de la piel, ojos oscuros y calvicie de patrón masculino,
que contrastan fuertemente con las reconstrucciones anteriores,
que mostraban a un varón de piel clara, ojos claros y bastante peludo"
Johannes Krause, Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, Alemania
INTRODUCCIÓN
Háganme el favor.
Los hallazgos, publicados en Cell Genomics, dicen que El Hombre de Hielo en vida es igual a la momia actual. Ni modo, era él mismo. El análisis genómico, más completo y de mayor calidad, muestra también que Ötzi tenía una ascendencia inusualmente alta de agricultores de la Anatolia temprana, superior a la de cualquier otra población contemporánea conocida en Europa del IV milenio aC. En concreto, tiene más de un 92% de ancestros anatolios. El hallazgo recuerda la extraordinaria historia migratoria de los europeos. La pura realidad es que pertenecía a una población alpina bastante aislada de la Anatolia temprana, -lo que hoy es Turquía,- con un flujo genético limitado procedente de grupos de cazadores-recolectores, una población alpina bastante aislada, con un flujo genético limitado procedente de grupos de cazadores-recolectores. En 2012 se dió un genoma de menor cobertura a pesar de la alta contaminación por ADN humano actual por los pésimos manejos con que lo manipularon y, porque manejaron mal las muestras y, daba como resultado una estrecha afinidad entre Ötzi y los sardos de hoy en día, pero por sus premuras llegaron a esa conclusión sin tener más genomas humanos. Andaban pajariteando. Compraban con cascaritas de huevo huero. En el nuevo estudio los investigadores, entre los que se encontraban Krause y Albert Zink, de Eurac Research del Instituto de Estudios sobre Momias de Bolzano Italia, volvieron a secuenciar el genoma de Ötzi utilizando tecnologías de secuenciación de última generación para obtener un genoma de mayor calidad. La población actual de Europa proviene de una mezcla de tres grupos: los primeros cazadores recolectores del continente, comunidades agrícolas llegadas de Medio Oriente hace 8,000 años y pastores de las estepas del este de Europa que se sumaron hace unos 4,900 años. Sorprende no encontrar ningún rastro de los pastores de las estepas de Europa del este en el nuevo genoma de Ötzi, y la proporción de cazadores recolectores es muy baja.
Con porfiada ilusión vana y la perspicacia de Sherlock Holmes, Ötzi antes de que le cortaran la vida con violencia y salivita, había comido carne de cabra, ciervo bien salpimentadas y cereales. Quizás CornFlakes. "Los resultados más sorprendentes fueron la presencia de alelos relacionados con el patrón de masculinidad-baldness que apoyan la ausencia de pelo observada en la momia real y la pigmentación más bien oscura de la piel que también apoya la momia", según Zink. Los Alpes fueron una barrera genética, -además de física,- pues la población del Hombre de Hielo no intercambió muchos genes con los pueblos del norte y el oeste de los Alpes, pues le hacían a la pésima costumbre irreal de la fidelidad. No está claro si Ötzi es o no representativo de la gente de su época y lugar y que se tendrían que analizar más individuos de la misma región y época. O sea que hay que seguir buscando momias. En mayo de 2012 los científicos anunciaron el descubrimiento de que Ötzi aún tenía células sanguíneas intactas y, son las células sanguíneas humanas completas más antiguas jamás identificadas. En la mayoría de los cuerpos antiguos las células de la sangre, o bien se redujeron o quedaron puros restos, pero la sangre de Ötzi tiene las mismas dimensiones que tienen los glóbulos rojos vivos y se asemeja a una muestra de hoy en día. Por eso y por mucho más es extraordinario y fuera de serie. El hecho de que Ötzi sufriera de intolerancia a la lactosa indica que él y su comunidad no eran indoeuropeos, perteneció al haplogrupo G por ADN del cromosoma Y, por lo que está más estrechamente relacionado con los europeos del sur, especialmente con poblaciones de Córcega y Cerdeña. La hierba del consuelo a grito herido clama que fue una cochambre ponzoñosa.
“Las partes más flojas de su carne están endurecidas.
Están en él firmes, y no se mueven”
Job 41:23
PREFACIO
NO ES QUIEN SE CREÍA QUE ERA
“De sus narices se elevan vapores como de caldero que hierve al fuego.” Job 41:12
El nuevo análisis de ADN revela que Ötzi el Hombre de Hielo estaba genéticamente predispuesto a la calvicie de patrón masculino, la diabetes y la obesidad. Puro gringo el condenado. Era un hombre que vivió hace 5,300 años cuyo cuerpo momificado fue encontrado en los Alpes, tenía una piel más oscura de lo que se pensaba y presentaba una calvicie avanzada. De seguro por las penas de amores que sufría. Le quedaba poco pelo y sus genes muestran esa fea predisposición a la calvicie, lo que explica por qué no se le encontró casi ningún pelo. Ni arriba, ni abajo. Se pensaba que la piel de la momia se oscureció durante el tiempo que pasó expuesta a la nieve, pero en realidad ese era el color original de su piel. Así era, tostadito como café Quetzal. Tenía además genes que presentan un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2, pero esos factores no entraron en juego gracias a su estilo de vida saludable, pues hacía mucho ejercicio, tomaba agua pura Salvavidas y respiraba sólo por la naríz. A pesar de todo, como dice la canción. El análisis del genoma estableció que sus ancestros procedían de Anatolia, en la actual Turquía.
¿Quién abrió la envoltura de su manto y penetró en su doble coraza?
Job 41:5
LAS MALDICIONES DE LAS MOMIAS PERSIGUEN
Nadie supo dónde.
Rainer Henn fue la primera persona que guardó los restos de Ötzi en bolsas, en el año 1992. Un año después, tuvo un accidente en su auto y murió trágicamente, convirtiéndose en la primera víctima mortal de la momia. Kurt Fritz ocupa su lugar y consigue llevar a Ötzi a los investigadores y, a principios de 1993 una avalancha cae sobre su equipo de expedición y él es la única víctima mortal. Helmut Simon se vinculó con Ötzi en 2004 y desapareció haciendo una excursión a la zona del hallazgo y, por las condiciones del tiempo, los buscadores demoraron ocho días en encontrar su cuerpo congelado como momia. Dieter Warnecke fue quien dirigió el equipo de búsqueda de Simon y quien finalmente lo halló. Cuando se llevaba a cabo el funeral de Simon, Warnecke, de 45 años, tuvo un infarto al corazón y murió en segundos. Konrad Spindler, experto mundial en Ötzi, no creía en las maldiciones e incluso bromeó al respecto en una entrevista televisiva, pero falleció al poco tiempo por complicaciones con una enfermedad crónica que padecía. Rainer Hölz fue la única persona autorizada para filmar la recuperación del cuerpo de Ötzi, y más tarde convirtió sus imágenes y vídeos en un documental, muriendo a los dos meses después de haber terminado la película. Tom Loy fue el primer investigador que descubrió que el Hombre de Hielo había muerto durante un conflicto violento, ya que había restos de distintos tipos de sangre en su ropa y cuchillo y luego murió de una enfermedad hereditaria en la sangre.
Con su propia maldición, Ótzi, la momia descubierta por Erika y Helmut Simon, se hizo famosa, pero no trajo riqueza a sus descubridores. Helmut murió trágicamente en los Alpes tiroleses en 2004 y Prensa Libre y el vocero de la presidencia, como buenos reporteros de color amarillo, empezaron a especular sobre la maldición de Ótzi, similar a la maldición de los faraones egipcios asociada con la tumba de Tutankamón. Varias personas relacionadas con Ótzi han muerto en circunstancias inusuales. Rainer Henn, el médico forense que estuvo presente cuando se recuperó la momia, murió en un accidente de coche un año después. Otros incluyen a un alpinista que estaba en el lugar del descubrimiento y murió en una avalancha, un periodista que había filmado a Ótzi murió de un tumor cerebral, y el arqueólogo Konrad Spindler, que fue el primero en examinar a Ótzi en detalle murió de una enfermedad nerviosa. La teoría de la maldición se asocia con la muerte de un total de ocho personas. La última de las cuales fue Tom Loy en 2010, un australiano que participó en análisis genéticos y murió antes de la publicación de un libro sobre Ótzi. La sombra de la maldición de la momia se extiende hasta Australia. Pero, Erika Simon, la viuda de Helmut Simon, quien descubrió a Ótzi, cuenta que la muerte de su marido fue simplemente un trágico accidente. Erika tiene 84 años y, su longevidad es prueba de que la maldición es una invención de los medios de comunicación que comercian con la estupidez humana, para aumentar sus ventas.
PRÓLOGO
MUCHO POR RESOLVER DEL MISTERIO
Yo también quiero respuestas.
Sumado a los muertos de ese entonces, los estudios sobre Ötzi no habían hecho más que empezar y había muchas cuestiones por resolver. Por el análisis de los útiles, Spindler llegó a la conclusión que vivió en alguna parte de la Val Venosta, una divisoria alpina a un día de marcha de donde fue encontrado, ya que algunos objetos hallados en tumbas de la región, como hachas de piedra y puntas de flecha en forma de espiga, dan una cronología similar a la de Ötzi. Asimismo, en Merano, un lugar situado en el extremo oriental de la Val Venosta, se hallaron dagas de sílex y hachas de cobre parecidas. Otra pista sobre quién era Ötzi la dieron los estudios paleobotánicos. Sobre la ropa del Hombre de Hielo se encontraron espiguillas de trigo primitivo de una variedad que se había cultivado en los valles que rodean a los montes Ötztal. Además, el lugar donde se halló el cadáver se encontraba en una antigua ruta de trashumancia de ganado, por lo que se infirió que debía de haber pertenecido a una comunidad agrícola y ganadera del valle. Si Ötzi, como parecía, había sido un pastor experimentado, ¿qué provocó su muerte en una zona que debía de conocer muy bien?
“Una miradita de amor yo quiero de tí”
Ismael Miranda, Orquesta Harlow
UN MUERTO AJENO
Encogerse está enraizado en la naturaleza de ciertos muertos que vivamente se aislan, porque cuando la disputa diplomática entre Austria e Italia por la titularidad de la momia, se produjo a causa de la indefinición de la frontera cubierta de hielo en el momento de la firma del tratado de St. Germain-en-Laye en 1919. Nuevas mediciones en 1991 decretaron que el hallazgo se había producido a noventa y tres metros al interior del territorio italiano, aunque la Universidad de Innsbruck en Austria, conservó la momia hasta terminar sus investigaciones, pero siete años después se decidió que la momia permanecería en Italia.
INTRODUCCIÓN
NO TODO ES MOCO DE CHOMPIPE
Con fatalismo pueril y de acuerdo con las estimaciones actuales, Ötzi medía 170 cm de altitud, habían pasado sobre él cuarenta y seis calendarios llevando su vida a cuestas y, habría pesado 132 libras, pero cuando lo descubrieron, pesaba sólo 84 libras porque su alma se había fugado del cuerpo al éter. Como la vida es cruel, tenía artritis, caries, enfermedad de Lyme que es una anomalía genética por la que no se le había formado el duodécimo par de costillas y padecía de parásitos intestinales, como tantos que habitan aquí en el Congreso. Parecía en realidad un hombre de la actualidad. La presencia en el cuerpo de polen de carpe negro, árbol que florece en los Alpes entre marzo y junio, relacionan que Ötzi que sobrellevó su vida con altivez, murió en primavera o principios del verano con calorcito congelante. Los análisis de los granos del polen, del polvo y la composición isotópica del esmalte de los dientes indican que pasó su niñez cerca de la actual villa de Velturno al norte de Bolzano, pero fue más adelante a vivir en los valles cerca de cincuenta kilómetros al norte de dicho lugar. El análisis de las tuberías intestinales de Ötzi, que debía continuar su muerte con dignidad, demostró contener dos comidas recientes, una cerca de ocho horas antes de su muerte, una de carne de gamuza, otra de carne de ciervo rojo, ambas consumidas con cereal de salvado procesado de escaña cultivada, consumido en forma de pan de muerto. Había también algunas semillas de endrino, que son unas pequeñas ciruelas frutos del árbol del endrino y algunas raíces. El polen que se encontró en la primera comida demostró que había sido consumida en un bosque de coníferas de altitud media y, otros pólenes indicaron la presencia de trigo y legumbres de cosechas domesticadas. También se descubrieron granos de polen de carpe lupulino. El polen se encontró preservado en perfecto estado, incluso con el interior de las células intactas, lo cual indica que era fresco de pocas horas y estaba recién impregnado en el momento de la muerte de Ötzi. Este hecho añade nuevos elementos de estudio sobre el asunto. La escaña se cosecha en el verano tardío y los endrinos en otoño, se debieron haber almacenado desde el año anterior.
Debido a los cambios de temperatura derivados del transporte del cuerpo, muchos tejidos de Ötzi se deterioraron, lo que dificultó posteriores análisis e imposibilitó el conocimiento sobre estos tejidos y así completar esa historia única en el universo. El análisis del grupo de Franco Rollo, en la universidad de Camerino, ha demostrado que el ADN mitocondrial de Ötzi pertenece al subcluster K1 del grupo haploide mitocondrial K pero que no puede ser categorizado entre las tres ramas modernas debido a que es un subcluster.
EQUIPO MÁGICO
Revolcándose en el hielo agrio sin poder reír, los ropajes que Ötzi llevaba, eran una capa o sobretodo de fibra vegetal, un gorro de piel de oso, un chaleco y calzas de piel de cabra doméstica, taparrabos de cuero y zapatos tejidos de cuero muy sofisticados, que son impermeables, diseñados para caminar en la nieve fabricados con piel de oso para las plantas del pie, piel de ciervo oculta en los paneles superiores y una red interior hecha de corteza de árbol, rellena con hierba seca que rodeaba el pie dentro del zapato que eran sus calcetines antifrío. Los zapatos han sido reproducidos actualmente por los expertos y hay planes para la producción comercial, pues a todo le tienen que sacar raja. Otra teoría reciente sin demostración afirma que los zapatos eran la parte superior de las raquetas para caminar en la nieve, pues el artículo interpretado actualmente como parte del calzado es realmente el marco y la red de madera de una raqueta. Tendré que preguntarle al mismísimo Ötzi si eso es verdad. Otros artículos encontrados junto con El Hombre de Hielo eran un hacha de cobre y pedernal con un mango de tejo, un cuchillo de pedernal con mango de fresno, un carcaj con catorce flechas con los vástagos de viburno, puntas de pedernal, un arco inacabado que era más alto que él. Entre las posesiones mágicas de Ötzi había dos especies de hongos. El hongo del abedul, que tiene características antibacterianas y lo utilizaba con propósitos terapéuticos. El otro era un hongo de yesca para encender fuego, incluidos con parte de lo que es el equipo complejo para prender lumbre y, tiene pedazos de diversas plantas, una docena de ellas, además del pedernal y de la pirita para hacer chispas. Sus bártulos de su mochila colgados en su petaca de bicicleta de reparto, sufrieron por no haber quedado en su lugar que eran los residuos de su fortuna, pero no le alcanzó el tiempo para pagar sus culpas
EL LLANTO SIN GRACIA
DEL PLACER A LA AGONÍA
“No se preocupe, señora, que yo lo caliento y usted me lo remata en casa”
Arturo Pérez-Reverte. El teatro chino de Manolita Chen. Artículo
Apostólicamente una exploración por TAC reveló que Ötzi que no era un biche faltando el respeto a la virtud, tenía una punta de flecha alojada en el pulmón izquierdo cuando murió. Antes de la última prueba se conjeturó que Ötzi habría sido víctima de un sacrificio ritual, pues lo creyeron cacique, inspirados en las teorías avanzadas para los cuerpos recuperados de los pantanos de turba como el Hombre de Tollund y el Hombre de Lindow. Se presumía aceleradamente que Ötzi con su negritud fue víctima de una tormenta causada por la oscilación de Piora, al enfriarse repentinamente el ambiente de la Tierra, según lo indicado por la oleada del glaciar próximo de Piora en Suiza. Pero la flecha con sangre de dos personas distintas me cuentan que Ötzi era un experto de manos inteligentes y, una acción inicial exitosa, una agresión y defensa con retirada de los agresores, le permitió la doble recuperación del proyectil sin recuperar la punta. Era un cazador solitario, aunque la caza siempre se realizaba en partidas, pero pudo perderse o ser abandonado. Sangre de otra persona en su cuchillo me indica que hirió a otro distímico a puñalada pura. Había sangre de una persona en su capa rasgada por el ataque. También tenía cortes en el pecho, y en la mano y muñeca derechas, así como contusiones. Rastros revelados por el análisis del ADN de la sangre que había en los objetos que lo rodeaban, demostraron la presencia de otras cuatro personajes. Fue un amontonamiento. La extraña posición de su brazo y el hecho de que alguien arrancara la flecha de su omóplato izquierdo que le alcanzó el pulmón, es signo de que había un compañero para ayudarle, o mejor aún un enemigo para recuperar la flecha, pues le dio la vuelta cuando estaba tendido en el suelo y trató de sacarla -pues se lo habían sopleteado,- y la punta quedó trabada en el hueso. Se confirmó entonces que Ötzi -con su báculo de Abraham y unas pocas hebras de cabello, con su personalidad marcada en el pubis, cuyo calibre de su arma es un misterio para William Shatner,- fue asesinado, sufriendo una muerte lenta y agónica por asfixia y desangramiento aunque hizo toda la resistencia callejera que pudo. Un literal derramamiento sanguinoliento. Había andado huyendo del marido incircunciso de su amorío furtivo con su amante sietemesina, que contrató tres tránsfugas expertos en fileteo, creadores del matute, contrabandistas herejes del PR, -por sus siglas en español, que contrabandeaban ante los ojos cerrados de la SAT,- para ponerlo en el matadero siguiendo su hoja de ruta. Estos quedaron fuera del campo de la impunidad en la grandeza de la oscuridad. Ya tenía el pellejo astillado por andar en el gélido frío a la intemperie. Llevando su mochila al lomo en una vereda miserable, perseguido y agobiado por la desolación cuando le alcanzó el soplo de la desgracia. Se había ido por donde el viento lo llevó casi a cuestas y le cayeron en los maitines. Lo cogieron durmiendo porque hablaba dormido a grandes voces como sonámbulo, contando los pormenores del ordeño de la vaca de tres tetas rosadas cerriles, que con el ánimo estropeado lanzaba coces a aire para proteger sus tetas del polvo de la nieve. Fue recontramatado por la mano de Dios en una flecha bruñida. Lo habían dejado en salmuera. Caminó dormido en su espíritu en la costumbre del cuerpo muerto con sus oficios naturales de las dos de la tarde, cargando la amargura de su tiempo de pecado. Sus ojos solitarios dejaron todo como estaba contagiado de las malas tinieblas. Con nada se le curó la sangre. Así descubrió que el mundo no era tan grande como él pensaba. Lo dominaron los adventistas republicanos anarquistas que huyeron con sus calambres postizos y, él había olvidado su escapulario idólatra. Así empezaron los sismos de su desgracia y empezó a resistir las embestidas pues estaba hecho para resistir. Sólo le llegó el vasto olor del hielo hirviendo en la nieve de cristal. Su cámara ardiente en el reino de los pobres. Así fue como se perdió la vigilia del martes con la facultad de producir descanso parcial con su miserable rutina, pues el mundo de las señales es vertiginoso. Empezó a sentir el aire de la partida a través de los poros de la nuca y se le amorcilló la piel, enviado a la vida eterna que nadie sabe cuál es. Así levitó como hacen los sonámbulos que toman sopa. Se le desbarató el Día del Cariño. Ya no la podría disfrutar, sólo en sus pensamientos que se fugaban a sorbos por la astucia de lo alto. La única que lo extrañó fue la emperifolladas Ju-Puh, -que parecía un retrato de Oriana Fallaci pintado a brocha gorda con sus mechas marchitas al estilo Klondike Kate, que era un pedazo de mujer, con su culo sideral y sus tetas matriarcales, que conocía los secretos de la carne y, tenía el mal de amor por eso no comía carne de conejo como las mujeres de alquiler, las mariposillas nocturnas. La señora del boleto de turno. Un goteo malayo es una mujer que busca escapar de su destino como Teófila, con su honorabilidad en el exilio excepcionalmente en la excepción del monte. Pero era de entrañas tiernas. Su mayor logro hubiera sido que la olvidaran, pero el amor no murió en vano con color de caramelo al primer hervor. Ni perdiendo lo pudo olvidar fragorosamente. Al aparejarse sus suspiros eran fuertes, estíticos, tristemente alegres en el concierto de sordos con quejidos y pujo del corazón ajeno, respirando aires calientes. Hablaban tanto de nada en el lecho de tolerancia, que es un vicio insaciable y abrasivo. El chisme creció en la parroquia entre los escándalos de la prensa costumbrista de oportunidad, escritos a tres columnas en la página siete, como predicadores de iglesia pobre. Un golpe directo al páncreas. Mejor tumbado no era posible. Se le volteó la balanza de la fidelidad conyugal con más ínfulas que palidez clínica. Aunque todas y todos sabían de la hermosura viril de Ötzi, que podía perder la vida pero no dejar de ver el sol para calcular la hora como un flâneur, con los impulsos prejuiciosos de la santería de vinil en la penumbra íntima de la nieve, con devastadora seducción y virilidad de semental de corral fino, simulando servicios profesionales sin costo, esperando el veredicto del Vaticano por intermedio de su Santidad con fines inconfesables. Migró física y espiritualmente. Por un asunto indispensable de reproducción, ahora ella -que no pasó de zope a gavilán,- se tenía que cruzar sólo con su marido, pues se había metido en el callejón de los huracanes. Les había llovido dentro de la casa. A ella Ötzi la había sucumbido en la trastienda para mantener calientes los dedos, hasta que se quedó dormida, calculando el esplendor de los redaños usados con sus ricas texturas. Se habían excedido pues no conocían el sosiego de la carne. Figúrese.
Lánguido como los surupes a los que les atraviesan un palo por el culo para ahumarlos.
Ese fue el pronóstico del adulterio, sin ser curandero de feria de pueblo pobre con pensamientos estelares.
Omnia vincit amor.
“El amor es tan importante como la comida, pero no alimenta.”
Ambos habían perdido el rumbo. Así se convirtió en el hombre del agujero con su belleza sepulcral con quejidos póstumos.
Dejó de vivir porque era lo único que valía la pena y lloró de risa.
Como era tan genial, trató de curarse el corte que tenía en la mano usando musgo, pues conocía sus propiedades coagulantes de ciertos musgos de pantano y se los aplicaba sobre la herida y posteriormente, al comerlo, parte de ese musgo le llegaría al aparato digestivo y concluir la sanación.
Pero la verdad es que habría que preguntarle a él mismo, qué fue lo que ocurrió.
Éste, con mis ojos lagrimeando, sirva de homenaje a Ötzi el Felipe magnífico, sobre todo el tercer movimiento.
MARCHA FÚNEBRE de Frederic Chopin de 1837, un miniaturista de grandes obras pequeñas.
Sonata nº 2 en si bemol menor, Op. 35, con cuatro movimientos,
I. Grave - Doppio movimento. Tras una breve pero imponente intro, ofrece el anhelante primer tema, que contrasta con el segundo, lírico y apasionado. Abre con cuatro compases lentos con una agitación extrema y reposada, los agudos suben en cadencia de Si bemol mayor.
II. Scherzo. Escrita en mi bemol menor, es una página fogosa y llena de ritmo. Vitalmente dramática en octavas, saltando acordes con brillantez bajo fuego que baja a Sol bemol mayor.
III. Marcha fúnebre. Lento. Esta es lúgubre, emocionante y solemne, con un contraste de consolación, recuerdo del fallecido, poderosamente trágica para los ojos, dramática y maravillosa.
IV. Finale. Presto. Arremolinado y salvaje, va como una exhalación, sin respiro alguno de comienzo a fin con notas simples a una octava de distancia. Es un despliegue de genialidad que deja estupefactos por su atrevimiento y radical originalidad.
El amor no es una obligación, pero por lo menos hay que practicarlo
CONTINUARÁ...